Publicado el 31 de Enero de 2016
Carmen Conesa
Obra: De algún tiempo a esta parte
Me conocen como ‘la apagafuegos’, porque me meto en los proyectos aunque sea en cuatro días
Adorada dentro y fuera de la profesión por ser una actriz todoterreno de nuestras tablas, la catalana hace una parada en la gira nacional de “El sueño de una noche de verano” para embelesar al respetable con este texto de Max Aub. Dirigida por Ignacio García, la intérprete de éxitos como “Madre Coraje y sus hijos”, “Las amistades peligrosas” o “Amar es para siempre” se embarca en este impactante monólogo para alzar la voz de Emma, un personaje obligado a abandonar su país y condenado a la cadena perpetua del olvido.
¿Qué es “De algún tiempo a esta parte”?
La historia de un personaje imaginario que tiene mucho que ver con historias reales. Lo escribió Max Aub en 1939 y los hechos se desarrollan en la Viena del 38.
¿Cómo es Emma, la protagonista de este monólogo que interpreta?
Es una mujer burguesa con marido e hijo que tiene un matrimonio totalmente convencional y acomodado. Con la anexión que se produce de Alemania a Viena en el año 38, le cambia la vida 180 grados. Se ve obligada a convertirse en la mujer de la limpieza de su propia casa para oficiales de las SS que le quitan su casa. Y eso es solo una pincelada de las barbaridades que llega a experimentar.
En lo personal, ¿qué otras pérdidas sufre su personaje?
Ella pierde a sus dos seres más queridos, su marido y su hijo, y los sentimientos son de completo odio. Pasa por posibles pérdidas de fe, pero se apoya mucho en la religión y se traslada desde la vocación total a un escepticismo basado en el dolor y el odio que vive.
Interpreta un discurso realmente conmovedor. ¿Qué frase destacaría?
Hay una que es un poco el leit motiv, al principio, que dice: ‘Si no hubiera recuerdos, para qué se viviría’. Otra: ‘No tengo miedo. Lo que tengo ahora es odio. Y eso calienta’. Y también: ‘Entonces es cuando me di cuenta de que vivía y me puse a barrer las calles alegremente, con odio’. ¡Es muy bonito este texto de Max Aub! Es terrible, pero maravilloso.
¿Cuál es el caramelo de este proyecto, por qué se embarcó en él?
Porque me apetecía mucho trabajar en la sala pequeña del teatro Español con un trabajo que dependiera completamente de mí y por hablar de una situación, de un momento vital de la historia de la humanidad tan bien escrito por Max Aub, porque para mí es un legado que tenía muchas ganas de ver en boca de una actriz, ese grito a la libertad y a la injusticia.
Usted cuenta con el reconocimiento del público, la crítica y la profesión. ¿Qué proyecto le hizo sentirse plenamente orgullosa de su trabajo?
Por pequeño que sea cada trabajo, yo intento darlo todo y estar con mis seis sentidos, contando con el corazón, el amor. De todos estoy orgullosa, pero guardo recuerdos muy bonitos de “Las chicas de hoy en día” en TV, de “La noche más larga” en cine, de “El tango de don Juan” de Jérôme Savary en teatro, de “Beaumarchais” y “Stalin” con Josep-Maria Flotats…
¿Y ese en el que se divirtió como nunca?
¡”Te quiero, eres perfecto, ya te cambiaré”! Fue en el teatro Marquina con Miguel del Arco, Víctor Ullate y Silvia Marsó y sí: ¡me divertí como nunca!
Una de las experiencias más surrealistas de su carrera artística...
¡Yo no me asusto de nada! Cuanto más raro, divertido y loco, más me gusta. Por ejemplo, hacer “La monja alférez” en una semana, porque de repente Juan Carlos Rubio me dijo ‘¡¡socorro, socorro, que me deja Charo López’!! (risas) y es que a mí me conocen como ‘la apagafuegos’, porque me meto en los proyectos aunque sea en cuatro días y me lanzo. Me parece que es una manera de probarte a ti mismo, si estás en forma o no. Cuanto más complicada es la sustitución, más me gusta, ¡funciones kamikaces en cuatro días! (risas).
Se quita el sombrero ante las interpretaciones de…
Alfredo Alcón, Flotats, Núria Espert y doña Amparo Rivelles.
Un desayuno en condiciones lleva…
¡Pan con tumaca! Y aceite de oliva.
Una locura pendiente:
Nadar con las ballenas.