Háblenos de este título. ¿Qué es “El cerco de Numancia”, cómo definiría esta obra y qué tiene de especial?
Lo que hemos hecho ha sido una versión del famoso texto de Miguel de Cervantes, pero es una versión muy libre que ha hecho Florián Recio y lo único que pretendemos es traer Numancia, lo que supuso Numancia y el sacrificio de los numantinos a nuestros días haciéndole una pequeña reflexión al público de que los poderes que dominan los cercos al final están hoy en día y que lo que ocurrió en Numancia no es de aquella época, sino también de ahora. LA idea es actualizar o hacer que el mito o la obra de Cervantes tenga una lectura diferente hoy en día. Nos quedamos simplemente con la historia de Numancia.
¿A qué nos enfrenta “El cerco de Numancia”, ¿de qué habla, en qué llagas mete el dedo?
Se va a encontrar cómo un gobierno, un país, un imperio como fue Roma en ese momento dominó a un pueblo y lo llevó hasta la extinción hasta el punto de que los numantinos se sacrificaron en aras de su libertad. Tiene una lectura con todo lo que está ocurriendo hoy en día con Oriente Próximo y por todo lo que ocurre en cualquier lado, en nuestro país también, se va a encontrar con que va a ver una historia que siendo antigua tiene una modernidad impresionante.
Háblenos sobre la puesta en escena, la escenografía…
La escenografía es un terreno donde lo que es el cerco de Numancia está simulado por unas lanzas, que en este caso son unas lanzas de luz simulando las flechas y dos grandes monolitos: en uno se está viendo a través de proyecciones lo que es el poder, lo que significa el poder hoy en día y que va cambiando de imágenes a lo largo que las escenas de la Numancia van cambiando y el otro que es el símbolo del poder, ese monolito que lo domina todo, un círculo central que significa la Numancia y una sangre colgada en la parte de atrás con un gotero que están llenos de sangre y que es una imagen de cómo esa sangre del pueblo se alimenta el poder. Una manifestación del poder que oprime.
¿Cómo recuerda la experiencia en Mérida?
Era la segunda vez que tenía una experiencia en Mérida pero la primera vez que hacía una tragedia. Para mí fue muy gratificante. Primero, como director no me había enfrentado nunca a una tragedia y mucho menos en el Teatro Romano de Mérida, que es un teatro especialmente difícil porque son 72 ,metros por siete de ancho, pero resultó muy bien. El públic lo aceptó muy bien. Ha sido un montaje por decirlo de alguna manera consensuado por todos, los actores han estado muy de acuerdo con mi propuesta de montaje, lo han hecho suyo, ha sido un trabajo muy fácil porque es un equipo que ya nos conocemos, era nuestra segunda vez. Nos conocemos muy bien y eso hace que los ensayos sean muy fluidos y que no haya malos rollos. Unos actores magníficos y muy dúctiles. No están en el circuito nacional pero que no tienen nada que envidiar a ninguno de los grandes, que hacen unas interpretaciones magníficas y con mucha fuerza.
Además, el coro… Toda la parte más crítica de la obra la centramos en un coro que lo hacen los mismos actores. El coro es uno d elos coros que más éxitos ha tenido en Mérida por su fuerza, en Mérida y en todos los sitios por donde hemos ido. Porque llevamos un año de gira.
El vestuario tiene reminiscencias de antiguo pero hehco muy moderno. El coro son unos grandes abrigos, que son atemporales por un lado, pero que recuerdan muy bien lo que era el mundo romano y el mundo numantino.
No debe ser fácil hacer el trasvase de un espectáculo del Teatro Romano de Mérida a un escenario convencional…
Normalmente hay cosas que se pierden o se constriñen por las dimensiones del escenario, ero en este caso se ha mantenido toda la idea, los dos monolitos se han hecho más pequeños, menos lanzas, pero están, el círculo es más pequeño, pero existe. Todos los elementos están, no habrá grandes diferencias.
¿Por qué no debemos perdernos “El cerco de Numancia”?
Me parece una obra estupenda, es un trabajo muy serio y la lectura o el mensaje es digno de estudiar en el sentido de que quziás por sabido no se le hace caso: que Numancia es una historia eterna y que tenemos que estar muy pendientes porque cada día hay muchas Numancias que nos llevan al desastre, desde los desahucios hasta la guerra de Siria pasando por todo lo que hay por el mundo. Y porque como montaje dramático tiene mucho interés porque son actores que están muy bien, la historia está muy bien contada por el autor y la escenografía es vistosa