Entrevista a Xavier Albertí y Pere Arquillué por El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar

 Una muerte en una obra de teatro siempre debe servir para algo y, en este caso, el brutal asesinato de un chico de 17 años en el seno de una comunidad rural es lo que activa la búsqueda de sentido de los personajes en torno a la víctima sacrificial. A lo largo de este monólogo sobre el deseo y las terribles consecuencias que supone negarlo, asistimos al vía crucis personal de las voces que visitan al actor en escena. Cara a cara, charlamos con el espectacular protagonista y el aclamado director de esta icónica obra del maestro Josep Maria Miró. Por ANA VILLA
¿De qué habla esta obra, con qué nos vamos a encontrar los espectadores?

Pere Arquillué: La obra nos habla de los pequeños secretos de un pueblo a partir de la visión de siete voces, de siete almas. Empieza con la muerte de un adolescente y, a partir de aquí, sin que sea demasiado importante quién o cómo lo mataron, asistimos a las diferentes visiones de personajes del pueblo: su madre, una profesora, un anciano, etc. Veremos los entresijos y los secretos que hay en cualquier pueblo del mundo y cómo los deseos mal entendidos pueden llevar la desgracia al hombre, al mundo, etc. Estas siete voces darán una visión del mundo, de las relaciones y de por qué a veces nos pasa los que nos pasa. Creo que esta es una obra extraordinaria de una altura poética que toca el cielo y la tierra.

Xavier Albertí: Es un caleidoscopio de voces, un puzzle de informaciones a través del cual el público podrá reconstruir unos hechos que no buscarán en ningún momento encontrar al culpable o asesino. El teatro no es juzgado en este momento, es un espacio en el que, a través de esta peripecia, de este personaje encontrado asesinado y masacrado en un campo poco antes de cumplir los 18 años, el teatro intentará encontrar el porqué de una muerte. Las muertes en un teatro son elementos que nos tienen que hacer buscar el significado de esa muerte, de ese sacrificio, su capacidad de redención. Ese puzzle de voces nos ayudará a entender por qué ese joven ha sido asesinado y qué hay detrás de los mecanismos y las compulsiones de una sociedad para llegar a ese hecho.


¿Qué requisitos requería tener el actor protagonista de este texto y por qué Pere Arquillué es perfecto para el papel?

Xavier: Pere es un actor soberbio y extraordinario que ha sabido construir un instrumento privilegiado entre todos los actores de su generación, un actor con un sentido de la musicalidad, la verdad, la credibilidad y la energía al servicio de la comprensión ideológica profunda del texto. Es un actor único para uno de los textos más complejos, exigentes y virtuosos que he dirigido.


¿Cuáles han sido sus objetivos como director en esta función?

Xavier: Se han basado en hacer comprensible el texto y hacer una partitura en la que lo actoral también sea sustantivo, porque el autor no solo ha escrito una historia, ha hecho un homenaje a la figura y a la función del actor, por tanto, creo que era importantísimo servir la textura literaria del texto y, al mismo tiempo, servir una partitura para que lo actoral brillase de una forma específica, especial y superlativa.


¿Cuáles son las circunstancias y desafíos de este complejo trabajo interpretativo?

Pere: Estoy solo en el escenario encarnando a estos siete personajes pero, más que encarnarlos, lo que intento es buscarles el alma, la respiración, sin cambiar de zapatos ni de pelucas ni cambiar incluso de voz. Dejo que el público vaya creando cada uno su Antonia, su Albert, su Julia… Hago de transmisor. La escenografía es un solo foco y me parece muy interesante implicar al espectador de esta manera tan directa para construir esta extraordinaria historia. La obra tiene algo de mágico y catártico y el recorrido es una auténtica montaña rusa de emociones y golpes.


En suma de todo, ¿por qué recomiendan este estreno a los amantes del buen teatro?

Pere: Creo que es un juego muy atractivo para el espectador que quiera venir a escuchar, a ver y a sentir en muy primer grado con un juego dramático y teatral importante.

Xavier: La función ya lleva dos años regalándonos grandes sorpresas y satisfacciones. Estoy convencido de que el público de La Abadía sabrá encontrar en esta propuesta un alegato a favor del teatro entendido como compromiso de renovación y de análisis constante con nuestra sociedad y nuestro tiempo. Sabrá encontrar los mecanismos para llevarle a aplaudir un gran trabajo actoral y para ser consciente de que está, creo, frente a uno de los grandes textos que la dramaturgia contemporánea en nuestro país nos ha ofrecido.

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