¿Qué plantea “Los nuestros”?
Miki Esparbé: “Los nuestros” aborda los vínculos entre los miembros de una familia sefardí –regresada a España en los años 60 desde Marruecos– durante la celebración del Avelut, el luto judío, a raíz de la muerte de la abuela Dinorah. A través de siete días de convivencia, la historia explora la idea de familia como lugar de retorno del que no se puede escapar. Se coloca ante un mundo que no ha terminado de morir y el miedo y la incertidumbre a otro que no ha acabado de nacer. Se plantea desde aquí qué significa la desaparición de una manera de relacionarnos y cómo seguir juntos a partir de ahora.
¿Cuáles son los temas y sentimientos que pone la pieza en la palestra?
Manuela Paso: La familia como un vínculo que te construye pero también como una ‘programación’ que te quita libertad y realización. Las religiones y las diferentes culturas que caminaron de la mano en la Península Ibérica y que, en su diversidad, construyeron lo que ahora llamamos España. La muerte y el duelo como un limbo que te sumerge en muchas preguntas sobre ti mismo. Y también las madres, los hijos y las hermanas como un lugar común en el mundo.
¿Cómo son sus personajes y qué desafíos enfrentan en la obra?
Miki: Pablo es hijo de Reina y nieto de Dinorah. Es un dramaturgo frustrado que quiere dejar de escribir proyectando una nueva vida con ilusión junto a su pareja, Marina. Es consciente de que para salir adelante es necesario dejar cosas atrás, argumento que choca inevitablemente con la perspectiva de su madre.
Manuela: Mi personaje es Esther, la hermana menor de Reina. Ha nacido en España en los 70 y, aunque pertenece a una familia de orígen sefardí expulsada por los reyes católicos, siente que esas raíces se le han quedado lejos y desactualizadas. En este Avelut o duelo por su madre Dinorah, Esther tiene que enfrentarse a sus raíces y a tradiciones que le resultan extrañas y lejos de lo que ella es en este momento de su vida. Durante este viaje, ella se debate entre quedarse una semana entera con ‘los suyos’ o marcharse cuanto antes para seguir viviendo a su manera y sentir su duelo personal e íntimo sin que ninguna costumbre religiosa y cultural se ponga de por medio. Quiere irse y desapegarse familiarmente como siempre ha hecho pero, a la vez, sentirá que pertenece irremediablemente a esos que llamamos ‘los nuestros’.
Lo mejor de esta obra es que…
Manuela: Mantiene el interés todo el tiempo, ya que es una especie de tribuna donde todos intentan defender su forma de ver la vida, el amor, la muerte, la familia, la tradición, el exilio, la integración… y escapan como pueden a los reproches, ataques e ironías mutuas. Siento que es puro ritmo y originalidad.
Miki: Esconde sorpresas. Además, se dispone a tres bandas, permitiendo así la lectura de los conflictos desde distintas perspectivas. Eso intervendrá directamente en la experiencia del público, estoy convencido.
En suma de todo, ¿por qué motivos no podemos perdernos este prometedor estreno en el CDN?
Miki: Quien asista a “Los nuestros” será cómplice de este Avelut y empatizará fácilmente con unos personajes atrapados en un momento de desencuentro preguntándose cómo hay que mirar hacia el futuro. Es inevitable conectar con la mayoría de los conflictos que plantea el espectáculo.
Manuela: Todos sentimos la necesidad de resultar adecuados para nuestras familias y, a la vez, fantaseamos con rebelarnos en alguna medida contra ellas. Queremos ser el ‘fiel rebaño’ que se une y se apoya pero también la ‘oveja negra’ que emprende un camino diferente, caótico quizá, pero novedoso para uno mismo y para el clan. Puede que la familia a la que cualquier espectador pertenece sea un refugio inapelable pero, también, una maldición que vivimos con dolor y con humor. Siempre me he sentido atraída por las historias familiares honestas donde las sombras y las claves de la identidad se ponen de manifiesto. Esta es una de esas historias potentes. Por otro lado, la obra habla también de la diversidad cultural y de los retos de integración.
Teatro Valle-Inclán – N* Febrero 2025