Entrevista cruzada a Joan Arqué y María Goiricelaya

 La Abadía ha apostado esta temporada por obras que trabajan con la memoria como telón de fondo y desde todos los prismas. Tras “Búho” y “El mar. Visión de unos niños que no lo han visto nunca”, sobre la búsqueda de la memoria en sí misma y sobre la memoria democrática, llegan ahora dos piezas que giran en torno a la memoria como deuda moral: “Moríos”, que reflexiona sobre la decrepitud de los cuerpos y la vejez digna que se ha ido perdiendo en los últimos años y “Altsasu”, un altercado entre vecinos del pueblo y unos agentes de la guardia civil en tiempo de ocio que desató un juicio de hechos tildados de terroristas. Sobre todo esto charlamos con Joan Arqué y María Goiricelaya. Catalán él, vasca ella, apenas les separan diez años de edad, pero les une el amor por el teatro y una mirada comprometida con lo que fuimos, lo que somos y lo que queremos ser.  Por VANESSA RAMIRO
Si a Joan le digo María Goiricelaya, me diría…

Joan Arqué: Dramaturga, Teatro, Compromiso, ganas de ver su Teatro, búsqueda.


¿Y si a María le digo Joan Arqué?

María Goiricelaya: ¡El ‘cara blanca’ del Rhum! (carcajada). Esa fue la primera vez que vi a Joan y poco después repetí espectáculo… Así que yo diría que Joan es uno de esos creadores que rápidamente fascina. Más allá de su magnífico trabajo como actor, hace tiempo que sigo su trayectoria en la dirección y me parece de un compromiso y de una humanidad excepcionales. Admiro su crítica a la sociedad contemporánea, me encanta su humor y aplaudo la fuerza con la que aborda sus trabajos.


La Abadía arranca 2024 con dos de sus trabajos dándose casi la réplica para hablarnos de la memoria como deuda moral. ¡Qué importante cuestionarnos!

Joan: Creo que por eso amamos la Abadía, por mostrar nuestros propios vestidos de Emperador.

María: Es crucial. Cuestionarnos, debatir, deshacernos de nuestras certezas, poner en tela de juicio todo lo que nos rodea, atrevernos a mirar el espejo y descubrir que no siempre somos lo que decimos ser… Poner en duda todo aquello que alguna vez dimos por bueno… Eso hace avanzar a la sociedad; el deseo de entender qué sucede a nuestro alrededor.


Joan, ser viejo, o mayor, hablando con eufemismos, no está de moda, ¿no?

Joan: Nunca lo ha estado, es natural, antisistema, ¡¡¡no vende!!!


Del 11 al 21 de enero Joan Arqué llega a La Abadía con “Moríos”…

Joan: Nos pone enfrente un espejo y nos devuelve una imagen de nosotros mismos, a algunos les parecerá deformada y a otros quizá tal cual, creo que en esta calle hay espejos para todos. Un espejo para cada momento.


Altsasu, 2016. Un altercado entre vecinos y dos guardias civiles en tiempo de ocio desemboca en terrorismo, prisión y cárcel. ¿Cómo lo recuerda?

María: Recuerdo las manifestaciones multitudinarias y el despliegue mediático y me puse a escribir sobre ello cuando José Sanchis Sinisterra me invitó a participar en un proyecto internacional de dramaturgia que se llamaba CICATRIZAR. Me dijo: “¿María, qué cicatriz crees que merece la pena ser llevada al escenario? Puede estar abierta, cerrada, cerrada en falso… ¿De qué te gustaría hablar?”. Y yo elegí este caso.


Háblenos un poco más de este proyecto.

María: Es un proyecto precioso, nacido en el seno del Nuevo Teatro Fronterizo. CICATRIZAR surge de la mano del maestro José Sanchis Sinisterra con el objetivo de promover el conocimiento y la reflexión sobre el pasado reciente, fomentando el derecho a la memoria y el uso de la historia a través de la creación dramatúrgica. Así, cinco dramaturgas/os españoles y cinco colombianos escribimos una pieza relacionada con una ‘cicatriz’ que nos interpelaba.


Y de ahí nace “Altsasu”, que veremos del 18 al 28 de enero.

María: “Altsasu” es una ficción basada en el caso Altsasu; en los hechos ocurridos en 2016 en la localidad navarra que da nombre a la pieza. Una recreación del caso para reflexionar sobre uno de los procesos judiciales más mediatizados y controvertidos de la historia reciente de España. La pieza nos enfrenta a nuestros prejuicios, a esa opinión que tenemos asentada. Nos invita a ponernos en los zapatos del otro para ver dónde están los límites de nuestra empatía… nos anima a debatir para ver si hay cicatrices que podemos cerrar conjuntamente o no.


¿Cómo son los personajes que habitan “Moríos”?

Joan: Humanos, rebozan humanidad. Seres que necesitan de un público para ser escuchados, personajes que viven en una obra para ser escuchados. Quizás al otro lado de la escena o del papel no lo van a ser. Esa es su lucha, su vida y, al final, solo van a querer bailar.


¿Y los de “Altsasu”?

María: Están inspirados en los principales protagonistas del caso. En este sentido, respiran humanidad con sus luces y sus sombras. Buscan compartir su verdad; explicar al espectador lo que vivieron, hacernos partícipes de su relato.


Joan Arqué dirige “Moríos”, pero la firma Anna Maria Ricart, con la que hace muy poco nos traía “Hay alguien en el bosque”. ¿Qué tiene de especial su mirada?

Joan: La mirada de Ana es poliédrica, llena de ternura y desazón. Escribir, como dirigir esta obra, saliendo o viviendo una pandemia, mientras vivíamos unos y moríamos otros, nos dio una distancia demasiado corta para que no nos hiriera el alma. Volver a ella con un poco más de distancia tiene algo de celebración. Como un sincero y deseado abrazo.


Además de obra de teatro, “Moríos” tiene bonus track: un espacio fotográfico itinerante y una propuesta educativa.

Joan: Viene con una especie de Peep Show, donde podemos ver aquello indeseado e insospechado de nuestros viejos. Pornografía.


En el caso de “Altsasu”, María también firma la dramaturgia. ¿Cómo se llevan la María autora y la María directora?

María: Yo diría que son casi inseparables, aunque cada una tiene sus particularidades. A la María directora no le importa dirigir obras que no sean suyas… pero a la María dramaturga le empieza a pesar bastante que otros dirijan sus textos así que me temo que tarde o temprano va a dejar de escribir para otros.


Vejez, soledad, edadismo, justicia-injusticia, perdón, reconciliación… Sus propuestas están llenas de preguntas, pero ¿hay alguna respuesta?

Joan: Hay posibilidades, hay búsqueda, hay amor. Pero tenemos que hacer política de ello. Hay grandes esperanzas, gente con criterio, propuestas, ganas e imaginación. Hay que escuchar y humanizar más nuestra vida. Poner el acento en lo Humano. Entender también que hablamos de nosotros, hoy, hoy mismo. Entender que los otros también somos nosotros.

María: Soy partidaria de no dar respuestas. El teatro tiene que ofrecer, poner sobre el escenario historias que sacudan, remuevan, conmocionen, transformen. Ofrecer ese espacio de debate y reflexión y ver si, a partir de ahí, cada una encuentra respuestas… o no. Yo soy optimista por naturaleza. Creo en su poder de transformación y, ante todo, en su capacidad para llevarnos a lugares por los que quizá no queríamos pasar. Ya hemos diseñado nuestro propio camino a Ítaca… atrevámonos a cambiar el rumbo por unas horas.


Cultura i Conflicte y La Dramática Errante, los sellos que hay tras “Moríos” y “Altsasu” y tras sus sueños y desvelos, tienen en común una forma de entender la cultura como motor de diálogo y reflexión, como un arte vivo capaz de transformar la sociedad.

Joan: Hay que creer en ello, el arte, la cultura y el teatro por asociación pueden generar cambio, acercar la utopía, andar en ella y seguir creyendo. Algo moverá, algo molestará, algo removerá. Estará vivo quien lo haga, quien lo oiga, quien lo escuche, quien lo vea, quien lo sienta.

María: Absolutamente. El teatro tiene ese poder; la cultura tiene ese poder. Puede transformar realidades y cambiar la sociedad en que vivimos. Nos ofrece la posibilidad de contar y conocer historias para transformar las nuestras; nos permite tomar conciencia sobre nuestros problemas. En mi caso no concibo la creación de otra manera; necesito de un teatro transformador y comprometido con el mundo que me rodea.


¿Qué le han pedido a 2024?

Joan: Paz, amor, salud, alegría, valentía, aquella parte de suerte… y Teatro.

María: Tiempo con mi familia, salud para las personas que amo y sosiego. Los últimos años han sido frenéticos a nivel laboral. Estoy feliz y agradecida. Ahora tengo ganas de escribir, proyectar y recar-gar energía para los proyectos que vienen.

VENTA DE ENTRADAS MORÍOS

VENTA DE ENTRADAS ALTSASU

NOTICIAS RELACIONADAS

Lo más leído
REVISTA TEATROS GRATIS

¡Apúntate a nuestra newsletter!

Recibirás un email semanal con la revista completa, la actualidad destacada y ventajas exclusivas.