Imagino que aún no ha podido ver nada del “Don Gil de las calzas verdes” que dirige Sarah Kane en la Comedia. ¿Cuál era, antes de esta temporada, su relación con esta obra?
Desde que leí por primera vez la obra y me acerqué al mundo de Tirso, conecté muchísimo con la historia de Doña Juana y su aventura para recuperar la honra. Yo nunca me he vestido de hombre para recuperar la mía, pero muchas veces me han dado ganas.
¿Se había topado ya con “Don Gil…” antes?
Sí, lo vi cuando era pequeña, lo sé porque recuerdo el vestuario verde de Don Gil.
Partamos del original. ¿Cómo dialoga una obra como “Don Gil de las calzas verdes” con nuestro hoy?
El tema principal del Don Gil es el abandono, y este sigue siendo un gran tema hoy, teñido por la traición y el engaño.
¿Qué tiene que decirnos Tirso de Molina a los espectadores de este 2025?
Que el compromiso es un valor que nos hace mejores como sociedad. Creo que Tirso habría criticado el individualismo que no tiene en cuenta el daño que producimos al otro cuando nos guía el egoísmo.
Hablamos de la actualidad de Tirso porque estrena un nuevo diálogo contemporáneo a partir de “Don Gil de las calzas verdes”. ¿Qué es “Las pequeñas mudanzas”, cómo definiría esta pieza?
Es la aventura de una heroína, Valeria, que lucha contra el dolor del abandono buscando a un padre que desapareció cuando ella no había nacido.
Si “Don Gil…” nos habla de las pasiones humanas, ¿a qué nos enfrenta “Las pequeñas mudanzas”, en qué temas pone el foco?
Pues además del abandono que es el tema principal Las pequeñas mudanzas es una historia sobre las herencias familiares, sobre todo el miedo heredado y la necesidad de enfrentarnos a él para construir nuestro propio destino.
¿Cómo son los personajes que conforman el universo de “Las pequeñas mudanzas”?
Son Valeria y su familia, una familia formada por su madre, su abuela y ese universo femenino que carga sobre sus hombros el peso del abandono. Me interesa mucho como la familia va conformando la personalidad, me gusta escribir sobre ese universo, qué nos dejan las madres y los padres para seguir caminando. De qué heridas o de qué abandonos somos herederas. Es a partir de esas rupturas desde donde se mueven mis personajes. Me interesa ver cómo lo solucionan. Si es posible solucionarlo del todo.
¿Cuánto hay, si hay algo, de Vanessa Espín en sus personajes?
Me imagino que juego con mis personajes para averiguar todo lo que no sé. De ahí sale mi literatura. De mis miedos, de mis dudas, de mis abandonos.
¿Cómo ha sido el proyecto de escritura de una pieza como esta? ¿A cuántas preguntas ha tenido que enfrentarse para hablar de valentía, de ausencia, de dudas, de miedos, de vergüenza, de dolor? ¿Alguna respuesta?
La verdad es que ha sido un proceso muy inesperado, nunca pensé que iba a tener tanta intimidad con Tirso de Molina. No tengo ninguna respuesta, pero todas las preguntas han sido disparadores para poder contar esta historia. La historia de un abandono es la historia de casi todos los abandonos.
Háblenos de su trabajo en la dirección. ¿Cuál es su propuesta para “Las pequeñas mudanzas”?
Estamos justo desvelando la obra. Creo que dirigir es ir más allá de la obra, contar la obra que la autora tenía en la cabeza y jamás llegó al papel. Buscar en esos huecos que están entre las palabras y la escena. Pues ahí estamos trabajando, buscando los huecos para contar la historia.
¿Es usted celosa de su obra o los cambios al contacto con los actores son bienvenidos? ¿Cómo se llevan su yo dramaturga con su yo directora?
La escena es el mejor lugar para cambiar el texto. Una cosa es lo que escribes en casa y otra cuando esas palabras se hacen carne. Hay que escuchar esos cambios como parte de la puesta en escena. En ese sentido la autora y la directora se entienden muy bien. Me encanta trabajar con las actrices y seguir sus intuiciones.
En escena, Cris Blanco, Julia Rubio y Elena González. ¿Qué nos diría de ellas?
Tengo mucha suerte de trabajar con estas tres actrices que admiro y que están haciendo un trabajo increíble. Son muy intuitivas y generosas, están llenas de creatividad. Las tres son el equipo perfecto para contar esta historia.
¿Qué espera Vanessa Espín del público que vaya a ver esta obra?
Que se meta en el mundo de Valeria y comparta sus aventuras, que sirva para hacernos preguntas sobre el abandono, sobre el amor, sobre la vida. Sobre cómo la familia nos deja un legado y solo tenemos que avanzar para poder vivir nuestra propia vida.
¿En qué más anda Vanessa Espín?
Voy a reescribir La memoria azul, un texto que escribí hace tiempo.
Teatro de la Comedia – Nº Marzo 2025