Revista teatros

Estrenaron este bello texto en marzo en Avilés y ya han girado por algunas ciudades. ¿Cómo ha ido, cómo ha reaccionado el público y qué esperan de Madrid?

Yo espero en Madrid, a nivel mío personal, poder hacer este recorrido porque hacer estos bolos sueltos al final te dejan como con muchas ganas de más, y seguir probándonos y poder seguir investigando, que es la maravilla de hacer teatro. El público ha reaccionado muy bien, ha habido de todo. Yo en teatro he hecho sobre todo comedia y entonces se siente mucho más al público, yo pensaba, pero en esta obra también se sentía al público emocionarse y entonces para mí ha sido muy potente eso, escuchar al público emocionado era algo que no había vivido de esta manera. Ha habido reacciones de todo, ha habido gente a la que le ha sido curativo. Sobre todo lo que más me ha impresionado ha sido esto, el texto es muy duro, habla del dolor y de la superación del dolor y de cómo cada uno afronta el dolor y tiene algo terapéutico. Al principio te quedas un poco cortado porque cuando viene alguien a quien le ha pasado y viene para darte las gracias es muy emotivo.

¿Es una obra incómoda al tratar de un tema tan duro?

Yo creo que sí, que en algún momento puede serlo pero para mí sobre todo yo creo que es una obra muy optimista al final y que es esperanzadora. Hay una parte que hace Carmen Balagué, que hace el papel de la madre que habla sobre todo de eso, de cómo al final el dolor que todos llevamos de alguna manera es algo que tienes que aprender a llevar y que la esperanza sigue, que la vida sigue y sobre todo que es eso, hay partes de comedia, pero no está buscada, sale de una manera muy natural, más que de comedia es parte de vida y de reírse cuando hay mucho drama que es lo que pasa en la vida también. Sobre todo es esperanzadora.

Belén Cuesta –Premio Feroz a mejor actriz por “Paquita Salas” y nominada al Goya por “Kiki, el amor se hace”, la hemos visto también en “La llamada”, entre otros– es… Háblenos de su personaje.

Mi personaje se llama Lucía, es la hermana de Patricia, es la hija pequeña, la hermana pequeña y es todo lo opuesto al personaje de Patricia, que es el que hace Malena y que tiene una vida como muy ordenada y es mucho más seria. Mi personaje está un poco perdida, no encuentra cuál es su papel en la vida ni sabe bien qué hacer y tiene un carácter digamos más rebelde, pero lo que me gusta de mi personaje es que quiere mcuhísimo a su hermana, que quiere muchísimo a su madre y que ella tampoco sabe gestionar… ¿Sabes cuando pasa que no sabes cómo ayudar a alguien y al final lo haces todo mal sin querer a lo mejor? Tiene algo como débil, como inocente, pero sobre todo me gusta que es buenísima y que quiere pero no sabe tampoco cómo gestionar.

Imagino que preparando esta obra se les habrá pasado por la cabeza cómo reaccionarían ustedes, si serían capaces de reconducir su vida. ¿Qué particular reflexión saca usted de este texto, con qué mensaje se queda?

Con lo que me quedo es con que el dolor es algo muy personal, que no hay que juzgar por cómo cada uno lleva su dolor, que creo que a veces eso pasa, que ante una pérdida cada persona reacciona de una forma y a veces esto te genera mucha impotencia, ¿no? De decir ‘por qué no haces esto’… y creo que el dolor es algo tan personal que hay que respetarlo muchísimo. Claro, lógicamente he perdido a gente que quería mucho y me ha pasado en momentos así no entender por qué unas personas necesitan estar con el recuerdo todo el rato y otras personas necesitan hacer como que no ha pasado nada o no tener imágenes de esa persona. Creo que con esta obra he entendido eso porque al final son cuatro personajes que cada uno lleva el dolor de una manera muy diferente y ninguna es mejor que otra, que es lo que dice el autor y lo que se dice en la obra.

He leído que un psicólogo especialista en apoyo a familias traumatizadas después de ver la obra les dijo que podría ser incluida en sus terapias. ¿Eso vuelve a demostrar el valor, a veces, terapéutico del teatro? Imagino que también les aporta un plus de satisfacción…

Claro, yo creo que se busque o no el teatro lo tiene inevitablemente o así debe ser y cuando llegan textos así en los que es mucho más evidente es maravilla que sirva para algo. Es muy emocionante porque al final dices nuestro trabajo ha ayudado a alguien.

¿Por qué no debemos perdernos esta obra?

Yo creo que porque es un texto maravilloso, de los mejores contemporáneos que hay para mí, porque creo que la gente se puede llevar un aprendizaje muy importante de las relaciones y con la familia e individualmente también. Y porque mis compañeros están maravillosos. Yo creo que David es muy inteligente y lo ha dirigido de una manera fantástica, que hace que sea muy real, que hay algo que la gente se va a sentir identificada en el código y sobre todo eso, que la gente va a aprender algo y a disfrutar.