Entrevista a Sergio Peris-Mencheta por Cielos

Sergio Peris-Mencheta pasó de ser capitán de la selección española de rugby a ser el mismísimo Capitán Trueno. Y esto que ya suena así como majestuoso es casi una anécdota en la colosal carrera de un joven del barrio de Batán que estudió en el Liceo Francés y se ha convertido en, además de uno de los actores más polifacéticos de nuestro país y parte del extranjero, una de las figuras más influyentes de nuestro teatro –“Una noche sin luna”, “Ladies Football Club”, “Lehman Trilogy”…–. Comprometido, valiente, siempre certero, dirige “Cielos”, del prestigioso Wajdi Mouawad, la obra que cierra la tetralogía “La sangre de las promesas”, compuesta por “Incendios”, “Litoral” y “Bosques”. Todas con un nexo común: la tragedia que arrastra la humanidad.  Por VANESSA RAMIRO.  Foto SERGIO PARRA
¿Cuál es el primer contacto de Sergio Peris-Mencheta con Wadji Mouawad?

“Incendios”. He visto, de hecho, cuatro versiones, la de Mouawad, en cine, la de Mario Gas y la de Oriol Broggi. En general, con el teatro francés tengo bastante contacto, trato de ver o de leer lo que va saliendo y Mouawad es el máximo exponente de la primera década de los 2000 como dramaturgo, y me atrevería a decir también de la segunda. “La sangre de las promesas”, esta tetralogía, no tiene desperdicio. Me enamoré de “Litoral”, “Bosques” es quizás la que menos me interesó de las cuatro, pero me parece un ‘obrón’. Juan Mayorga me habló de un par de huecos en la programación y de las propuestas que le hice la que más le atrajo fue la de “Cielos”.


Dicen que quien se adentra en el universo de este autor anhela quedarse.

Sí, sí. Y es un autor exigente, no es un autor fácil ni para el espectador ni, sobre todo, para la puesta, para los actores, para el director y para el resto del equipo, pero como te enganche, no te suelta. Así como en “Litoral”, “Bosques” e “Incendios” hay unas connotaciones similares, el mundo árabe está muy presente, el tema del exilio, del árbol familiar, de las deudas que tenemos, “Cielos” cierra la tetralogía saliéndose un poco del tarro y la convierte, porque para mí es un ente en sí, en un thriller de espionaje. Tiene un componente cinematográfico muy potente, Mouawad siempre lo tiene, pero aquí se ha pasado del cine de autor al cine de acción y esto me resulta muy atractivo.

Pero cuando tú lees el texto dices: “¿Cómo se pone esto en escena?”. Es complejo, hay mucha tecnología que implicar, estamos en una sala de operaciones de una célula antiterrorista, y hay un montón de decodificaciones que tienes que entender y saber traducir al castellano, porque muchas veces son juegos de palabras que se han escrito en francés, para que aquello concuerde y todo cuadre como propone el autor.


Háblenos un poco más de “Cielos”.

La considero ya un clásico moderno, a pesar de estar escrita hace quince años. “Cielos” hace un retrato del mundo que estamos viviendo ahora mismo de una manera descarnada. En lo más obvio, me remitiría a las imágenes de la gente joven manchando los cuadros en los museos, pegándose las manos a los marcos o atentando contra el arte para tener voz y ser escuchados. Da la sensación de que se hubiesen inspirado en “Cielos”, con lo cual es una obra muy en la vanguardia, que tiene muchos ecos con el mundo en que vivimos y habla de una juventud que se toma la justicia por su mano.


Una juventud a la que se ha criticado…

Yo no tengo la sensación de que sean cuatro descerebrados que no saben lo que es la “La Gioconda”, quiero pensar y siento que Mouawad me hace pensar así, que hay mucho dolor detrás. Son conscientes de lo que están haciendo y hay un dolor implícito en hacer lo que hacen. Seremos hacia donde vamos, pero somos de donde venimos, somos resultado de nuestra memoria. Creo que hay un dolor importante, como lo hay en “Cielos”, y estas dos cosas van muy de la mano y son absolutamente sincrónicas con la realidad, con el mundo en el que vivimos y con una juventud que está despertando y que, no sé si va a llegar a los extremos a los que se llega en “Cielos”, pero callada no se va a quedar.


La tetralogía nos pone frente a la tragedia que arrastra la humanidad de generación en generación. ¿Esto no nos pilla lejos?

Hasta ahora nos pillaban muy lejos las guerras a los que somos de cierta generación, ahora huele a pólvora. La guerra vuelve a Europa y, al fin y al cabo, Mouawad está hablando de guerras. Pero no es solamente eso, estamos hablando de deudas pendientes, de cosas que se quedan ancladas en el linaje de cada uno de nosotros. Todos tenemos grandes secretos que se quedaron ahí y que están bloqueando, de alguna manera, que se pueda llegar a ser feliz. Nos va a resonar porque “Cielos” se centra en la relación paterno-filial. Todos los personajes tienen una relación con sus padres o con sus hijos, o bien por ausencia o bien por exceso de presencia, muy interesante.


¿Y su propuesta de puesta en escena?

Desde el principio vi claramente la escenografía que necesitaba. Me imaginé un corte transversal de la tierra, en vez de tener varios espacios separados, que todo estuviera en una especie de edificio donde arriba tenemos el jardín con las estatuas, en un búnker, la sala de operaciones y todavía más bunkerizado las habitaciones, que casi son nichos. Es una escenografía en altura, de la que no salen los actores en toda la función. Si algo me van a achacar es por qué no he hecho la peli (risas), porque es una peli a nivel de todo, de banda sonora, de ritmo, de proyecciones… Da la sensación de que estamos viendo una película.


Con Marta Belmonte, Jorge Kent, Álvaro Monje, Pedro Rubio y Javier Tolosa.

Ha sido un elenco forjado a base de audición. Si es con ayuda pública, hagamos una audición y demos oportunidad a todo el mundo, no tiremos de elenco conocido ni de comandita. Es muchísimo más sano y estás descubriendo gente que no conocías. Y de ese casting salen tres de los actores, Pedro Rubio, Álvaro Monje y Marta Belmonte. A Jorge Kent le ofrecí el personaje, no lo conocía personalmente, pero lo vi en “Supernormales” y me fascinó y enseguida lo imaginé en la función. Y Javier Tolosa sí es un ‘pirata’ con el que empecé en el teatro universitario y he hecho varios montajes. Después de los castings no conseguí encontrar el perfil del personaje que interpreta y le llamé.


Ha dicho: “Con el cine me gano la vida, con el teatro gano vida”.

El teatro es la vía rápida de contar lo que pasa. Contar lo que pasa en televisión es imposible, hay unas cadenas y unos intereses de mercado que hacen que no puedas contar según qué historias y según de qué manera; en cine el proceso tarda un año o año y medio, con lo cual se ha pasado el arroz y el teatro tiene la virtud de que es casi sincrónico con la realidad. Y luego tiene otra particularidad, yo lo vivo como algo mágico. Dirijo “Ladies Football Club” y se bate el récord de asistencia a un partido de fútbol femenino, Alexia Putellas se lleva el primer balón de oro y estalla la guerra en Ucrania. Y uno dice: “Maldita sea, ¿cómo puede ser tan sincrónico esto con lo que estamos contando?”. Algo así también está pasando con “Cielos”.

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