¿Se tuvo que pensar mucho si hacer las maletas para irse a Ushuaia?
Me lo pensé muy poquito. Había visto la “La piedra oscura” de Alberto Conejero y me había enamorado su dramaturgia y cuando llegó esta obra a mis manos y la leí fue como una flecha directa al corazón. Y ya cuando me dijeron que podía ser Julián Fuentes Reta quien lo dirigiese… Es un tipo al que también sigo desde hace mucho, me parece que puede revolucionar el teatro como lo tenemos concebido y no me costó nada. Además, es un personaje tremendamente complejo, pero que puede hacer las delicias de cualquier actor. Y sobre todo que la obra es de una belleza tal que enamora desde la primera lectura..
Cuéntenos algo de “Ushuaia”…
Fundamentalmente puede ser un thriller de suspense, hay mucho suspense. Es la historia de un alemán que vivió la II Guerra Mundial y que ha acabado en Ushuaia, que es la ciudad del fin del mundo. Ahí va una chica, que es una caza nazis, a buscarle las cosquillas a este hombre. Este hombre vive allí con sus fantasmas, con un joven alemán y con una joven judía, que le acompañan en todo este periplo que ha hecho durante cuarenta años de huida, huida, huida. Ya se verán las razones…
Es difícil contarlo…
¡Es que es muy difícil! Me da pena destripar y me gustaría que la gente viniese a escuchar una historia que tiene mucha parte realista, pero también hay onirismo y poesía, tremenda poesía. Y con el montaje que está haciendo Julián la gente no va a aburrirse.
Culpables, inocentes, víctimas, verdugos, fantasmas… Conejero sitúa al espectador en una situación incómoda…
Aparte de ver ese thriller de suspense que te va a interesar mucho, el señor Conejero, con mayúsculas, escribe de una forma que todos nos vamos a sentir en algún momento identificados porque la obra habla también de la culpa, de lo peligrosos que son los recuerdos y los secretos que uno mantiene en su mochila sin compartirlos…
¿Mateo llega a perdonarse?
Eso no lo puedo decir, porque es el final de la obra, pero es su lucha perdonarse… Es un hombre que vive absolutamente solo con sus fantasmas y se está quedando ciego y eso ayuda a precipitarlo todo, para un lado o para otro, pero perdonarse es lo que él intenta, perdonarse por su historia personal y por la historia universal a la que nos llevó Alemania en la II Guerra Mundial.
La obra en una exploración sobre la culpa y el poder redentor del amor. ¿De verdad el amor todo lo puede?
Ufff, tendría que decirte de forma optimista que sí, pero pienso que no. Hay pasos que damos en la vida en los que nos condenamos de tal forma que ni el amor puede redimirnos. Podría redimirnos perdonarnos y amarnos a nosotros mismos, si uno no se ama a sí mismo, no creo que se pueda amar a nadie ni recibir el amor de nadie.
Habla del teatro con pasión y, sin embargo, se prodiga poco por él…
(Risas). Me gustaría estar muchísimo más sobre las tablas. El teatro es la fuente donde un actor debe continuamente ir a beber, a aprender y es la única plataforma donde divertirse y disfrutar durante toda la historia. Hago menos teatro porque soy un privilegia-do y tengo la suerte de que me va bien en el cine. Al fin y al cabo a mí lo que me gusta es contar historias, pero si tuviese que elegir, el teatro es lo que me enamora y lo que me arroba y lo que me hace olvidarme del mundo. Lo que me está pasando ahora. Estoy continuamente viajando a Ushuaia…
¿Cuando con 30 años debuta en el cine, se imaginaba al José Coronado del 2017 habiendo triunfado?
No, la verdad es que no. Al mes de estar con Cristina Rota me llamó Lluís Pasqual para hacer de lancero, no valía para otra cosa (risas), y en aquellos ensayos se me metió en vena el amor a esta profesión y la decisión por mi parte de seguir en ella sin saber dónde me llevaba. Fue mi primera apuesta, lo dejé todo por jugármela a esta profesión y me ha salido bien, el tiempo me ha cuidado y me ha permitido hacer este viaje de treinta años de trabajo continuado y de amor al oficio por encima de todo.
¿Qué le diría hoy a aquel joven?
Que siguiese los mismos pasos otra vez porque me han llevado a un sitio donde estoy muy feliz: puedo vivir dignamente de esta profesión, disfrutar de mi oficio, contar historias y que al público le toquen en la emoción, en la reflexión…
Además de en Ushuaia, ¿dónde más vamos a poder ver a José Coronado?
Estoy estrenando una comedia muy divertida que hice con Javi Cámara y Roberto Álamo y luego me volveré con mi gran amigo Enrique Urbizu a por un thriller en el más puro estilo Urbizu.