Toni Acosta – Una madre de película

Son ya las tantas de la madrugada cuando Eva María, nuestra madre de película, recibe una llamada de su hijo con un encargo muy urgente: debe entrar en su habitación y buscar en un cajón secreto un documento que necesita para la universidad americana en la que estudia. Alejandro, que conoce muy bien a su progenitora, le advierte de que no caiga en la humana –y especialmente maternal– tentación de hurgar en sus cosas, pero una vez inmersa en el encargo… ¿quién está libre de pecado? El recuerdo de su vida y la visión de ese provocador nido vacío harán deslizarse a Eva María por una emocionante y divertida espiral, transformando su cotidiana realidad en una auténtica aventura de película. Escrito y dirigido por ese maestro de la comedia llamado Juan Carlos Rubio, este desternillante monólogo se adentra en el irremediable y temido nido vacío a través de la magnética interpretación de Toni Acosta, una de las actrices más populares de nuestra cantera gracias a su incesante trabajo en cine –“Padre no hay más que uno”–, TV –“Señoras del (h)ampa” y, por supuesto, en las tablas –“Anfitrión”–. Charlamos con esta encantadora tinerfeña de su primer y prometedor monólogo escénico. Por ANA VILLA

“Una madre de película” es… Una comedia que habla de una mujer que se enfrenta al nido vacío. ¿Qué motivos te llevaron a aceptar este nuevo reto teatral?

¡Mi propio nido vacío! (risas). Últimamente me atrae mucho este universo femenino del que se ha hablado poco. Creo que es muy interesante llevar al escenario temas que nos interesan y nos ocupan, temas que hasta ahora eran tabú. Parece que si hablas del nido vacío eres una blanda, ¡pero es que es una etapa que nos afecta!

¿Qué relevancia tiene esta etapa en su caso personal?

Yo atravesé un pequeño desierto… Tengo dos hijos –hijo e hija–, mi hijo se fue a estudiar fuera y luego mi hija, con 14 años, se fue unos meses también, y yo pensé “¡Uy! Esto es, esto va a ser”. Ella volvió, pero esa ausencia me hizo pensar mucho en que no nos preparamos para esas etapas de la vida que llegan. Yo tengo una vida con muchísima gente alrededor, pero al vivir esta experiencia pensé muchísimo en esas mujeres que se dedican más al nido, a los cuidados. Pensé en la generación de mi madre. He conectado como madre con mi hijo –porque se ha ido– y con mi madre como hija –cuando me fui–. Y todo el rato pienso… ¿yo lo hice peor…? (risas). ¡Yo me fui mucho peor…! Piensa que en aquella época ni siquiera teníamos las tecnologías de ahora.

Ahora bien, ¿cuál es la historia que presenta y desarrolla esta función teatral?

Es la historia de una mujer cuyo hijo se va a estudiar fuera, lejos, a Boston. Ella está divorciada, no tiene nueva pareja y, de repente, se da cuenta de que su vida giraba en torno a su hijo. Eso le provoca noches de insomnio, ansiedad que es incapaz de gestionar sola, va a terapia… Se trata de una hora y media en la vida de Eva María metida en la habitación de su hijo. Ella entra ahí y empieza a rebuscar…

¿Qué supone para usted este papel, qué le está aportando?

Estoy muy feliz con este papel porque pasa por muchos estados y personajes, desde el marido hasta la terapeuta, pasando por su hijo que vuelve con alguien en Navidad, etc. Y es que, para mí, la del nido vacío es una etapa que puedo equiparar a la de la maternidad. Al principio te pones en plan “¡qué alegría que se vayan!”, pero enseguida te ves sola en casa con unos espacios y unos silencios… que hay que atravesarlos.

¿Qué rasgos caracterizan a Eva María?

Su generosidad, su dedicación a los cuidados y su carácter obsesivo.

¿Qué grandes asuntos y sentimientos salen disparados en este apasionado monólogo?

Aquí hay muchísimo humor, porque ella intenta reírse de sí misma, pero los sentimientos que de verdad se ponen en valor son el vacío y la tristeza. Ver esta función desde fuera, como espectador, es divertidísimo, pero ella vive un drama. ¡Ella está convencida de que su hijo la ha abandonado! Yo fui a ver a Aitana Sánchez-Gijón cuando hizo “La madre”. Yo ahí ya estaba preparando mi monólogo, así que pensé “¡noooooo!”. Fui a verla y me di cuenta de que aquello era lo mismo, pero esa función lo trata como el drama que se está viviendo mientras que yo lo trato con humor.

Esa frase de la obra que, para usted, es digna de enmarcar:

Hay una canción muy importante que atraviesa toda la función, que dice: “Eva María se fue buscando el sol en la playa”. Ahí lo dejo (risas). ¡La función podría haberse titulado así! Pero es verdad que Eva María se refugia mucho en el cine y hay un montón de frases de películas. Esto ha sido precioso, que el cine recorra toda la función. Por eso la hemos titulado “Una madre de película” y yo aquí aspiro a ser una madre que no existe, como lo son las madres de las películas.

En suma de todo, ¿por qué motivos no podemos perdernos este estreno?

Porque os lo vais a pasar genial, ¡hace mucha falta reírnos! Creo que Juan Carlos Rubio ha hecho un texto divertidísimo, pero cuando te vayas a cenar después de ver la función dirás “oye, aquí pasan cosas”. Y también por mí, ¡me voy a echar flores…! Que es la primera vez que hago un monólogo…

¿¡Primera vez sola ante el peligro!?

¡Sí y es un gran reto para mí! Esta es la primera vez que me enfrento solita a un escenario, todavía pienso si alguna vez se me olvidará algo (risas). Pero ha sido con premeditación y alevosía, algo que he perseguido. Llevaba tiempo buscando un monólogo, pero quería algo que fuese mío. ¡Juan Carlos hasta cotilleó un diario que yo llevé durante mi embarazo…! Y es que, ahora que lo pienso, más allá del abandono, el sentimiento que atraviesa toda la función es la inseguridad. Es un sentimiento que, a día de hoy, creo que es el que más nos afecta a los seres humanos…

Toni Acosta es esa actriz que está en todas partes. Al margen de este estreno, ¿en qué otros proyectos podemos verla?

Lo cierto es que he abandonado el mundo por este monólogo. Terminé el rodaje de “Padre no hay más que uno” en agosto y me entregué de lleno a esto, te diría que incluso a su escritura, porque Juan Carlos tenía un texto que se modificó mucho durante los ensayos.

¿Nada más entonces?

Hay algo aparte que me hace mucha ilusión contarte… y es que he estado escribiendo también ¡y hasta ahí puedo leer! He decidido parar un poco… ¿Qué estoy en todas partes? Sí, porque cosas que se rodaron antes salen ahora, pero he hecho un ejercicio consciente de parar. Yo tengo 52 años y a los 50 me hice esa pregunta de ¿hacia dónde quieres ir? Y surgió esto de la escritura que me tiene muy contenta. No puedo contar mucho todavía, pero ya he entregado una cosita, así que ya puedo decir que… ¡lo he hecho! (risas). ¡¡¡Estoy muy feliz!!! Llevo más de un año con ello y sentir que he sido capaz es algo muy importante para mí.

Un deseo profesional para este año 2025 que comienza:

Que los teatros se llenen con público de todas las edades. Que seamos capaces de llevar a nuestros hijos y nuestros nietos al teatro a descubrir este arte, porque es un planazo. A mí cada vez me gusta más ir como público.

Uno personal:

¡Viajar a Nueva York! Mi pareja me dice: “Eres la persona que cuando más vacía tiene la agenda más la llena” (risas).

 

Teatro Bellas Artes- Nº Enero 2024

NOTICIAS RELACIONADAS

Lo más leído
REVISTA TEATROS GRATIS

¡Apúntate a nuestra newsletter!

Recibirás un email semanal con la revista completa, la actualidad destacada y ventajas exclusivas.