Es uno de los grandes nombres del flamenco, Premio Nacional de Danza, Princesa de Asturias de las Artes, compañía propia, espectáculos por todo el mundo… ¿Qué necesidad tenía María Pagés de meterse en este berenjenal? ¿Cómo surge todo?
Mas allá de las etiquetas, ¿flamenca?, ¿clásica?, o ¿contemporánea?, soy una bailarina que ama la danza como parte orgánica de su ser. Amo la danza, el hogar de todos los que bailan. Y como tal, estoy profundamente comprometida con el devenir de la danza en nuestro país. Creo que tengo la edad y la educación moral suficientes y necesarias para embarcarme en la aventura apasionante de poner en pie un proyecto de danza bueno para el sector y para nuestra ciudad. Es una forma de que juntos dejemos un legado para los que estamos aquí ahora y para los que vengan en el futuro. Forma parte de una utopía y una aventura que no la emprendo sola. Cuento con el apoyo sin condiciones de El Arbi El Harti, mi compañero de viaje. Juntos hemos parido el proyecto, que dirigimos juntos. Creo que es una exigencia moral entrar en los berenjenales y darles forma, extraerles toda la belleza que ocultan. Por lo tanto, larga vida a los berenjenales.
¿Y cómo se enfrentan a esta etapa? ¿Puede la responsabilidad o la ilusión?
Para nosotros, no puede haber ilusión, sin responsabilidad. Poner en pie el teatro Centro Danza Matadero física y espiritualmente y hacerlo en un tiempo récord, no ha sido una labor fácil. Para explicarlo en pocas palabras, teatro Centro Danza Matadero es el resultado de la aleación del impulso de dos activistas de la danza y una institución que lo ha entendido y acogido. Ante todo, hemos contado con el compromiso y la voluntad política del ayuntamiento y estamos convencidos de que el futuro de este proyecto necesario como el oxígeno para la danza va a depender de que la gente del sector sea parte de esa aleación y que haga suya la filosofía hospitalaria, integradora del proyecto. Estamos aquí para lanzar y consolidar un proyecto de danza fabuloso para que en pocos años otra dirección artística lo herede y le nutra de su savia. Tenemos un equipo de profesionales – técnicos, producción, comunicación, …- muy buenos e inmensamente generosos y con ellos estamos seguros que nos comeremos el mundo.
A los nuevos directores artísticos de los espacios les preguntamos con qué teatro se han encontrado, pero el suyo es un espacio nuevo, un lienzo en blanco. ¿Eso es bueno, malo o regular?
¡Un lienzo en blanco! Me gusta la expresión porque define muy bien la situación!!!!! La verdad que sea así genera en nosotros una inmensa responsabilidad, pero también nos gusta porque es un reto bello. En un lienzo en blanco todo es posible. Para nosotros no hay duda de que en ese todo y en ese posible no puede tener cabida otra cosa que la belleza, la excelencia, la danza buena, el apoyo a la creación, una programación diversa y plural, un espacio para pensar la danza que se crea en España y en el mundo… Pregúntamelo de nuevo en tres años.
¿Cuánta falta nos hacía en Madrid un espacio dedicado exclusivamente a la danza?
El paso que ha dado el Ayuntamiento de Madrid es histórico y se tiene que valorar en su justa medida. El hecho que, por fin, tenemos un teatro consagrado solo a la danza en Madrid nos tiene que motivar a trabajar más en favor de una pedagogía sobre la danza y sus beneficios para nuestra cultura y nuestro lugar en el mundo. Y también debería apelar a nuestra capacidad de cuidar lo que podemos legar a nuestros hijos. Ahora toca cuidar el teatro Centro Danza Matadero, alimentarlo con nuestra energía como creadores y como ciudadanos, hacerlo crecer, porque en este momento delicado estamos aún en la crianza. Esta fase es fundamental y creemos que es una responsabilidad colectiva; es nuestra, en lo que nos toca como dirección artística, del ayuntamiento, del sector, que debe velar por su continuidad y del público, que sería maravilloso que hiciera un ejercicio de entendimiento de la singularidad creativa y económica de la danza. Personalmente, cuando compramos una entrada, en parte, tenemos claro que estamos apoyando a un artista y a un arte. Es nuestra manera de preservar nuestro patrimonio cultural vivo, porque si no lo preservo ahora, no tendré nada que dejar al fututo.
En España seguimos sin tener mucha cultura de danza. ¿Por qué, qué falta?
Es una responsabilidad y, a la vez, una falla en la que participamos, de un modo u otro, todos. Como bien dices, para que haya cultura de danza, se necesita una política estatal integradora, donde confluyamos todos, ciudadanos, municipios, comunidades autonómicas, gobiernos…la cultura, y la danza que es parte de la cultura, es una responsabilidad de todos.
Luego hay otras cosas. Larbi y yo creemos que la danza está secuestrada por una idea romántica bella, pero algo perversa. El imaginario colectivo considera al bailarín como un ser tocado por una gracia divina que lo hace todo. Nunca ha habido un ejercicio de sensibilización sobre el hecho de que la danza es el arte escénica más compleja, tanto para crear, como para producir, hecho que hace que sea la más cara para crear. Como sabes, un espectáculo de danza obedece a unos procesos creativos y económicos que exigen tiempo, profesionales, es decir, bailarines, coreógrafos, escenógrafos, iluminadores, técnicos de sonido, maquinistas, productores, distribuidores, etc.. y medios para llevarlos a cabo. No existe un marco que defina nuestra cultura en general y en esta indefinición general, en este estado de salvase quien pueda, la danza es la niña bonita, pero pobre, muy pobre.
Centro Danza Matadero se inspira en otros grandes espacios de danza del mundo centrados en la personalidad creativa de un artista. ¿Qué rasgos de la personalidad, del carácter, del oficio y del duende de María Pagés vamos a ver en este espacio?
Partiendo de la gran afinidad que nos une con el Mercat de les Flors de Barcelona, efectivamente, queremos que nuestro teatro de la danza madrileño tenga un arraigo filosófico europeo. Nos hemos inspirado de los grandes proyectos europeos, como Chaillot de Paris, La Maison de la Danse de Lyon, Sadler’s wells de Londres. Pero somos conscientes de que el bebé madrileño tendrá tiempo para crecer y evolucionar. Está en una gran ciudad y Matadero es un centro cultural que tiene una fuerza inusitada y espacios suficientes para acoger proyectos magníficos en todos los sentidos. Aquí María Pagés y El Arbi El Harti, como directores artísticos del teatro, estamos al servicio de la danza y el proyecto está inspirado y extraído del carácter universal de la ciudad de Madrid.
Ya con el mono de faena puesto. ¿Con qué Centro Danza Matadero sueñan María Pagés y El Arbi El Harti?
Queremos que el teatro Centro Danza Matadero, el CDM para los íntimos, sea verdaderamente, una casa de la danza para todos y que los creadores lo cuiden como si fuera propio, en parte, porque mañana, lo pueden dirigir ellos. Es un patrimonio de la ciudad que tenemos que proteger como si fuera nuestro patrimonio.
Hace muy poquito presentaban la temporada, que arranca ahora. ¿Cuánto de eso que soñaban han podido hacer? Imagino que hay que ir poquito a poco…
Hemos soñado, pero hemos trabajado mucho y le hemos dado muchas vueltas a todo. La programación de un teatro como CDM tiene que estas a la escucha de todos los públicos y de todas las danzas que defiendan la excelencia creativa. Y, por supuesto, nuestra programación descansa sobre, por una parte, una línea editorial generalista, que aspira defender a la danza como un hogar acogedor, abrazar la diversidad, fomentando la pluralidad, generar experiencias artísticas inspiradoras, promover la creación de alianzas entre creadores e instituciones, propiciar espacios de formación y reflexión que tengan en la danza su matriz, impulsar a los nuevos talentos, apoyar a los artistas de todas las geografías y lenguajes y enamorar a nuevos públicos y, por otra, una estrategia, que tiene como objetivo esencial que el público de la danza vuelva a la Nave 11.
Vamos con unas pinceladas de lo que viene. Y arrancan con Lorca y con el Ballet Flamenco de Andalucía… ¿Por qué?
Somos defensores a ultranza de la danza y de todas sus expresiones. Amamos a la danza española, a los clásicos, a los contemporáneos y a los urbanos y todos ocupan un lugar privilegiado en nuestra programación. Pero sí reconocemos que tenemos una pequeña debilidad por la danza flamenca. Esta querencia no se debe al hecho de que seamos flamencos, si no porque estamos convencidos de que la danza flamenca es una de las expresiones culturales españolas que mejor articulan la contemporaneidad poliédrica de nuestro país, y lo es porque lo hace desde una lectura y una interpretación sincera y desacomplejada de la tradición. Que la programación del teatro de la danza de Madrid arranque con el BFA es un reconocimiento a la danza flamenca y a la cultura española.
¿Qué más vamos a ver esta temporada? ¿Qué otras compañías…?
Vamos a ver mucha danza y de la buena. Tendremos 56 compañías, 48 nacionales, 7 emergentes y 8 internacionales. Tendremos 6 estrenos absolutos, entre ellos, el de Rocio Molina. Podremos disfrutar de compañias como la del Theâtre National de Chaillot. David Coria. Kukai danza, Daniel Abreu. Kafig Companie. Ana Morales, Andrés Marín. Mal Pelo. Martha Graham dance company, Eva Yerbabuena, Lucia Lacarra y farruquito.
Además, el centro será sede de residencias artísticas y espacio de formación, con talleres y clases magistrales. Y también se potenciará la divulgación sobre la danza en su relación con la ciencia, la salud, la educación o el deporte. ¡Qué importante!, ¿no?
Acercar la danza a las otras disciplinas es una manera de dignificarla y devolverla a su verdad más intima. Estamos convencidos de que la danza por su organicidad, es conocimiento y en sus venas corre la filosofía, la literatura, la historia del arte…
¿La dirección de un espacio así les dejará tiempo para seguir creando espectáculos propios o de momento lo absorbe todo?
Yo soy una coreógrafa que por encima de todo le gusta bailar y a Larbi, un dramaturgo, le gusta idear cosas. Seguiremos creando y bailando, seguro.
Centro Danza Matadero – Nº Febrero 2025