Entrevista a Santi Marín por Cronología de las bestias

 
¿Qué cuenta la “Cronología de las bestias”, a qué nos enfrenta?

«Cronología de las bestias» nos enfrenta a una familia que sufrió la desaparición de un hijo, el hijo de Olvido, que es el personaje de Carmen Machi. Mi personaje es César, que es el hijo del personaje de Pilar Castro, que es la hermana de Olvido. Cuando desapareció Beltrán, cuando tenía doce años, mi madre y yo nos vamos a vivir con Olvido. Es el mundo de esta familia, lo que les pasa cuando vuelve a aparecer el hijo que desapareció hace once años, qué pasa en este universo, donde ya tenían una estructura familiar y de repente viene alguien de fuera y desestructura un poco todo y vuelven a aparecer los fantasmas del pasado.
El punto de partida es la aparición y a partir de ahí es una especie de thriller y rompecabezas donde nos vamos a enterar de la historia a través de estos personajes y a través de flashback en la obra. El espectador tiene que estar como muy activo e ir recomponiendo este rompecabezas que plantea Lautaro con la obra…


Y siempre la familia, capaz de lo mejor y lo peor… ¿En una familia cabe todo?

En una familia cabe todo, lo bueno y lo malo. Y sobre todo cuando hay algo tan traumático como la desaparición de un hijo. Esta familia se enfrenta un poco a esos fantasmas del pasado cuando esta persona vuelve y en esos once años han pasado muchas cosas… y mucho dolor también. Sí, en esta familia entra por momentos hasta el humor. Es una obra donde hay un universo un poco de esta gente que no sabes muy bien por dónde puede salir o cómo puede reaccionar y qué es lo que les pasa o qué es lo que les pasó hace once años.


¿La mentira no es siempre un arma de doble filo?

Más que la mentira en sí, yo creo que es un poco hasta dónde podemos llegar para tener ese compromiso con la mentira, hasta dónde puede llegar el ser humano para seguir con una mentira hacia delante y poder sobrevivir a esta mentira más que la mentira en sí. Hasta dónde llega esta familia para poder sobrevivir con ese dolor de la desaparición y qué les pasa cuando ese hijo vuelve a aparecer.


Santi Marín –“Los hilos de Vulcano”, “Algo de ruido hace”, “Siempre me resistí a que terminara el verano”, “Anagramas”, entre otros– es César.

César es el hijo de Celia. Celia lo tuvo muy joven, con quince años, y tienen una relación más fraternal que de madre e hijo. Sobre todo por la diferencia de edad. Se ha convertido un poco en el hombre de la familia, no hay una figura paterna en esta familia, el que era el marido de Olvido se murió y cuando desapareció Beltrán fuimos a vivir con ella y se ha creado una especie de estructura nueva familiar donde con Celia tiene una relación más fraternal que otra cosa y con Olvido es más maternal, pero sigue siendo como el hombre de la familia. Es un hombre que es más práctico que otra cosa, es un hombre de campo, no se sabe muy bien en qué trabaja ni qué tipo de trabajo tiene, es un poco oscuro y una vez que aparece Beltrán se puede empezar a ver qué relación tenía con el primo y qué les pasaba a ellos también.


Una frase de su personaje…

«Yo quiero a Olvido como si fuera mi madre. Incluso más”.


¿En cierto modo este texto va a incomodar al espectador, en qué posición lo coloca?

Yo creo que tienen que ir muy despiertos y con muchas ganas de sorprenderse y de dejarse impregnar por esta familia y por estas atmósferas que Lautaro está consiguiendo. El resto de los actores están haciendo un trabajo increíble. Con Carmen es una pasada trabajar, como actriz y como persona, y con Pilar, con Jorge… Para Patrick es su primera obra y parece que lleva catorce años haciendo teatro, porque la verdad es que tiene una presencia… Es carne de escenario, estoy descubriendo un pedazo de actor con 23 años, increíble… El equipo que se ha creado es maravilloso y sólo hay que decirle al espectador que venga como muy abierto a no solamente recibir la información de una forma pasiva sino que también tiene que estar de una forma muy activa para ir descubriendo lo que le pasa a esta gente.


Y a usted, ¿qué le sedujo del proyecto?

Trabajar con Lautaro siempre es una gozada. Ya hemos trabajado juntos, él como director, en Argentina también he estado trabajando con él como actor en una obra… y cuando me planteó lo que quería hacer y lo que se imaginaba me dieron muchísimas ganas porque me gusta mucho probar diferentes cosas con Lautaro, alejarnos un poco de lo que ya hicimos para probar otros nuevos personajes. Y sobre todo el texto me encantó, me parece increíble, mantiene en tensión al espectador y hay muchas capas de los personajes, Lautaro trabaja siempre con profundidades y con recovecos que hace que como actor te tengas que meter en otro tipo de proceso más intenso y vas descubriendo a partir de los ensayos diferentes cosas de estos personajes que a priori no te habías imaginado.

 

 


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