Tricicle

Treinta y tres años llenando teatros dan para mucho, incluso para pensar en bajar el telón. Y es que Tricicle, esa compañía que es tan sagrada que es una y trina a la vez, no piensa eternizarse sobre el escenario. Así que ahora Joan Gràcia, Paco Mir y Carles Sans recuperan en el que es su octavo espectáculo a viejos conocidos para hacerse este merecidísimo ‘auto-homenaje’ de ¿despedida? No se asusten, es bien sabido que los artistas no acaban nunca de retirarse…
Los fans de Tricicle vuelven a morderse las uñas… ¿De verdad será la última vez que les veremos juntos?

Carles Sans. Con una producción de nuevo cuño, sí. Otra cosa es, si antes de retirarnos del todo, decidimos hacer un espectáculo de lo mejor de nuestra carrera.


Vamos a vender bien el producto…

Joan Gràcia. “BITS” es un espectáculo donde la tecnología que nos rodea –todos tenemos tabletas, ordenadores, etc.– nos sirve de envoltorio para presentar 15 sketchs sobre situaciones cotidianas y divertidas enlazadas por elementos tecnológicos.


Han utilizado la informática para enlazar estos sketchs de toda la vida… ¿Renovarse o morir?

Paco Mir. Si siempre haces lo mismo, te dicen que siempre haces lo mismo; si te renuevas, que por qué no haces lo que hacías… Resumiendo, hacemos lo que nos sale mejor: hacer reír. Historias nuevas que esta vez hemos envuelto con un entorno internaútico; el paso de sketch a sketch se hace navegando unos segundos por internet, pausas a las que intentamos sacarle todo el jugo posible.


Hay un concepto que nos tienen que explicar: ¿qué es la DGMP (densidad de gags por minuto posible)?

J. G. Es la medida con la Tricicle intenta meter en un espectáculo cuantos más gags sean posibles, llegando a entre 350 y 400 gags por espectáculo. La aplicación práctica más tangible es la provocación de la risa y la carcajada a una media de cada diez segundos.


Se convierten en mail, en mensaje de Facebook… ¿Cómo es su relación con internet? 

P. M. Lo llevamos mal. Tenemos un Facebook y Twitter de Tricicle, pero lo lleva un chico con un trabajo de esos con un nombre difícil de pronunciar. En el plano particular, sólo Joan se mete de vez en cuando en Facebook, Carles sigue utilizando palomas y yo hago bookcrossing.


Llenan teatros ocho meses al año… Algún secreto habrá…

C. S. Sintonizamos muy bien con un humor del que se ríen por igual los niños que los adultos. Las situaciones que planteamos se parecen mucho a las de cuando cualquier persona imagina situaciones divertidas y absurdas. El lenguaje gestual nos da la posibilidad de comunicarnos de una manera diferente y la empatía con el público es enorme.


Tienen cuatro años por delante con este espectáculo. Ésta es la media de cada uno de sus shows…

J. G. Llevamos 33 años girando y es muy grato regresar a los teatros donde el público nos ha acogido tan bien. Teatros, restaurantes, amigos… muchos reencuentros agradables.


Y después de tantos meses de gira, ¿qué hace Tricicle, ‘resetear’?

C. S. Reseteamos en verano. Nos damos dos meses, mínimo, de vacaciones para retomar fuerzas.


¿Cómo se consigue seguir siendo frescos después de treinta años?

J. G. El teatro es una vocación y cada día es una representación nueva con un público nuevo lo que nos obliga a mantenernos a nosotros también como nuevos y frescos.


Y ustedes, ¿con quién se ríen?

P. M. Como público somos malísimos, el terror de los humoristas porque nos sentamos con cara de palo sieso a estudiar lo que vamos a ver. Nos reímos con esa risa interior que algunos especialistas sitúan por el páncreas y que casi nunca llega a las comisuras. Nos reímos a carcajadas con Pepin Tre, con Berto, con Pepe Rubianes…

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