¿Qué es, cómo la definiría, qué tiene de especial, qué destacaría de ella?
«Aquiles, el hombre» es mucho más que una recreación del clásico homérico «La Iliada». Nos enfrenta a la realidad de la guerra y sus contradicciones. El texto de Rivera, bajo la dirección de Pascual, conseguirá que nos sintamos ante un campamento guerrero que podría ser de aquella época o de esta misma. Allí está todo lo que nos enfrenta a los hombres concentrado en un mínimo espacio y tiempo. Nos sitúa en el vértice de algo tan esencialmente humano como es la toma de decisiones difíciles: a qué estamos dispuestos a renunciar individualmente en pos de un bien colectivo y qué diferentes interpretaciones existen sobre lo que es un bien colectivo.
Sobre su personaje: ¿Quién es (nombre), cómo es, cómo lo definiría, qué le mueve?
Soy Agamenón, rey de los Aqueos (los griegos) que tienen Ilión (Troya) sitiada desde hace nueve años. Mientras los principales héroes que lideran la tropa están ahí para buscar la gloria guerrera, Agamenón tiene una motivación política y estratégica. Él trata de comportarse de una manera racional frente a tanto fanatismo bélico, y eso le granjea la incomprensión de los otros líderes cuando, viendo imposible cumplir la tarea de la conquista, -en parte por carecer del apoyo de los dioses y en parte por la auto-exclusión de Aquiles- plantea la retirada. No obstante, todo lo racional que puede ser ante la batalla lo deja de ser cuando se trata de una mujer, y cae furiosamente enamorado de su propia esclava, Criseida, hija de un sacerdote de Apolo; hecho que desencadena un grave conflicto en el campamento griego porque parece ser la causa de la retirada del apoyo -tan necesario- de los dioses.