Dice Mariano Tenconi Blanco que su debut en nuestro país “ha sido de maravillas. Me tocó estrenar en Barcelona de la mano de una de las compañías de teatro más queridas y respetadas, lo cual fue una suerte y también una responsabilidad. Fue un placer escribir para ellas cuatro. Son grandísimas actrices. Y luego tuve otra suerte de debut, en Madrid, con “Las cautivas”. Aquí era más extraño, porque llegábamos con una obra escrita y actuada por argentinos y, sin embargo, la recepción fue absolutamente maravillosa. Todavía no lo podemos creer”.
Imprescindible en la cartelera de Buenos Aires, con piezas como “Quiero decir te amo”, “Futuro”, “La fiera” o “Todo tendría sentido si no existiera la muerte”, recibió el encargo de T de Teatre: “Daniel López-Oros es una persona muy inquieta, que ama el teatro de Buenos Aires. En uno de sus viajes vio mis obras y sintió que debíamos trabajar juntos. Tuve enorme libertad para imaginar esta obra, que es también un homenaje a las actrices, a las compañías de teatro y al teatro en general”.
Una de fantasmas
A Delia su marido la ha abandonado. Lena cuida de su madre enferma y se enamora del médico que debe salvarla. Iris tiene un apasionado romance con la nueva profesora de gimnasia. Y Nadia se recupera de un brote nervioso. La directora le ha propuesto hacer un montaje teatral con alumnas. Pero cuando Nadia va a comenzar a ensayar, se le aparecerá una fantasma. Y otra, y otra, y otra más. Son cuatro, todas actrices que fueron fusiladas y vagan como almas en pena esperando estrenar su última obra.
Y a esas mujeres y a esas fantasmas –personaje teatral por antonomasia para Tenconi: “Porque es el personaje central de la obra más fundamental, que es “Hamlet”, y porque el teatro es en sí mismo un fantasma, una aparición de la que solo nos quedará el recuerdo”– les dan vida unas magníficas Mamen Duch, Marta Pérez, Carme Pla y Àgata Roca. Los suyos “son personajes singulares, al límite. Graciosos, conmovedores. Quizás nos recuerden a nuestras maestras de la Primaria. O quizás a nosotros mismos”, dice el director.
La aparición del fantasma es la puerta de entrada a otro mundo: el del pasado, el de la memoria. “Son, por un lado, un homenaje al teatro y, por el otro, un signo político: ¿qué es lo que no tenemos que olvidar? Yo como argentino, donde aún seguimos buscando a los bebés apropiados durante la dictadura y donde gobierna la ultraderecha, tengo algunas ideas al respecto. Cada espectador tendrá sus propias ideas”.
La pieza, una comedia delirante y excesiva que apela, como pocas, a la potencia de nuestra imaginación, cuenta con la música de Ian Shifres y está narrada a través de cartas, diarios, exámenes de las alumnas y clases de lengua y literatura, además de escenas y monólogos, apela a nuestra imaginación. “Es teatro. Ese de grandes actuaciones, con historias, con una escenografía, con vestuarios geniales, con pelucones, para llorar y para reír, con música en vivo y con cuatro actrices que son patrimonio del teatro”, finaliza Tenconi.
Centro Dramático Nacional – Teatro Valle-Inclán – Nº Enero 2025