Revista teatros

Cuando Brígida entra en la casa de Estefanía lo hace como un auténtico vendaval. Y si de primeras sorprende ver al galán que siempre ha sido Andoni Ferreño caracterizado de mujer, más sorprende que a los dos minutos ya ha desaparecido para dejar paso a su personaje: una mujer “con un físico problemático mezcla entre la reina de Inglaterra y Falete”. Charlamos con el actor que protagoniza junto a Vanesa Romero y Esperanza Elipe la comedia de moda en medio mundo y que en Madrid ya ha colgado sus primeros carteles de ‘No hay entradas’.

Primer mes en Madrid y ya han colgado el cartel de ‘No hay entradas’ en varias ocasiones. También aquí funciona “El clan de las divorciadas”.

Alil Vardar es un hombre que domina la comedia del arte, así que el texto tiene de todo. Sorprenden los personajes, que son muy extremos. Aquí no se ha hecho nada parecido y creo que en París tampoco, por eso ha funcionado como lo ha hecho.

En París es un auténtico huracán...

Muchos de los espectadores de París era la cuarta o quinta vez que iban a verla. Además acude gente de todos los puntos de Francia. Es un evento. En Estados Unidos también lo está siendo. Y en Italia.

Aquí, viento en popa, ¿no?

Hemos trabajado mucho, ha habido que meterle muchas horas, muchas tertulias, muchas dudas, mucho miedo (risas), pero Cynthia Miranda ha hecho un magnífico trabajo de dirección y ha estado muy pendiente de nosotros.

Sabemos de Brígida “que es tan bruta que parece un tío”. Cuéntenos algo más de ella.

Su marido la abandonó hace nueve o diez años y todavía necesita tiempo para recuperarse, por eso dice las burradas que dice de él. Lo que más le ‘cabrea’ de la gente que se divorcia es que se dedican a decirse barbaridades el uno del otro.

¿Qué hubiera estado dispuesto a hacer para que no se le escapase la oportunidad de ser Brígida?

Todo. Cuando vi el vídeo le dije a Alejandro Colubi, el productor: “Lo tengo que hacer yo”. Lo tuve clarísimo desde el primer momento. Alejandro tuvo sus dudas. Tenemos una amistad grande, pero no encajaba con todo lo que yo había estado haciendo hasta ahora y con mi look.

¿Y cómo lo convenció?

Le dije: “Déjame grabar un teaser y lo ves”. Llamé a unos amigos productores de TV, me dejaron unas cámaras, me disfracé de Brígida e hice un par de escenas. Alejandro dijo: “Vale, ahora sí”.

¿Cómo imaginaba los primeros meses de “El clan…” en Madrid?

Llenando todos los días. ¡Nuestra idea es estar años con esta comedia! Se lo merece. Deseamos que la gente venga a vernos y que lo pase muy bien.

TV, cine, teatro... Si mira hacia atrás, ¿qué balance hace de su carrera?

Con sus luces y sus sombras. He cometido errores, como todo el mundo, pero en general tengo un bagaje muy positivo. He tenido la suerte de trabajar y de aprender tanto aquí como fuera. Yo estoy en continuo aprendizaje. Como decía Juan Luis Galiardo: “A partir de los cincuenta uno se convierte en un actor promesa”.

Y cuando no está trabajando...

Pensar en encontrar más trabajo (risas). Los actores estamos continuamente inven-tando cosas, leyendo mucho teatro y buscando funciones. Y luego disfrutar con la familia, me gusta mucho estar en mi casa, hacer deporte… Una vida muy normal.