• Daniel: Tras el éxito de la película de Álex de la Iglesia, ¿qué le motivó a montar esta obra?
DANIEL GUZMÁN: Me atrajo la historia de amistad, la profundidad de los persona-jes, las situaciones disparatadas, los numero-sos giros y la reflexión que sugiere el autor sobre el uso del móvil y el control que ejerce sobre nuestras vidas. Escribí junto a David Serrano la adaptación de la obra original modificando algu-nos aspectos y sumando otros nuevos en relación a nuestra cultura, acervo e iden-tidad y, en definitiva, al sentido del humor característico de nuestro país.
• ¿Se atreverían a dejar el móvil encima de la mesa y exponer en voz alta los mensajes y llamadas que reciben?
ALICIA BORRACHERO: ¡Por supuesto que no! (risas).
ISMAEL FRITSCHI: Sin duda. Seguro que aparecería por ahí alguna trampilla o trave-sura, pero totalmente subsanable (risas).
FERNANDO SOTO: No. Por una cuestión muy sencilla: intimidad.
OLIVIA MOLINA: Hay llamadas más incómodas de recibir en público que otras: una amiga que necesita ayuda con una decisión muy íntima, un diagnóstico médico… y no sería justo para la persona que me llama, ella no estaría pudiendo elegir.
• ¿Son muy dependientes del móvil? ¿Qué papel juega en sus vidas este pequeño aparato?
DANIEL: Yo me estoy quitando. Hace al-gunos años, un día cuando me levanté, fui consciente de que lo primero que hacía nada más abrir los ojos era mirar el móvil y dije: algo va mal… A partir de ahí, comencé a re-cuperar mi vida (¡aunque en etapas puntuales tenga recaídas…!).
ANTONIO PAGUDO: Nos hacen creer que es imprescindible, pero yo podría pasar perfectamente sin él.
ELENA BALLESTEROS: Yo paso mucho tiempo sin mirarlo y eso suele extrañar.
ALICIA: Cada vez más. Es un arma de doble filo. Creo que vivimos mejor con ellos, pero éramos más felices sin ellos. La tecnología nos está saliendo muy cara.
• ¿A qué nos enfrenta esta función, en qué llagas mete el dedo?
DANIEL: En la intimidad, la confianza, la inseguridad… en el derecho o el deber a mostrar o no nuestra vida personal. ¿De-bemos compartir todos nuestros secretos? ¿Las nuevas tecnologías nos ayudan o ejer-cen un control sobre nuestra vida?
OLIVIA: Plantea que somos selectivos con la sinceridad. Es un juego que se propone en esa cena de amigos desde el disfrute y que resulta ser un revulsivo para todos
JAIME ZATARAÍN: Nos enfrenta a los lí-mites que cada uno ponemos a la sinceridad en cualquier tipo de relación (pareja, amis-tad, familiar) y a la vulnerabilidad que apare-ce cuando no tienes tu propio móvil en el que refugiarte.
• ¿Quiénes y cómo son sus roles?
ALICIA: Eva es esposa, madre de una adolescente y psicóloga. Está pasando por una crisis vital. Por un lado, quiere mantener las cosas en su sitio, el control sobre su traba-jo, su hija, su matrimonio… y, por otro, perderlo, soltarse la coleta, patalear… volver a tener 20. Es pura contradicción y oculta más de un secreto.
ANTONIO: Mi personaje es un padre de familia con un gran secreto y una crisis de caballo. Se aferra a lo que cree que ha conseguido.
ISMAEL: Interpreto a Lucas, un profe en paro que pasa por momentos difíciles. Le define su necesidad de comprensión y cariño por parte de sus amigos de toda la vida. Está muy confundido…
ELENA: Violeta es pura, inocente. Cree en la bondad humana. Para ella la vida es boni-ta. La sinceridad es inherente a ella.
FERNANDO: Alberto es un cirujano plástico que está intentando salvar su matrimonio cambiando él primero. ¡El tipo que me cae muy bien…! Intenta aprender de sus errores.
JAIME: Mi personaje es Santi, recién casado con Violeta. Es taxista y un tipo muy em-prendedor y con mucha ilusión por prosperar día a día. Quiere hacer las cosas bien, pero le falta cierta madurez para gestionar según qué cosas.
OLIVIA: Marina es una mujer en plena crisis de pareja con una situación familiar que le cuesta sostener cada vez más. Busca nuevas maneras de sentirse viva. Ella llega a la cena con la necesidad de disfrutar, olvidar y soltar… pero, sin quererlo, se encuentra de cara con su triste realidad.
• Una gran frase de sus personajes en la escena de “Perfectos desconocidos”:
OLIVIA: “La gente tendría que aprender a separarse”.
JAIME: «El día que acierte con una de mis ideas me vais a empezar a tratar de usted».
FERNANDO: “He aprendido algo muy importante desde que voy a terapia: no convertir cada discusión en una lucha por tener la razón».
ELENA: “No, no, yo con la mentira no puedo”.
ISMAEL: “Lo importante es que estamos aquí los amigos y que tenía muchas ganas de veros”.
ANTONIO: “Pero un momento: si yo te enseño el mío , tú me enseñas el tuyo”.
ALICIA: “¿Cuántas parejas seguirían juntas si supieran lo que tiene el otro en el móvil?”.
• Actualmente se comparte todo a través de móvil y redes sociales. ¿Qué lectura particular hacen ustedes?
ANTONIO: Que la intimidad personal tie-ne que gozar de buena salud y nunca aso-ciarla con la mentira.
JAIME: Hay que intentar vivir las cosas con tus propios ojos y no a través del móvil.
OLIVIA: Yo no creo que se comparta todo, creo que elegimos lo que compartir y es lícito. Lo importante es definir esa línea y que cada uno elija la que le haga sentir bien.
ELENA: Hay varias, pero me quedaría con la necesidad del ser humano de escapar de su vida real, cuando sería precioso vivir la vida que realmente nos haga felices, atrevernos a pasar del plano virtual al material, sin miedo.