¿Cómo es Charlie, su personaje?
Es un tipo que ronda ya los 50. Siempre se ha movido en el lado oscuro que es la noche, en los bares, en la canallesca. Tiene muy olvidado al niño que todos llevamos dentro, lo tiene escondido, no se fía de nadie. Es un viejo rockero, un músico que ha hecho giras y, cuando se encuentra con Humberto –José Luis Gil–, hay una transformación. Yo le paso mi experiencia y él al niño que lleva dentro. Me vuelve a llenar de ilusión y esperanza.
¿Qué hay de real es esa imagen de rockero descreído de la ficción?
¡Uno siempre piensa que tiene menos de los personajes! Y los demás que tienes más de lo que en realidad tienes (risas). Yo nunca he dejado de tener al niño que llevamos dentro, si no no te puedes dedicar a esto y estar todo el día escribiendo y actuando.
Estamos ante un proyecto que nació de la amistad…
¡Así es! José Luis y yo habíamos coincidido en “Ser o no ser” y en “Fuga”. Hicimos muy buena amistad porque son muchos viajes, muchas horas juntos y somos almas gemelas. Vas compartiendo cenas, gin tonics –yo gin tonics, él cafés con leche porque no bebe– y muchos sin sabores, muchas alegrías, vas encontrando un amigo. A él le ofrecían muchos proyectos por ser el actor y la bellísima persona que es, todo el mundo quiere trabajar con él, y él dijo que no, que no quería trabajar en ningún montaje ajeno al que habíamos escrito Carolina Noriega y yo. ¡En ese momento la obra no estaba escrita! Así que nos pusimos manos a la obra.
Cuenta con la colaboración especial de Eduardo Gómez, ¿cuál es su papel?
Aparece en algunos vídeos que sirven de interludios para explicar las relaciones amorosas de diferentes parejas y, entre esos personajes, está Edu, que ha colaborado con absoluta generosidad, también por la relación que tiene con José Luis.
La situación más divertida que ha vivido interpretando es…
José Luis aguanta muy bien la risa en escena y yo no ¡¡y eso me angustia mucho!! (risas) y soy como los niños, cuanta más angustia tienes, más risa te entra, entonces hay momentos ahí que tengo que esconderme detrás del palo de una escoba. Los momentos en los que me hace reír José Luis son divertidos y dramáticos a la vez (risas).
Usted es un reputado cómico de Stand Up Comedy. Si existieran unos premios en España para esta categoría, ¿quién debería llevarse el oro?
José Juan Vaquero, que es un monologuista al que admiro profesional y personalmente con verdadera devoción. Yo siempre digo que si volviera a nacer me gustaría ser como él, como cómico y como persona.
¿Cuándo fue la última vez que dijo eso de ‘una más y nos vamos’ en un bar?
¡Cada dos días lo digo! (risas). Me gustan mucho las tertulias con amigos y nunca encuentras el momento de irte.
¿Por qué todo el mundo debería disfrutar de “El gran favor”?
Van a pasar una hora y 40 minutos de muchas risas y van a ver a dos actores que se dejan la piel, que consiguen que el público se ponga en pie al final. Hay gente que ha venido dos y tres veces y dice que cada día es diferente y es que José Luis es tan creativo y tiene un talento tan enorme, que es muy difícil aburrirse con él. Es un verdadero placer porque no hay día igual.