Toni Cantó

 Cómica, ácida, descarnada. Así es la visión de este actor y político acerca de cómo se gobierna realmente en este país. Cumpliendo la promesa que se hizo tras firmar su acta de diputado, el valenciano regresa al teatro con este debut como autor y director para compartir algo con el respetable: una privilegiada mirilla personal que promete desenmascarar las entrañas del juego político. 
 
 

 

¿Qué persigue este “Debate”?

He querido hacer un retrato de algo que sucede en este país desde hace mucho tiempo: cómo el poder se pone de acuerdo, cómo no hay grandes diferencias entre los dos grandes partidos, cómo se nos ha quitado a todos el derecho a asistir a algo que, en otros países, se hace con total normalidad, que es el acceso a la información, al programa, a las propuestas de cada partido, etc. Y revisar un poquito las relaciones del poder con la prensa.


¿Cómo ha sido este proceso de creación?

Yo estuve hablando con profesionales del periodismo y de la TV que llevaron a cabo algunos de los debates importantes de este país y también con algunos de los políticos que estuvieron en los equipos negociadores. Con todo, he elaborado una ficción. Me pareció que era una buena metáfora de cómo el poder decide lo que debe saber o no la gente, cómo hay una grandísima diferencia entre lo que ocurre en la trastienda, en las tuberías del sistema, y lo que trasciende fuera.


Asegura que no hay una verdadera separación de poderes ni transparencia en la información real…

Hay algo falso en cómo se dirimen algunos acuerdos que luego, a la hora de la verdad, no lo son tanto. En la legislatura anterior que, para mí, fue la del hundimiento del bipartidismo, vi a menudo cómo los dos grandes, a pesar de cascarse como en el cuadro “Duelo a garrotazos” de Goya, a la hora de la verdad, estaban absolutamente de acuerdo en todo y, aunque yo tenía la sensación de que las cosas iban a cambiar muy rápido, luego el sistema es muy sólido y no es tan fácil.


¿Cómo son los tres personajes de esta función?

He querido hablar de dos partidos grandes que podrían ser intercambiables con los que existen aquí, a través de los dos personajes masculinos. Y luego hay una mujer que preten-de moderar el debate, que es la prensa. Yo creo que desde el poder se maneja mucho la información y la prensa y, en momen-tos de grandísimas dificultades, también hay ese otro nuevo poder que debiera ser la prensa que, por necesidades econó-micas, se deja manejar por el poder.


Desde fuera, se palpa bastante teatralidad en el mundo de la política. ¿En qué medida le ha ayudado su carrera como actor en este otro plano profesional?

A la hora de poder llevar a cabo alguna habilidad comunicativa, pero nada más.


Dónde son más honestos los aplausos: ¿en el teatro o en el Congreso de los Diputados?

En el teatro. En el Congreso son mucho más parciales, es complicado que alguien se deje llevar por algo que venga de un grupo contrario… la cosa está muy cerrada ya.


¿Cuál es la mayor desfachatez que ha observado en los debates televisados de este año?

El de Rajoy versus Sánchez fue un espectáculo deplorable, porque se centró todo demasiado en la descalificación y poco en propuestas. Y fue algo voluntario… ambos sabían que tenían mucho más que ganar en ese terreno que en el de explicar lo que creían que se debía hacer para que la vida de los españoles mejorara.


¿Va a ayudarnos esta función a afinar nuestro criterio a la hora de ver un debate político?

Esa es mi intención, ¡por eso la he escrito! La negociación de un debate es una manera perfecta de entender cómo se nos gobierna y cómo se nos hurta mucha información y participación en el proceso democrático.

NOTICIAS RELACIONADAS

Lo más leído
REVISTA TEATROS GRATIS

¡Apúntate a nuestra newsletter!

Recibirás un email semanal con la revista completa, la actualidad destacada y ventajas exclusivas.