Si le digo “La puerta de al lado” me dice…
Yo pienso en la confusión que hay en la comunicación. Yo lo entiendo como una metáfora, el vecino de al lado en realidad se puede extrapolar a nuestra comunicación social en general. De hecho la canción que escribí se titula “Hablo tu idioma, pero no lo entiendo” y de alguna manera es lo que yo capté cuando leí por primera vez el guión. Cuántas confusiones hay a veces o la mayoría de veces cuando nos comunicamos los humanos. A veces una misma frase significa una cosa para el que la dice y significa otra para el que la escucha y por culpa de esas confusiones lo que nos perdemos vitalmente.
Al margen de la música, ¿cuál es su papel en este montaje?
Yo soy el narrador de la obra. Los personajes no me ven y yo de alguna manera soy el cuentacuentos o el narrador que está por encima de esta historia y que guiña el ojo al espectador.
Toca en directo y ha compuesto la banda sonora. Háblenos de ello, ¿cómo es? Tipo de música, instrumentos…
El planteamiento musical buscaba la pureza. Los instrumentos que se usan son la guitarra acústica y el piano. Luego hay ciertos momentos en los que se simula una orquesta, se simulan sonidos New Age, relajantes, hay ciertos momentos dependiendo de la escena en los que más que más que de músicos estamos haciendo de sonidistas, estamos acompañando lo que está expresando esa escena. En realidad lo hacemos siempre, ya sea con la parte más pura, más de acústica, más de piano, pero en ciertos momentos de alguna manera simulamos el menos es más. Básicamente nuestro trabajo es potenciar lo que está ocurriendo en la escena e, incluso, a veces señalar algo que tal vez ha pasado desapercibido.
¿Cómo es Litus como vecino?
(Risas). Como músico supongo que soy un vecino bastante pesado. He pasado por varias etapas. Hay vecinos míos que se lo han tomado genial, que me los encuentro por la escalera y me dicen ‘ay, qué guay cuando tocas, nos encanta’ y hay otros vecinos que me odian a muerte. De hecho en Tarrasa justo arriba vive el médico que me trajo al mundo, que estuvo en el parto con mi madre, y muchas veces pienso que se arrepiente (risas) porque tengo un piano acústico en esa casa y eso es la ostia, se oye por toda la escalera. La guitarra aún disimula un poco. Entiendo a mis pobres vecinos todo lo que han tenido que sufrir… pero que se jodan.
¿Cómo sería el vecino capaz de sacar de quicio a Litus?
(Risas). Como soy un vecino tan pesado la verdad es que soy muy bueno con los otros vecinos, les perdono todo. La verdad es que no hay nada concreto que me pueda sacar de quicio. Soy muy tolerante en ese sentido precisamente porque sé que es complicado aguantar a un vecino músico.
Aparte de la promoción del disco y este montaje, ¿otros proyectos?
Ahora mismo estoy en la banda de Late Motiv, el nuevo programa de Andreu Buenafuente, también desde hace casi dos años estoy en el Teatro Bodevil haciendo dos musicales, “La cena de los malditos” y “Delizia”. Ahora mismo haremos un paréntesis, porque sería imposible hacerlo todo, pero sí que siempre que pueda volveré al Teatro Bodevil porque le tengo mucho cariño y ha sido para mí como una escuela. Además… DISCO