¿Cómo definiría “Mitad y mitad”?
Como una comedia donde se trata lo miserables que podemos llegar a ser por conseguir lo material.
Uno de los momentos más cómicos de la obra es cuando…
A partir de que deciden matar a la madre. Yo siempre intento lo que decía Billy Wilder: “Hay que buscarle la comedia al drama y el drama a la comedia”. ¡Y sorprende ver cómo el público se ríe desde la primera frase!
Su vuelta a “La que se avecina/ Aquí no hay quien viva” ha sido esperadísima. ¿Qué le ha decidido?
Yo no había parado de hacer cine y teatro. Me propusieron hacer un capítulo y yo dije: “mira, ¡para hacer uno hago tres, que le tome gusto al personaje!” (risas). Probablemente acabe haciendo otra temporada porque este personaje es una delicia. Y por trabajar con Antonia San Juan, que es una actriz maravillosa.
¿Cuál es el personaje al que más cariño guarda de toda su carrera?
Sin duda mi primer personaje en cine, el Lázaro de “Los lunes al sol”. ¡Era tan bonito…! Además tuve la suerte de que mi debut en cine fuera con Bardem, Tosar y Fernando León. ¡Encima me trataron de la hostia!
Durante su formación actoral trabajó de pescadero al mismo tiempo. Qué era más duro: ¿limpiar pescado o la disciplina de Cristina Rota?
¡Yo creo que Cristina Rota, ¿eh?! (risas) porque limpiando pescado te puedes clavar una espina, pero te echas un poco de betadine y se cura (risas). Yo empecé a actuar un poco ‘caducao’, con casi 28 años, y eso te hace encajar mejor las críticas. Con 20 años te puede hacer mucho daño. En esta profesión a veces no merece la pena sufrir tanto, hay que ser niño, dejarse llevar.
Ha trabajado con infinidad de actores. De todos ellos, ¿cuál destacaría como amigo del alma?
Alberto San Juan, Malena y Ernesto Alterio, Willy Toledo… Son la gente con la que yo empecé en la escuela. Cuando estaba en primero ellos estaban en cuarto y nunca se me olvidará que Alberto fue la primera persona que se fijó en mí y me invitó a subir a un escenario.
Nada le hace tan feliz como…
Levantarme y saber que tengo gente que me quiere y dos perros maravillosos. Me encantan los perros y estoy feliz. ¡Yo viviría en un campo rodeado de perros! Pero de momento vivo en la capital. Tengo dos westys y me dan la vida.
Ese vicio que se ha propuesto abandonar este año es…
¡El tabaco! Tuvieron que operar a Budy, uno de mis perros. Yo me acojoné un poco y dije: si mi perro se recupera dejo de fumar. Y como se está recuperando, yo estoy dejando de fumar. ¡A ver lo que me dura!
