Publicado el 26 de Marzo de 2019 a las 13:54 horas
Alfredo Sanzol se estrena en la zarzuela con "El barberillo de Lavapiés"
Alfredo Sanzol, uno de nuestros grandes dramaturgos y directores, se estrena en la zarzuela con la dirección de "El barberillo de Lavapiés", la pieza del maestro Barbieri a la que puso intriga Luis Mariano de Larra. Desde el 28 de marzo en el Teatro de la Zarzuela.
Un canto de amor a Madrid que arranca en la romería de San Eugenio que cada año se celebra en los alrededores de El Pardo. Allí será donde conozcamos por primera vez a Lamparilla, un popular barbero al que preceden sus aventuras, y Paloma, la costurera a la que pretende... Alfredo Sanzol se pone al frente de la nueva producción del Teatro de la Zarzuela. Esta vez la batuta la lleva el maestro José Miguel Pérez-Sierra.
“IMAGÍNATE QUE ESTÁS enamorado de una mujer y que esta mujer se mete en un lío político del que no entiendes nada. Y que tú por amor la sigues hasta acabar en la cárcel”.
Así resume Alfredo Sanzol el argumento de “El barberillo de Lavapiés”, la pieza del maestro Francisco Asenjo Barbieri con libreto de Luis Mariano de Larra –hijo del famoso periodista Mariano José de Larra– que ahora dirige en la Zarzuela y con la que se estrena en el género.
Una obra que mezcla, como nos recuerda José Miguel Pérez-Sierra, director musical de la producción, “una trama más popular, la de los amores de dos parejas –Lamparilla y Paloma y Marquesita y Don Luis– con un trasfondo político muy interesante: la transición en la secretaría de Esta-do entre Jerónimo Gri-maldi y el Conde de Floridablanca”.
La propuesta de Sanzol –”queremos crear un espectáculo en el que va a ser importante cada momento para ofrecer una experiencia artística plena”, afirma– la ponen en escena dos repartos de altura: Borja Quiza / David Oller, Cristina Faus / Ana Cristina Marco, María Miró / Cristina Toledo, Javier Tomé / Francisco Corujo y David Sánchez han de enfrentar una partitura en la que “sobre todo se trata de buscar la expresividad justa: lo divertido, lo castizo, lo folclórico ya están, no hace falta exagerarlo. La música es de una calidad excelente y cualquier intento de ‘extremizar’ su comicidad sería banalizarla”, finaliza el maestro.
