Manuel Carcedo Sama

 
¿Qué balance hace de la situación general del teatro a día de hoy? ¿Qué diría su parte médico? 

El balance es bastante pobre para un país con la tradición dramática del nuestro. Si yo fuera su médico le recetaría otros políticos comprometidos con la cultura y el arte, que son las señas de identidad del alma de cada pueblo.


¿Cuáles son los retos más inmediatos con los que se enfrenta el teatro?

Lo primero desentrañar la maraña en que hoy se envuelve su esencia. Es absolutamente necesario dejar claro lo que es Teatro y lo que no lo es. Cada cosa tiene su nombre. Los más jóvenes necesitan que no se les confunda.


En vez de quejarnos, vamos a dar soluciones. ¿Por dónde empezamos? 

Evidentemente por hacer Teatro. Yo lo escribo con mayúsculas cuando se trata del arte de Talía, que no en vano se representaba con una corona de hiedra como símbolo de inmortalidad. Teatro con minúscula lo hacemos todos, todos los días.


¿Cuáles son, en medio de esta situación, los grandes desafíos a la hora de gestionar un espacio como Karpas? 

Yo creo que sería fundamental definir este tipo de espacios que surgen al abrigo de la palabra teatro y a veces no a su significado. Las cosas no existen si no tienen un nombre propio ¿Espacio escénico? ¿Teatro Alternativo? ¿Sala de Cámara? ¿Sala Polivalente?… Karpas, en sus quince años de existencia, se ha definido por sí misma. Ese ha sido, y es, nuestro gran desafío.


En esta situación, con público en los teatros, con menos contrataciones, con un IVA exagerado, ¿La profesión también debería hacer autocrítica en algún sentido?

 Debería, quizás, autoexigirse mas de lo que lo hace. No vale todo con tal de trabajar. Al público lo hacemos nosotros; elevemos pues sus expectativas. El IVA criminal, la burocracia, el desamparo institucional, las trabas administrativas… todo eso está ahí… El público es nuestro ¡Cuidémoslo!


¿Qué le pediría Manuel Carcedo a la crítica y a los medios para contribuir a mejorar la situación? 

Sólo más atención. Existimos y contribuimos en gran medida al desarrollo de la sociedad y del Hombre. Hoy los medios tienen el poder de crear monstruos… también de hacer desaparecer aquello por lo que no muestran demasiado interés.


¿Y al público?

 Qué sea más exigente. Creceríamos juntos.


¿Qué tipo de espectador es Manuel Carcedo? ¿Cómo elige lo que ve, en qué se basa? 

Soy un espectador que siempre entra en el teatro dispuesto a dejarse ir, a sumergirse, a empaparse. Si a los quince minutos sigo estando en mi butaca, me dedico a fijarme en los focos o en la señora de al lado. Elegir, elige la experiencia de tantos años, aunque a veces te equivoques.


La última obra que ha visto…

Fue La Piedra Oscura. Me emocionó. El Teatro tiene que emocionar. Yo diría que EL TEATRO ES EMOCION y a través de esa emoción tiene que transmitirnos pensamientos, inducir ideas, provocar deseos…


Siempre le emociona el trabajo de… ¿Qué artista y por qué? 

Cuando se ha visto y se ha disfrutado con Los Grandes, incluso se ha trabajado con ellos, lo más parecido te emociona. Quedan algunos de aquellos que no suelo perderme… creo que se suma un punto de nostalgia. Cuando veo, por ejemplo a Lola Herrera o a Julia Gutierrez Caba, todos aquellos se me agolpan en el corazón…. Y me pregunto ¿A dónde queremos ir?

 

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