Fernando Arrabal

 En 1992 la Galería París Art Center inauguraba una exposición-homenaje a Fernando Arrabal. Entonces el escritor Milan Kundera escribía: “¿Cómo se llama la estrella bajo la que usted camina, oh Arrabal? (…) Su estrella lleva el nombre de Cervantes (…) Con la luminosa claridad de la sinrazón, expresa usted la misma revelación”. De este modo se unían dos de los grandes autores de la historia de nuestra literatura. Ahora el director del Teatro Español, Juan Carlos Pérez de la Fuente, le ha encargado a Arrabal una obra para ser estrenada el 23 de abril en el cuarto centenario de la segunda parte del Quijote y el genial artista ha escrito “Pingüinas” una “aventura teatral quijotesca-cervantina-arrabalaica”, protagonizada por Ana Torrent, Marta Poveda y Lola Baldrich, entre otros. 
Su homenaje a Cervantes se llama “Pingüinas” por las motocicletas. ¿Nos cuenta qué tienen que ver?

¿Solo sabemos lo que queremos? Y mejor aún: ¿lo que amamos? Frente a las motos parece más difícil concebir la ilusión: la ética, la lógica, la estética, la moral. En las antípodas los koalas fornican al revés.


¿Hay algún Cervantes en este siglo XXI en España?

No me toca destronar, ni hoy ni en su día, a quien se le cubre –o cubrió– de laureles. Si el Quijote servía para envolver chorizos, ¿por qué nadie es profeta –o choricero– en su pueblo? Vamos, sin Vian, a escupir en sus tumbas.


¿Qué es “Pingüinas”?

La filosofía histórica permite la virtud de la modestia. Homenajeando a Cervantes y al Quijote. ¿Cómo saber si el hipocampo le debe todo a la sirena o al centauro?


La obra parte de las mujeres que rodearon a Cervantes. ¿Cómo eran?

Pensamos al hoy desdeñando el origen. Guardamos silencio cuando quisiéramos ser cervantinos. Todas las mujeres de su vida –salvo madre, abuela y ‘esposa’– fueron solteras, aventureras, pecadoras, santas… capaces de querellarse con sus queridos de gala. Todas fueron libres e inteligentes. Todas eran escalofriantes al desenamorarse y amorosas transidas. La tortilla fue inventada en el limbo por el abortador de pingüinas.


¿Y las mujeres de Fernando Arrabal?

Como la madre Mercedes de Ciudad Rodrigo. Que a pesar de ser, yo, hijo de rojo me encumbró a lo más alto de la ‘infancia-nacional’. Mujeres de rompe y rasga que he tenido la suerte inmerecida de que me deslumbraran. Los espantapájaros en forma de Venus de Botticelli son más eficaces en invierno.


¿Y los hombres a los que admira?

Mis ejercicios de admiración van dirigidos a ese grupo de imprescindibles que he tenido –o tengo– la suerte, también inmerecida, de frecuentar. Un apóstol copió chuletas durante la Última Cena, para no olvidar nada, hizo sus chuletas.


¿Es su mejor obra?

La última siempre para el autor es la mejor. La levitación resulta más barata que la telepatía de alta definición.


¿Eso de que es su gran legado teatral o de que sea su mejor obra le asusta?

Si el dios Pan me presta vida, espero poder llegar a escribir… Libre como un camión que atraviesa la puerta del Sol sin conductor.


¿Qué vínculo le une con Juan Carlos Pérez de la Fuente?

Es el director que mejor ha comprendido e intuido lo que deseo sugerir. ¿Cómo olvidar la conmoción que consiguió en el teatro con “Carta de amor”? Aunque el estilo –como la incompletitud de Gödel– no es determinista sino probabilista.


¿Qué ve desde el otro lado de los Pirineos cuando mira para acá?

Pascal dijo: “vérité en deçà des Pyrénées, erreur au delà”. Para él la percepción de ciertas verdades depende de…; yo hubiera preferido que se hubiera referido al rigor matemático de la confusión.


Si le digo España, ¿qué tres palabras le vienen a la mente? ¿Y con Francia?

Tirso, Cervantes y Dalí. Bourbaki, Grothendick y Montaigne. Aunque cualquier cosa puede ser una historia de amor.


¿Volverá a España para quedarse?

“Así que pasaron 60 años”. Los amigos, mis enciclopedias, mis colaboradores, la familia, mis ‘tertulias’ están en París. Tendría que pensar en Garrigues, Ángel Alonso, Herrero, Javier Esteban, Marta García, Juan Carlos Valera… La edad adulta es el infierno; luego llega el limbo.


Breton, Warhol, Ionesco, Buñuel… ¿Los creadores de hoy están a su altura?

No olvidemos lo que dijo Quevedo: “Miré los muros de la patria mía, si un tiempo fuertes, hoy desmoronados”. No obstante en aquel Siglo de Oro vivían Tirso, Cervantes, Lope, Góngora, Calderón… La impotencia de los poderosos ¿es hereditaria?


Controvertido, genial, extraño, original, ecléctico, irreverente, polémico, provocador… ¿Se siente identificado?

En todo caso en absoluto ‘provocador’. La imposibilidad de un conocimiento total engendra las probabilidades y el humor.


¿Dramaturgo, novelista, cineasta, ensayista, filósofo, ajedrecista, poeta…?

Nadie sabe que mi actividad principal es la de realizar –fuera de todo comercio, exhibición o carrera– ‘poemas plásticos’. En este terreno, puedo interpretar mi intuición inopinada… Creo que es mi súbito conocimiento.


“Posee el incalculable tesoro de tener voz propia” o “Arrabal solo se asemeja a sí mismo”. Son frases de Cela y Milan Kundera. ¿Qué es lo mejor y lo peor que alguien ha dicho de usted?

Quizás: «es un cisne pero ¿podrá cantar después de su castración?».


Entregó “Pingüinas” a finales de diciembre. ¿En qué anda ahora Fernando Arrabal? ¿Nos cuenta cómo es un día en su vida?

No ando: me interesan Shakespeare y Cervantes . Tirso y el marqués de Sade. Messi y Heliogábalo. Gracias a la indeterminación las falsas creencias son inatacables.


¿Cuál será la próxima noticia que tengamos suya en España? ¿Un libro, otra obra de teatro…?

El próximo libro de mis poemas (Huerga) con prefacio de Thomas Pynchon y epílogo de Kundera. Gracias a ellos quizás descubra porque el alma es más complicada que el átomo.

 

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