¿Cuáles han sido los mayores desafíos que han superado desde el equipo creativo para hacer este sueño una realidad?
El mayor reto, sin duda, es cumplir las enormes expectativas que hay. Estar a la altura de, nada menos y nada más que, “Los pilares de la tierra”, que es una historia universal y una de las novelas más vendidas y queridas de la historia. Es una enorme responsabilidad llevar ese universo al escenario.
¿Qué presentación haría de “Los pilares de la tierra, el musical” y qué características hacen único este espectáculo?
Es un musical apasionante, con mucha fuerza, épica, pasión, honor y, luego, la producción es espectacular. Beon. Entertainment ha hecho una apuesta sin precedentes, ¡una brutalidad! Es una producción realmente apabullante.
¿Cuál es la historia que veremos en escena y a través de qué protagonistas?
Somos extremadamente fieles al libro y mantenemos la esencia en todo momento. Evidentemente hay pequeñas adaptaciones, ya que se pasa de más de 1000 páginas a dos horas y media de espectáculo, y hay que adaptarse a una caja escénica. Pero son cambios menores y muy justificados. Tenemos la ventaja de que la música viaja emocionalmente mucho más rápido que la palabra y eso nos permite avanzar bastante en la historia. La dramaturgia principal de la obra avanza sobre dos ejes fundamentales. Uno es la historia de Aliena –estoy absolutamente enamorado de este personaje desde hace muchísimos años– y otro es el sueño de Tom de construir una catedral, ese sueño que nace de una persona y que se transforma en la ilusión de todo un pueblo.
Para usted, uno de los grandes momentos del musical se produce…
Los momentos solistas me gustan muchísimo, la canción de Tom cuando imagina la catedral, la de Ellen, la de Aliena… ¡bueno! ¡y la canción de William! , Que además tiene un tratamiento estético bastante distinto al resto del discurso musical del espectáculo.
¿Y ese que, de pura sensibilidad, pone la piel de gallina al espectador?
Hay uno en el que se produce una comunión muy especial con el público… Cuando hablamos de “Los pilares de la tierra”, hablamos de una historia en el siglo XII, con una sociedad prominentemente masculina. En este musical, sin embargo, es muy importante el personaje femenino, la mirada de la mujer y lo que tienen que decir. Esto ocurre con los personajes de Aliena, Ellen, Matilde y Elizabeth, con sus valores y su fortaleza. En el segundo acto se funden todos estos caminos en una escena que se llama ‘Silencio’. El público ahí entiende este mensaje y conecta perfectamente con lo que estamos contando… ¿Estamos contando una historia del S.XII? ¿O realmente estamos contando una historia que podría estar pasando hoy mismo? Se pierde la noción del tiempo en este momento del musical. Además de productor artístico, usted es el compositor de la música que tanta importancia tiene en este espectáculo.
¿Qué proceso ha seguido para crearla, cuáles eran las consignas?
Lo primero siempre es la lectura y re-lectura del libro. Yo conocía ya muchísimo la novela antes de empezar a componerlo, no partía de cero, pero actué como si tal. Volví a leer la novela como si fuera la primera vez para entender la emoción que hay en sus páginas. Imaginemos que podemos quedarnos solo con esa emoción y quitar las palabras, lo que yo denomino emoción pura. Una vez que tenemos esa emoción, se trata de canalizarla a través de la música. La dramaturgia en esta obra nos la da la música desde el primer momento.
¡Interesante…! Qué más, qué más…
El proceso es bastante complejo. No es solo la emoción de lo que lees, es de la emoción de toda una novela a la emoción de cada personaje a lo largo del recorrido dramático o a un momento determinado. Estas son para mí las líneas de emoción que luego intento volcar en el musical. ¡Es muchísimo trabajo! Pero es realmente apasionante y en la novela de Ken Follett, si algo hay, es emoción.
En suma de todo, ¿por qué motivos recomienda acudir a este estreno a los amantes de los grandes musicales?
Porque es un gran musical nacido aquí, en Madrid, y nunca se ha visto antes en ningún lugar del mundo. Esto es lo que ocurre en Broadway o en el West-End y aquí lo vamos a vivir con “Los pilares de la tierra”. No puedo dejar de animar a que vengan a redescubrir esta maravillosa historia de Ken Follett, pero ahora en formato de gran musical dramático.