Revista teatros

Alumno de maestros como Cristina Rota, Darío Facal, Declan Donellan o Vicente Fuentes, a Mikel Arostegui lo del verso no le pilla de nuevas. De hecho, en la CNTC ha estrenado “La villana de Getafe”, “La Comedia de maravillas” o “La gran Cenobia”. Para Isabel Rodes, que ganó un Max al espectáculo revelación en 2008 por “Desde lo invisible” en la que participó como autora y protagonista, esta compañía también es su casa, ya que ha formado parte tanto de la Joven CNTC como de su hermana mayor. Ahora juntos dan vida a Don Juan y Tisbea...

Si en pleno siglo XXI y antes de meterse en esta obra les digo don Juan...

Mikel: Lo primero que se me pasa por la cabeza es un hombre que ejerce violencia frente a las mujeres amparado en los privilegios que la sociedad le otorga.

Isabel: Supongo que mi cabeza se iría directa al mito de don Juan y pensaría en ese hombre atractivo que seduce, burla o viola a las mujeres y que se cree superior e impune.

Protagonizan “El burlador de Sevilla”. ¿Qué nos contarían de la obra?

Mikel: La obra fundamentalmente pone en evidencia cómo una sociedad es un ente que asume diferentes tipos de violencia y que, además, está dispuesta a defenderlos por su dificultad o imposibilidad para generar un cambio sustancial que renueve sus propios cimientos.

Isabel: Habla de amor, de sexo, de pasión, de tristeza profunda, de religión, de muerte... pero, sobre todo, es un grito a la libertad de la mujer para ser dueña de su cuerpo, de su sexualidad, de sus decisiones y de su vida.

Háblennos de sus personajes...

Mikel: El don Juan que hemos dibujado es un anarquista que busca quemar desde los cimientos todo lo que considera que no es verdad. Vive en una sociedad que él entiende falsa y convierte su existencia en una cruzada directa contra esta falsedad y contra las estructuras que la sustentan. Una de las estructuras que pretende destruir es la del virgo de la mujer como institución económica de la época. De todas maneras, y sin que esto contradiga lo anterior, pienso que hemos dibujado un personaje que lleva a cabo estas atrocidades movido por el amor hacia la verdad y hacia quienes le rodean. Quizá otorgarles a ellas la capacidad del deseo que puedan tener frente a él y que claramente la mecánica social les niega.

Isabel: En este montaje Tisbea se nos presenta como un personaje totalmente libre, consciente de su situación, en armonía con la naturaleza y con su sexualidad. Dueña de sí misma, empoderada, ajena a los tabúes sociales y arcaicos, no necesita a ningún hombre a su lado para ser feliz. Aparece como una especie de diosa hechicera en un entorno casi mitológico. Su viaje pasa por la destrucción de ese mundo cuando aparece don Juan, del que se enamora, y con ese amor renuncia a ser sobrenatural para ser mortal. Don Juan no solo se lleva su virgo, destruye su esencia y la obliga a luchar por su honor, como el resto de las mortales de la obra.

Mikel, ¿ha cambiado la imagen tradicional de don Juan en este montaje?

Mikel: La visión que se propone no asume los acuerdos colectivos que existen sobre don Juan, por los cuales este es un ser chulesco, egoísta y oscuro. Hemos tratado de componer un ‘Burlador’ cuyo motor es el amor hacia una verdad que entiende necesaria y que se oculta detrás de todo lo que necesita romper. Un don Juan que ama de verdad a quienes le rodean, pero que ejecuta todo desde una soberbia que le conduce inexorablemente hacia la autodestrucción.

Las mujeres como víctimas...

Isabel: En el siglo XVII se producía una apabullante minusvaloración de la mujer y eran víctimas de un machismo aterrador. Totalmente subordinadas hacia el hombre solo se esperaba de ellas que, tras comercializar con su virgo, se convirtieran en madres y esposas. En esta obra se muestra a las mujeres fuertes y capaces de tomar decisiones propias y en lucha por elegir con quien casarse, aunque don Juan las burla en ningún momento se muestran débiles y subordinadas.

¿Con qué sensaciones llegan a Madrid?

Mikel: Con muchísima energía después de haber reposado lo que vivimos tanto en el proceso de creación como en el Grec y Almagro. Me apetece muchísimo el reto. Y sí, también tengo sensación de responsabilidad.

Isabel: Ha sido maravilloso pisar esos dos escenarios maravillosos y tan especiales. Y ahora con muchos nervios, pero con muchas ganas de seguir disfrutando. de este don Juan bajo la lluvia que en el Teatro de la Comedia creo que brillará con una atmósfera muy especial.

¿Cómo es trabajar a las órdenes de Xavier Albertí, cómo es como director?

Mikel: Xavier es una persona terriblemente generosa y empática. Durante los ensayos me sorprendió que nunca eludió las grandes preguntas que habitaban en todo el elenco, como por ejemplo: "¿Qué sentido tiene hacer El Burlador de Sevilla hoy con todo lo que está sucediendo?". Resolver esta pregunta en particular fue un proceso lento, en el que todas estuvimos invitadas a decir nuestro parecer. Xabier supo dirigir estos lugares controvertidos y sobre todo no avanzar sin que todas estuviésemos de acuerdo con dar el siguiente paso. En lo referente a lo interpretativo Xabier propone una profunda comprensión a nivel filosófico de por qué los personajes hacen lo que hacen, y mas haya de las dificultades lógicas de un proceso creativo, me he sentido en perfecta conexión con lo que él me proponía.

Isabel: Es maravilloso. Desde un lugar muy amable y respetuoso hace que te enfrentes con un montón de conflictos personales y del personaje, para que las cosas transciendan. Es como una lucha horriblemente gozosa para encontrar la verdad desde lo más pequeño.

¿Cómo ha conseguido encajar Xavier Albertí todas estas ideas relacionadas con las masculinidades tóxicas en un montaje para el público de hoy?

Isabel: Que don Juan es despreciable en sus actos es un hecho y que representa a ese hombre que se cree por encima del bien y del mal también, quizá en lo que Xavier contribuye en esta ocasión es en que don Juan va a ser consciente desde el principio de que lo que hace está mal y casi como un acto de suicidio y sacrificio va buscando ese final en el que se encontrará con la muerte. De este modo descubrimos un don Juan más filosófico al que no le gusta estar bajo las órdenes sociales, éticas y morales de la época y está convencido de que puede liberarse de ellas a través del dolor.

¿Por qué no deberíamos perdernos esta pieza en el Teatro de la Comedia?

Mikel: Creo que soy la peor persona a la que se le puede preguntar esto ya que siempre me ha dado cierto pudor insistir a nadie para que venga a ver lo que quiera que esté haciendo. Pero en fin, si hay algo que podría resaltar como un valor positivo e interesante de esta pieza, es que creo profundamente en que nuestro trabajo es poner preguntas encima del escenario, generar lugares de duda, de fricción; y desde mi humilde opinión siento que eso es lo que estamos haciendo, ¿Podemos entender a Don Juan desde un lugar que rompa con lo que ya sabemos de él? ¿Verle como una persona capaz de amar y hacer lo que hace como consecuencia de ello? Nuestra pretensión no es ni salvar ni perdonar a Don Juan. Sin duda estamos hablando de un hombre que ejecuta abusos sexuales y de poder y como tal debemos juzgarlo ¿Pero hay algo más que pueda existir detrás de esta certeza.

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