¿Cómo definiría este poema?
Es un drama social sobre las costumbres que hacen que la gente termine por negar su naturaleza; cómo el honor, la honra y el qué dirán hacen que la gente termine vi-viendo una auténtica pesadilla y muriendo cuando en realidad aman la vida.
Interpreta a Víctor, ¿cómo es?
Víctor representa el impulso vital, es el amor platónico de Yerma. Es un pastor y es natural, directo, sensual, un hombre del campo que representa la frescura, el dejarse llevar por los instintos, el seguir los impulsos. Le atrae Yerma y no se coarta de expresarlo, de seguirla y de buscarla.
Después de “Panorama desde el puente” repite con Narros. ¿Qué le aporta a un actor un director como él?
Experiencia y mucha seguridad porque gracias a su trayectoria uno se siente arropado por generaciones de teatro. Y mucho cariño. Estoy en su próximo montaje, “La dama duende”. Ha sido un reencuentro precioso y con mucho cariño.
Si pudiese elegir un papel…
Segismundo, lo que pasa es que Blanca Portillo ya lo está haciendo todo (risas).