Gustavo Tambascio

 Sus palabras medidas y precisas desprenden veneración y respeto por el teatro y amor por los actores, sin los que, dice, ni brilla él ni la obra. A España llegó hace 25 años huyendo de la dictadura militar argentina y hoy es conocido por sus valientes trabajos sobre todo en ópera y teatro musical. Entre los últimos, “Frankenstein”, “Viva Verdi” o “Pinocho, el gran musical”.
Las referencias de la obra apuntan a Heidegger, Sartre, Camus. A Chéjov…

Me parecen estudios admirables, pero no podemos dar una lección de filosofía existencialista o del absurdo y menos de epistemología.


¿Y entonces?

Es una obra de teatro, tenemos que hacerla que viva a través de sus conflictos sin renunciar a los sentimientos profundos que recorren la pieza y a las tensiones personales y sociales que enmarcan la peripecia del doctor Brunelli.


¿Cómo es este Vargas Llosa?

Es un Vargas Llosa muy peruano, enamorado de la zona ‘encanallada’ de Lima. Y luego nos encontramos, como siempre, al Vargas Llosa que juega permanentemente con lo que es verdad o que es mentira…


Si Brunelli viviera aquí y ahora…

Su lucha tendría que ver con tanto que queda por hacer aún en un país con el patrimonio histórico riquísimo de España, con su preservación, su puesta en valor. Lo veo recorriendo pueblos, encontrando altares, piezas barrocas…


¿Y la cruzada de Tambascio?

Encabezaría una en la que alcanzásemos un grado de comprensión mutua entre las gentes de este medio. Una cruzada en la que no existieran luchas fratricidas, en que podamos estar casi exclusivamente al servicio del arte y evitar rencillas, reinos de Taifas.


Si le digo José Sacristán…

Un decir espléndido, una veteranía extraordinaria, un inmenso peso de actor, un testigo privilegia-do de décadas del teatro y el cine español, un gran Aldo Brunelli y un gran amigo.


Es director porque…

Quiero contar una historia a través de gentes que no soy yo, quiero estar sin estar en el escenario.


Lo mejor de ser director es…

El encuentro con la gente que hace el teatro, la mística que se da en la sala de ensayo.


¿Y lo peor?

Lidiar con todas las cosas que son extrateatrales y verte muchas veces impotente para resolverlas.


Sus referentes…

Las primeras compañías inglesas que vi siendo niño. Las primeras cosas que vi dirigidas por Laurence Olivier. Y andando el tiempo montajes de Chéreau, de Kantor…


Al dirigir no se debe olvidar…

Que sin actores no hay pieza, que ellos son la razón de ser y que si brillan, brillarás tú y brillará la obra.


El último montaje que ha visto…

Uno que está por verse todavía.


Le habría encantado…

Tener una conversación sobre la vida con Thomas Bernhard.


El teatro es…

Vida, algo que está vivo.

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