Ramon Fontserè

Albert Boadella pasaba el pasado diciembre el testigo de Els Joglar a Ramon Fontserè. Así, sin traumas, sin miedos. Sabía que no se lo dejaba a cualquiera. La confianza era plena. Compañeros desde hace más de 30 años y actor principal de la compañía, Fontserè es un pilar seguro cimentado en décadas de trabajo en teatro, cine y televisión y premios como el Max o el Nacional de Teatro, además de los conseguidos junto a Els Joglars. Con él hablamos de esta nueva etapa y de este coloquio que protagoniza y dirige.
¿Pesa mucho recibir la batuta de Els Joglars?

¡Imagínate! Coger el testigo de un hombre como Albert Boadella que ha hecho un trabajo colosal durante cincuenta y un años en El Joglars, con cerca de 45 obras originales, obras publicadas que se estudian en las universidades y en los institutos… Sí pesa, pero también es algo que conozco desde dentro, porque comencé jovencito, conozco la casa, el método y es una experiencia muy interesante. Y ahora que el montaje está hecho me ha gustado mucho.


 

Además, ahora actúa y dirige.

Ha sido algo que no había hecho nunca y ahora he tenido que hacer. He tenido la suerte de contar con Martina Cabanas, que es una ayudante de dirección fantástica. Todo junto ha sido una experiencia muy interesante y también un estímulo. A veces los actores creemos que ya hemos hecho casi todo y de repente te ponen un listón un poco más alto, un poco más duro y piensas ‘no voy a ser capaz de superar esto’. Pero han pasado los días y ha ido perfecto.


 

¿La línea de la compañía va a seguir siendo la misma?

Voy a seguir con la misma estética, con la misma ética y con el mismo estilo. Somos un grupo que hacemos el teatro que nos gusta, que observamos en la realidad y que lo ponemos encima del escenario.


 

Y con el cambio, otro Cervantes. ¿Es buen compañero de viaje?

Cervantes fue el pionero de la novela moderna, es un hombre que se inspira en la realidad para escribir y nosotros hacemos lo mismo con el teatro. Además, ese toque siempre de humor que tiene Cervantes, ese distanciamiento, esa canalización de las cosas tabúes nos gusta mucho.


 

Y se han decidido por dar voz a los perros…

A esos dos perros que observan desde su mudez rota sólo durante una noche a los hombres, sus miserias, sus ridiculeces, sus trampas, sus hipocresías y que luego las sueltan durante esa noche en que hablan. Eso nos ha parecido muy interesante.


 

La relación hombre-animal ha cambiado y hoy son casi personas…

Hacemos esa traslación al mundo actual. Los que se han mantenido al lado de su naturaleza han sido los perros, los sensatos, los de sentido común. Pero hoy queremos tratar a los animales como personas cuando son animales. Aquí entra el conflicto. Se han llegado a extremos de un delirio enorme.


 

¿Ramón Fontserè tiene más de Quijote o de Cipión y Berganza?

No tengo ni idea (risas). Tengo la suerte de hacer algo que me gusta mucho. No creo que sea un Quijote, pero sí que para hacer teatro a veces se necesita un punto de quijotismo. Y en estos tiempos actuales, ahora con esto de la crisis y todo lo que está pasando, sacar un punto de quijotismo no está mal.

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