¿Qué historia nos espera en escena?
La de una familia que sufrió un incendio en el pasado que supuso un gran trauma para ellos. Ese trauma ha quedado soterrado, en silencio, pero, después de un tiempo, llega una reportera con un cámara para hacer un reportaje sobre la pobreza urbana, los conflictos en las zonas periféricas, etc. Aquí veremos la diferencia entre la vivencia de la experiencia y el relato de la vivencia de la experiencia. Es la historia de esta familia periférica, anodina e invisible que, de repente, adquiere protagonismo de una manera casi aleatoria y casual. Asistiremos a un encuentro muy fuerte entre los intereses de la reportera y esta familia desestructurada con problemas de comunicación entre ellos, que tienen un trauma muy fuerte porque en el incendio murió una persona muy cercana y querida. Este trauma combina culpa y rechazo…
¿Qué busca esta nueva dramaturgia?
Mi intención era acercarme al género criminal, pero esto luego ha ido dialogando con el tema de la mirada de la cámara, de cómo relatamos. Hay un juego muy interesante con la cámara. Es una obra con un planteamiento dramático potente y también lúdico. Pero tiene una dosis importante de suspense, de quién es el culpable, y hace además honor a su título, porque Vulcano es el rey del fuego y esta es una obra ardiente y llena de intensidad.
¿Cómo ha funcionado el tándem que forma junto a la directora Andrea Jiménez en esta nueva creación conjunta?
“Vulcano” es un segundo encuentro entre Andrea Jiménez y yo. El texto lo he escrito yo, pero Andrea tiene una forma muy particular de trabajar, que es haciendo residencias, por lo que no escribo el texto yo sola en mi casa, sino que escribo 20 páginas, planteo la historia, los personajes, hacemos una residencia de unos 10 días con los actores y ese texto se cuestiona, se sacude, se comparte. A partir de ahí, yo observo a los actores, la escucho a ella, tomo notas y reescribo. A la tercera residencia llega el texto definitivo. Se trata de un diálogo muy interesante que pone de manifiesto algo fundamental que es que el teatro se hace en equipo y es un trabajo transversal sin jerarquías. Esto es muy saludable.
¿Cuáles son los conflictos que enfrentan los cinco protagonistas de “Vulcano”?
Manuel, el padre, está de baja porque tiene dos hernias. Es una persona humilde de clase baja un poco resentido porque su mujer lo abandonó. Se siente muy frustrado y tiene mala relación con su hijo Manu. El hijo es una persona muy sensible, con una gran coraza. Él huyó después del incendio. Inés es la hermana, la inteligente, la que ha estudiado y tiene el rol de la calma en la familia. Tiene el sueño de salir del ambiente miserable en el que ella cree que vive. Eliseo es el cámara, un becario, un chico joven, moderno, artista. Y Adriana es la reportera. Ha estado deprimida y hacer este reportaje social es importante para ella para salir del ostracismo y entrar en un periodismo ético.
Un gran momentazo de la función:
Cuando se produce una reconstrucción o revelación de algo que pasó en el pasado, que es un poco teatro dentro del teatro. Es un momento explosivo.
Una frase clave de este texto:
Hay una de Kafka que pongo al principio que dice: “Cuando se quema una casa se revelan las estructuras esenciales”.
En definitiva, ¿por qué no podemos perdernos este estreno en el CDN?
Porque combina una actualidad flagrante por el tema de la mirada externa, de cómo relatamos nuestros traumas, de cómo el periodismo tiene que crear contenido perdiendo de vista cuál era el contenido. Además, porque es una obra con muchísimo sentido del humor delirante y tragicómico. Hay muchas capas y el trabajo actoral es espectacular. Además, la obra da un realismo extrañado con un código teatral sorprendente, atractivo y gustoso de ver. Y porque hay referencias al mundo del arte con un componente estético muy bello.
Teatro Valle-Inclán (CDN) – N* Marzo 2025