Define a Teresa, su rol en “Lastres” como…
Una mujer que se ha construidoa sí misma con mucho esfuerzo porque no se gustaba demasiado en la adolescencia, cosa que nos suele pasar a casi todos.
¿Qué tiene Teresa en contra de sus amigas?
Lo que nos suele pasar mucho con los amigos de la infancia que, al hacernos mayores, hemos cambiado y, a veces, no nos viene muy bien reencontrarnos porque ¡ayyy! en el fondo ellos saben lo que somos, ¡¿no?! (risas).
El principal lastre personal de Marta Belenguer es…
Que soy una payasa (risas), en el colegio siempre me decían «¡ayy qué payasa eres! Pero… ¡Yo quiero defender que soy una mujer seria! (risas).
Su cara es habitual en todos los medios escénicos pero, ¿cuál le da más alegrías y por qué?
El teatro siempre, y tiene que ver con el esfuerzo que implica.
Anabel nos ha confesado que estaría encantada de volver a “7 Vidas”. ¿Le pasa lo mismo con “Cámera Café”?
Fue una etapa maravillosísima, ¡pero no soy yo de repetir! las cosas pasan, tienen su momento, a lo mejor si se repiten no son lo mismo… Cualquier tiempo pasado no fue mejor, no, yo soy más de vivir el momento.
¿Cómo es trabajar con Ana y Anabel?
Un placer. Son muy generosas en el trabajo, en lo vital, lo emocional… No las conocía tanto y me siento my cercana, muy unida a ellas. Anabel es una explosión de creatividad brutal así como en bruto (risas). ¡Y Ana es muy buena!
Un reto profesional pendiente:
¡Protagonizar una película de Steven Spielberg! (risas). Lo tengo pendiente, igual en un par de años…
¿Por qué nadie debe perderse “Lastres”?
Porque van a reírse mucho y yo creo que se van a emocionar. Habla del momento de la pubertad, de la amistad, de esas cosas que arrastramos ahí desde pequeños, que es muy humano. Nos va a reconciliar un poco con nosotros mismos, con nuestros lastres personales.
