¿Qué alicientes encontró en esta producción para trabajar en ella?
El principal era que se podía crear al personaje a lo largo del proceso de ensayo. Y, todo esto, guiado por Lluís Pasqual, autor y director, con el cual era ya mi quinto espectáculo, ¡una mezcla poderosa!
¿Cuál es el argumento de este doble programa en su conjunto?
Todo comienza con “Château Margaux” dentro de un concurso de radio de los años 50’ que se va transformando en “La viejecita” a vista del público. Y este cambio se produce de una forma bastante sorprendente… ¡que no puedo desvelar! Pero todo está hilado de una forma coherente. Todo se convierte en el salón de una fiesta nocturna en plena Guerra de la Independencia, en un sarao que da el marqués. Pero todo ello forma parte de este programa radiofónico que te sorprende con el público en directo.
¿Quién y cómo es su personaje?
Es un locutor típico de los años 50 que luego es actor también. Aquellos locutores eran magníficos, fue un momento estelar para la radio en España. Mi generación pertenece a ese momento y yo recuerdo la radio como un compañero permanente en las casas –¡salvo a la hora de la siesta, que eso era sagrado!–. No existía la TV todavía. En esos años la radio tuvo un esplendor tremendo y tenía unos locutores que presentaban sus programas con una memoria extraordinaria ¡y con mucha gracia!
¿Qué tipo de música vamos a presenciar?
Zarzuela y opereta. Es como una opereta con las diferentes influencias europeas que entraban a España. Los grandes compositores alemanes, franceses e italianos eran de los que bebían nuestros compositores de zarzuela, entonces, ambas funciones, que son de principios de siglo, tuvieron la influen-cia de la corriente de música italiana que había, pero sin perder la gracia de la música española, que era la gran virtud de estos compositores, lo que le da a la zarzuela su identidad musical.
Uno de los momentos que más disfruta interpretar en esta función es…
Desde que empieza la fiesta radiofónica, que está todo el coro y todos los solistas en escena, los técnicos de radio… ése es un momento brillante, pero lo mejor es el final, donde mi personaje va descubriendo cosas, cuando va descubriendo quiénes son real-mente esos personajes, a qué momento histórico pertenecen y cuál es su particularidad. Está buscada y muy respetada la calidad vocal del género, que es muy difícil de cantar, y los cantantes son todos de primera línea, son gente que está haciendo carrera en la ópera. Vamos, lo que estamos acostumbrados a ver en La Zarzuela.
Su faceta de cantante lírico le ha reportado gloriosos papeles en las tablas. ¿Qué momento recuerda como uno de los más especiales de su carrera?
Mi premier de “El barberillo de Lavapiés”. Era un personaje muy complicado, muy potente, con una tesitura de tenor que requería un trabajo actoral en profundidad, además del vocal. Y eso fue cuando yo tenía apenas 25 años, que hice por primera vez este personaje que me ha marcado mucho, porque he llegado a hacer entre 8 y 12 montajes distintos de esta pieza. El último fue el de Calixto Bieito en el Teatro de la Zarzuela y fue mi despedida de ese perso-naje que, por consideraciones propias de la edad, considero que no me corresponde hacerlo más. Ha sido un personaje recurren-te en mi carrera y… ¡me ha dado momentos de verdadera felicidad!
Además, es un habitual de la pequeña y gran pantalla, con éxitos como el de la reciente y popular serie de TV “Vis a vis”. ¿Qué le ha reportado este trabajo?
Cuando te llegan este tipo de proyectos, además de disfrutarlos como actor, uno se reconcilia mucho con los medios, con uno mismo, con la forma de trabajo, con la TV. Uno piensa: “¡se puede tener entre manos un guion maravilloso, interesante, dinámico y especial!”. De repente, ves que eso existe todavía, que te puede llegar un personaje grande y que te aporte muchas cosas, tanto interior como exteriormente. “Vis a vis” me brindó este personaje, que era un policía al cual yo quise humanizar lo más posible, y me ha dado mucha satisfacción. No solo por efectuarlo, sino por estar rodeado de gran-des compañeros a los que admiro profun-damente y con los que podía hacer en cada secuencia un trabajo de verdad, con calidad. Ha sido un gran regalo. Creo que hay un antes y un después en la historia de la TV con esta serie, ha marcado una forma de hacer TV en este país.