¿Sabes que las flores de plástico nunca han vivido, verdad?

Soledades, incapacidades, enfermedades mentales, desamores, vejez, suicidio, depresión, mentiras, traumas… Las máscaras que nos ponemos para poder seguir viviendo… y la valentía de vivir. Mireia Gabilondo, una de las figuras más destacadas de las artes escénicas y audiovisuales en el País Vasco, firma y dirige esta comedia de enredos y mentiras que nos habla de las dificultades de la vida y de sus salidas. Una pieza llena de luz que llega a Madrid protagonizada por Karmele Aranburu, Aitziber Garmendia / Candela Solé y Telmo Irureta. Por R. P.

Un amigo le preguntó a Mireia Gabilondo cómo se titulaba el texto que estaba escribiendo y ella le respondió: “¿Sabes que las flores de plástico nunca han existido, ¿verdad?”. “Y me contestó; “Sí””, nos cuenta ella muerta de risa.

Se presta a esta pequeña trampa un título que, aunque comenzó siendo provisional, medio en broma, medio en serio, se quedó para siempre para hablarnos… de la vida. Sin más. Con todo su intríngulis.

“Yo lo he llamado una comedia trágica de enredos y mentiras y habla de cosas como las enfermedades mentales, el acercamiento al suicidio, la soledad, la depresión…”, afirma la autora y directora de esta pieza, una de las componentes de Tanttaka Teatroa –coproductora del montaje junto al Centro Dramático Nacional– y figura destacada de este oficio.

La risa, nuestra  mejor terapia 

Lucía tiene una depresión de caballo que hace que viva, aprenda y se emocione, digamos, indirectamente –lo que en psicología se llama experiencia vicaria– a través de Yoldi, una maravillosa joven con discapacidad intelectual.

Yoldi cuidará las plantas de José Manuel, un prestigioso psicoterapeuta que, por una parálisis cerebral, es dependiente total y solo habla con su psiquiatra de una relación muy íntima que mantiene con ALEXA, una inteligencia artificial.

Y luego está Martina, madre de Lucía, psiquiatra y un pelín misántropa, que ya no puede más. No puede con la vida. Incapaz de ayudar a su hija, se cuestiona si tirar la toalla. Y quizás lo haga…

Ya ven, dice Mireia que esto es una comedia para hablar de las dificultades de la vida y de sus salidas. Sí, una comedia muy trágica por momentos, tanto que no queda más remedio que reírse…

“Me gustan las comedias donde se habla de cosas que nos duelen. Comedia no significa siempre que haya carcajadas, pero sí que el tono vaya variando y en un momento muy triste, muy complicado, de repente, algo te hace sonreír casi cuando te cae una lágrima”, afirma.

Le gusta a esta artista escribir desde ese lugar. Y esta vez desde ahí ha creado un puñado de personajes que no saben nada de lo que le sucede al resto, ni de sus desilusiones ni de sus secretos, pero a los que lo mejor que les ha pasado en esta vida es que sus caminos se cruzaran…

Y estos personajes están encarnados por Telmo Irureta, Karmele Aranburu y Aitziber Garmendia / Candela Solé, actores con los que Mireia quería trabajar. A Telmo y Aitziber los dirigió en “Sexpiertos”, otra de esas piezas con las que Tanttaka –premio Max a la Mejor labor de producción en 2023– nos pone un espejo: discapacidad, abuso, salud mental… son temas recurrentes en esta compañía.

“No podemos hacer magia todo el rato. No siempre se consiguen cosas transforma-doras en el público. Con que les atrape lo que contamos y cómo lo contamos, que les emocione y les haga pensar un poco o reírse de un dolor o sentir que la vida es bonita, me doy con un canto en los dientes”, finaliza.

Octubre 2024 – Nº 253

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