Publicado el 30 de Septiembre de 2015 a las 09:00 horas
La cara desconocida de Primo de Rivera en "Mi princesa roja"
Sus amores secretos, su amistad con Lorca o con Azaña, su antagonismo con Franco… Son muchas las circunstancias que conocemos en torno a la figura de José Antonio Primo de Rivera, pero tal vez más, muchas más, las tramas que quedaron en un misterioso agujero oculto. El cajón de sorpresas de alguien que sobraba para todos menos para su Princesa Roja, esa mujer que dejó a un lado su corazón roto para intentar evitar lo inevitable. Inmerso en el género musical, Álvaro Sáenz de Heredia firma, dirige y produce esta inédita trama sentimental que promete revelar sorpresas, emoción y una novedosa técnica capaz de reunir la magia del cine y el teatro en un mismo espacio escénico. Se estrena próximamente en el Teatro Arlequín.
“UNA HISTORIA DE AMOR y sentimientos en un mundo convulso como el que había en aquellos tremendos años 30”. Así define Álvaro Sáenz de Heredia su última gran producción, la misma que se adentra en la vida íntima de José Antonio Primo de Rivera abordándola de una manera que, ante todo, promete no dejar a nadie indiferente.
Pero, ¿cuál fue la semilla de este proyecto tan singular? “Todo nace cuando José Antonio Martín Petón descubre en Londres un volumen histórico de una obra titulada “The Romantic”. Y en ella, una dedicatoria: “Aquellos que amamos solo mueren cuando nosotros morimos…”. La firma pertenece a Elisabeth Asquith, quien se dirige a Primo de Rivera. Se descubre así una historia por detrás de la misma que se empieza a investigar, a constatar con datos y hechos. Ahí se reafirma la idea que tenía en mi cabeza desde hace años de que la vida privada de este político podría ser tan apasionante como lo fue su vida pública. ¡Y tan incomprendida!”, comenta el autor.
Nombres propios y una técnica innovadora
La pieza, protagonizada por Primo de Rivera –interpretado por Jesús Cisneros– y Elisabeth Asquith –Irene Mingorance–, se nutre por una buena parte de los personajes históricos de la historia nacional, como Largo Caballero, Franco, Azaña, Lorca, Mola y la Duquesa de Luna, entre otros.
De fondo, justo detrás de todos ellos, nos adentramos con un realismo inédito en proyecciones que nos transportan a escenarios tan interesantes como el cuartel del Generalísimo, el baile de la Embajada, el Ateneo… todo ello con fondos rodados previamente y proyectados en dos enormes pantallas: “El espectador se va a encontrar con un panorama teatral nuevo. La demos-tración de que hermanando dos técnicas hasta ahora no coincidentes –la teatral y la cinematográfica– se puede conseguir una sensación de profundidad de los decorados infinita. Solamente hay que tener en cuenta que las proporciones de lo que se proyecta y de lo que ocurre en escena sean las mismas. Se trata de una producción que lleva gestándose varios años y en la que se ha trabajado mucho para conseguir 35 localizaciones distintas en escena con efectos novedosos para el público. El teatro y el cine se unen para dar lugar a esta puesta en escena totalmente innovadora. Y todo ello con libreto original y música en directo compuesta íntegramente al servicio de la producción”, concluye el director.
