“Tiempo Muerto 2” presenta una nueva versión de uno de sus espectá-culos más exitosos. ¿Qué sorpresas nos depara?
¡Dicen que lo que funciona no lo cambies! Entonces hemos partido de la misma base incorporando la danza urbana, que en otros espectáculos con mi sello ya había funcionado muy bien, y la danza de raíz –como derviche o sufí– que suena muy flamenca y que entra muy bien en esta historia. Es un estreno abso-luto y vamos con él a hierro, ¡a bocajarro!
Usted firma las letras del show. ¿Cómo ha sido el proceso?
Me he inspirado en la libertad que tiene el flamenco, su dignidad, su seriedad y, sobre todo, su majestuosidad. He querido hacer un espectáculo donde los distintos palos del flamenco estén muy bien representados de la mano de un gran artista musical que es Juan Parrilla, que firma toda la partitura musical. Somos 10 músicos en directo en escena y un gran artista invitado.
¿Cómo ha confeccionado el cuerpo de baile?
Se compone de ocho bailaoras de flamenco que estarán acompañándome, dentro de las cuales también hay un programa de integración muy bonito que es una japonesa, ¡porque bien que ellos nos ayudan y nos quieren, haciendo un gran desarrollo de la cultura flamenca! En la danza urbana llevo dos hombres y una mujer dirigidos por Itsaso A. Cano, que es la directora de Zukdance.
¿Por qué nadie debería perderse “Tiempo muerto 2”?
Porque es un espectáculo muy sentido donde se llora, se ríe, donde hay referencias y homenajes como el que le hacemos a la grandísima Lola Flores dentro de la “Zambra” y porque es un show muy generoso de casi 30 artistas en escena, que eso hoy en día es de un formato muy grande.
Precisamente Lola Flores es quien le acompañaba si rebobinamos 25 años en el tiempo y encontramos a un Rafael Amargo de 16 años debutando en un escenario. ¿Qué sensaciones recuerda de esa primera vez?
Recuerdo la ilusión de un niño granaíno que llegaba a Madrid con la mochila llena de sueños. Uno de los primeros era trabajar con una gran figura y tuve la suerte de hacerlo con la más grande, ¡ni más ni menos! (risas).
En 25 años de carrera profesional, ha mostrado su arte en los mejores tablaos, escenarios y festivales del mundo. ¿Cuál fue esa actuación que jamás podrá olvidar sin emocionarse?
Muchísimas, sobre todo cuando he ido a grandes coliseos como el Orchard Hall de Tokio, el City Center de Nueva York, Follies Bergère de París, Royal Albert Hall de Londres, el Teatro Real de Madrid, el Gran Liceo de Barcelona, el Bolshoi de Moscú… gracias a Dios puedo contar que los he pisado, disfrutado y vivido.
¿Cuáles han sido sus referentes de la danza flamenca?
Mario Maya, Antonio Gades, Manuela Vargas, Manuela Carrasco. Y más contemporáneo, Antonio Canales.
¿Con quién moriría por compartir escenario, por fantasioso que suene?
¡Con alguien tan espiritual como el Dalai Lama! Él recitando la palabra de los monjes y yo bailando. Sería maravilloso bailar su palabra.
El mayor premio profesional de su carrera ha sido…
Creo que todavía no me lo han dado. Tengo 41 años, una edad preciosa para el flamenco, así que creo que ese gran premio aún está por venir.
Lejos de los escenarios, Rafael Amargo disfruta como nada con…
Las reuniones con mis amigos y los festivales de música electrónica por el mundo a los que acudo siempre para escuchar a los grandes maestros.
¿Y con qué se chupa los dedos?
Con los platos de cuchara de mi madre: ¡eso está pa llorar de bueno! (risas).