Por la escalera sube el cobrador de la luz. “¡Dios mío! ¡Cada vez más caro! No sé cómo vamos a poder vivir”. Es la primera frase de Generosa en “Historia de una escalera”. No me diga que en 75 años no hemos cambiado nada…
El bienestar se ha generalizado para un número importante de la población, pero, al escuchar esa frase, uno recuerda que desgraciadamente en la actualidad sigue habiendo muchas personas que viven sin medios para pagar lo básico.
Si hoy entrásemos en esa casa de vecinos y subiésemos por esa escalera…
La magia del teatro nos permite entrar hoy en esa casa y asistir a las sencillas y turbulentas escenas de vida de una época de nuestro país.
¿Qué historias nos contarían las escaleras de la casa de Helena Pimenta?
Hemos intentado hacer una reflexión sincera y profunda de lo que Buero nos cuenta en su pieza, que es mucho y muy auténtico.
Cuántas historias caben en una escalera… Incluso componen una de las obras esenciales de nuestra dramaturgia. ¿Le han tenido que insistir mucho?
No, la verdad. Recibí la invitación de Eduardo Vasco, director del Teatro Español, y no me lo pensé. Estoy encantada de haber aceptado, aunque el desafío es enorme.
¿Recuerda la primera vez que leyó la obra? ¿Le ha cambiado mucho la mirada?
La leí en mi adolescencia y, desde luego, aquella experiencia no tiene nada que ver con la de ahora. Abordarla desde la escena me está produciendo tristeza y conocimiento de la historia de nuestro país y del ser humano.
¿Qué le contaría al público de hoy?
La obra es parte de la historia social y política de nuestro país y nos desvela claves de nuestro pasado. Cuando una obra está tan bien escrita es capaz de encontrar resonancias en el presente a pesar del paso de los años. Si bien no es comparable la situación de bienestar en la que nosotros vivimos con ese periodo tan doloroso que relata la obra, nos remite a muchas de las dificultades de la vida social actual y a temas universales como son la responsabilidad del ser humano sobre sus acciones, la necesidad de un pacto social que corrija injusticias, la mirada generosa sobre los demás…
La obra narra historias que transcurren en tres momentos: primavera de 1919, otoño de 1929 e invierno de 1949, pero ¿qué esconde entre líneas?
Una reflexión de la sociedad española de la posguerra en la que el primer plano lo ocupa la gente más humilde, sus anhelos y sus frustraciones. Una sociedad herida, marcada por una era de dolor.
¿Y los personajes?
Señalaré de entre todos a los jóvenes Carmina, Elvira, Fernando y Urbano. Aspiran a ser felices, a pesar del medio tan adverso en el que viven, sueñan con el amor, con un futuro mejor y sufren las consecuencias de sus equivocadas elecciones. La historia de amor de Fernando y Carmina es el eje estructural del drama cuya evolución prefiero no contar. Fernando y Urbano son amigos, pero rivales en el amor y en las ideas. El idealismo de Fernando está manchado de inautenticidad y Urbano, sin embargo, sueña con una sociedad mejor y solidaria, aunque el entorno y su propio carácter inseguro se lo ponen muy difícil. Elvira compra afectos con el dinero de su padre. Estos jóvenes serán más tarde padres y serán sus hijos quienes tengan la oportunidad de superar o no algunos de sus errores. Y así hasta 17 personajes que conforman el paisaje humano de esta escalera de vecinos y cuya voz coral nos ofrece emociones, sentimientos y puntos de vista diversos sobre una etapa llena de carencias, de frustración y de fracaso de unas vidas determinadas por la pobreza y por la imposibilidad del cambio.
¿Cómo es la puesta en escena?
El dispositivo escénico presenta los dos últimos rellanos de una escalera de vecinos humilde, para nosotros suspendida en el espacio y en el tiempo. Ese lugar de paso es presidido por puertas de hogares que no conocemos y por escaleras que llevan a la calle que tampoco podremos ver. Los personajes están vestidos de las diferentes épocas que señala la obra, de forma humilde en su mayoría y con colores que junto al espacio generan la extrañeza de ese no lugar en el que ocurren los hechos y los sueños.
¿Cómo le gustaría que saliese el público de ver “Historia de una escalera”?
Me gustaría que encontráramos el arte necesario para trasladar lo que Buero quiso contar. Me ha conmovido desde el principio y ojalá que nosotros lo consigamos con el público.
Teatro Español – Nº Enero 2025