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Publicado el 03 de Septiembre de 2015 a las 18:30 horas

"La balsa de Medusa" nos enfrenta a nuestros instintos más primarios


El naufragio frente a las costas africanas del barco francés Medusa fue uno de los sucesos más espeluznantes de Francia. Presos del hambre, la sed, la insolación y las enfermedades, algunos sobrevivieron comiendo restos de cadáveres. Una imagen dantesca, asfixiante y llena de incertidumbre que ahora se repite como una metáfora en las carnes de unos personajes de altas clases sociales. Manu Báñez dirige esta reinterpretación y adaptación para teatro de la mítica película de Luis Buñuel “El Ángel Exterminador” con Marcial Álvarez y Rosa Vivas entre sus protagonistas. Podremos verla desde esta noche hasta el próximo día 20 de septiembre.

AL DÍA SIGUIENTE de una reunión posterior a un concierto, los invitados no pueden salir a la calle, aunque aparentemente nada lo impide. Cuando el alimento y la bebida escasean, ellos enferman y la basura se acumula, las buenas costumbres y la cordialidad se pierden y comienzan los comportamientos salvajes…

A la deriva…

“La Balsa de Medusa” es una reinterpretación de la cinta de Buñuel “El Ángel Exterminador”. “Es una historia inspirada en la idea del encierro y el deterioro de las relaciones humanas. Quizá lo más parecido a la película sean las diferencias de clase de los personajes y la desaparición de ciertos roles sociales”, nos cuenta Manu Báñez, director de un montaje que nos enfrenta “a la posibilidad de descartar la idea de ‘bueno’ y ‘malo’ en las personas y a la pérdida absoluta de la compostura en una situación de supervivencia extrema donde la supremacía es ocupada por una especie de instinto primario que todos tenemos y que termina saliendo a la luz”.

El deterioro, lo efímero y lo absurdo de los roles sociales; la necesidad de pertenecer a un grupo en situaciones adversas y el miedo que generan los cambios de ciclo importantes. Todo eso está presente en medio de un ambiente opresivo y asfixiante en el que seis personajes –Marcial Álvarez, Rosa Vivas, Antonio Escribano, Sara Illán, Mélida Molina y Antonio de la Fuente– sentirán, como en la pintura de Gericault, que se encuentran a la deriva en un océano de incertidumbre que les dejará desprotegidos y llenos de miedos.

Tras pasar este año por La Pensión de las Pulgas, este montaje, inspirado en el teatro de Tadeusz Kantor y de La Zaranda como forma de romper el realismo escénico, nos propone realizar un viaje hacia lo primitivo que rompe las máscaras instaladas en nuestra sociedad ‘moderna’. Un viaje que no terminaremos sin hacernos muchas preguntas: ¿Hacia dónde nos llevará este cambio? ¿Cuáles serán sus consecuencias reales, si es que las hay?

La crítica ha dicho...

“‘La Balsa de Medusa’ es asfixiante (...) por lo que cuenta, por el espacio que la contiene, por la opresiva y extraordinaria actuación de actores”, Revista Tarántula.

“Sobresalientes los actores y actrices implicados al límite, en un ejercicio vivencial intenso interpretativamente”, Querevientenlosartistas.

“Una obra recomendable para aquellos que buscan emociones fuertes encima de las tablas (…) derroche físico y emocional de los actores”, Suburbana Madrid.

 

 


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