Fernando Tejero

“No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió”. Este verso de una canción de Sabina le dio el empujón que le hacía falta para venirse a Madrid a estudiar Arte Dramático e intentar ser actor. Un sueño que daba un poquito de miedo… Con 29 años entra en la Escuela de Cristina Rota y a sus 48 puede presumir de haber trabajado con Animalario, protagonizado una treintena de películas, ganado un Goya o dejado personajes que pasarán a la historia de nuestra TV, como Emilio o Fermín Trujillo. Ahora vuelve a rodearse de amigos –Malena y Ernesto Alterio, Adriana Ozores y Enric Benavent– para dar voz al Chéjov más joven sobre las tablas… 
¿Qué es “Atchúusss!!!”?

Es un recorrido teatral por algunas de las piezas cortas de Chéjov. Parte de la historia de un tipo que pasa sus últimos momentos en el escenario que ha sido su vida. Recordando su pasado hace que todas esas historias vayan pasando por el escenario.


¿Y qué tenía este proyecto?

Tenía a Carles Alfaro. Tenía muchísimas ganas de trabajar con él, me parece uno de los mejores directores de la escena española y de él podía aprender mucho. Empezamos a indagar, me propuso trabajar a Chéjov y yo encantadísimo.


Nada menos que Chéjov…

Era arriesgado, era complicado, era difícil, pero de eso se trata. Esta profesión es eso, ponerte metas, ponerte retos, es una carrera de fondo en la que no se deja de aprender nunca y así decidimos llevar esto a cabo.


Interpreta a cinco personajes. Háblenos de alguno de ellos…

En una de las piezas hago de Iván, un tipo servil, atormentado, obsesivo y esto le hace tener un desenlace un poco triste. Luego está LuKa, de la obra “El oso”, un criado de esos que han hipotecado su vida a la señora y es poco más que nada. También el aprendiz de un banquero, una criatura indefensa, un tipo muy especial (risas). Hay que verlo porque es una pequeña sorpresa.


Está rodeado de grandes actores y amigos. ¿Nos los definiría?

Qué complicado (risas). Ernesto Alterio sería un loco genial, un loco maravilloso. Es un pilar del que aprendes tantísimo… Adriana Ozores, aparte de una actriz maravillosa, me da mucha tranquilidad, mucha paz. Malena Alterio… ¿Qué diré de Malena que no haya dicho ya? Son los ojos que mejor me han mirado en una escena. Y Enric Benavent es un señor de teatro.


Chéjov escribía mientras estudiaba medicina para ganarse la vida. ¿Usted también tenía un plan B?

Sinceramente no. Mi otra alternativa no hubiese sido lo que ya había hecho, que era trabajar de pescadero, me hubiese gustado ser psicólogo. He tenido momentos en los que uno dice, ‘¿y si no me sale?’, pero tenía muy claro que quería ser actor y si no, me daba igual dedicarme a lo que fuera. Me hubiese costado muchísimo trabajo vivir en este mundo sin hacer esto.


¿Cómo se mantiene el ego a raya cuando se tiene tanto éxito como usted?

En un momento de mi carrera muy bonito, donde tenía mucho reconocimiento y me llegaban muchos proyectos, a nivel personal me pasó algo muy doloroso que me hizo colocarme. Yo creo que me falta tanto tanto tanto por aprender que eso me hace tener la cabeza muy sobre los hombros.


¿Le siguen pasando cosas por el estómago justo antes de un estreno?

Esto es como una relación de pareja, si te dejan de pasar cosas con la otra persona y se acaba el amor, no hay compromiso. Si eso me pasa, ese día habré dejado de ser actor.

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