Josep Linuesa

 
¿Qué es “Pares y Nines”?

Es una comedia eterna, de todos los tiempos. Su conflicto es válido hace 2000 años, hoy y dentro de 2000 años más.


¿Cómo son sus personajes?

Fede es un informático muy correcto que ha encauzado su vida con su rutina de trabajo y su orden. Es muy meticuloso, pulcro, limpio, cauto… pero las circunstancias le hacen ser todo lo contrario. Sufrió el desamor hace tres años porque su mejor amigo se fue con su compañera, de la que estaba totalmente enamorado. Justo ahora aparece este amigo, recién dejado por la misma mujer. ¡Viene a pasar el duelo a mi casa…! (risas). Con ello, su vida se convierte en un caos.


Una de las frases más divertidas de la función es aquella que dice…

Cuando Fede cita a Bécquer al final de la obra: “Esto es amor. Quien lo probó lo sabe”. ¡El amor siempre desem-boca en locura!


Josep y Mónica: ustedes llevan varias temporadas interpretando esta pieza a través de varias versiones. ¿Alguna anécdota en escena inolvidable?

En la versión de Barcelona, en una de las escenas, Roberto coge un ataque de histeria. Fede no sabe cómo pararlo y le da un bofetón tremendo para que reaccione. Una vez se lo di de tal forma que las gafas que llevaba puestas… ¡salieron volando y llegaron hasta los espectadores! (risas). Uno de ellos cogió las gafas con timidez y a mí no se me ocurrió otra cosa que decir: “¡Anda, he hecho un home run con tus gafas!”.


¿Por qué nadie debería perderse esta comedia?

Porque… ¿quién no ha vivido un desamor?, ¿quién no ha vivido una pasión desenfrenada? Y quien no lo haya vivido aprenderá muchas cosas de las que le van a pasar.


Aparte de “Pares y Nines”, ¿qué otros proyectos tienen entre manos?

He participado en una TVmovie que se titula “De la ley a la ley” para RTVE en la que se habla sobre la Transición. Además, he trabajado en la última película de Rodrigo Cortés, cuya protagonista es Uma Thurman, ¡estoy muy orgulloso!


Un momento… ¡¿ha conocido a la mismísima Uma Thurman?!

¡Sí! (risas). Yo estaba en el set y esa mujer de metro noventa entró dando brincos, como si de una niña de 10 años se tratase, abrazando a todo el mundo, saludando a los técnicos… con una sim-patía radiante. No somos amigos ni mucho menos, pero me encantó coincidir con ella en ese rodaje.

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