Revista teatros

 La mujer más rica de Londres celebra su luna de miel en un crucero por el Nilo. De repente, aparece sin vida en su cama. Un asesinato frío y sin explicación aparente que, lejos de ser aislado, dará paso a otras muertes. Por suerte, también viaja en la embarcación un detective... ¿Podrá él resolver un crimen con un espinoso triángulo amoroso de por medio? Víctor Conde dirige esta revisión contemporánea del clásico de Agatha Christie, una versión sensual con música en directo que pretende profundizar en las emociones de los personajes y que nos llevará al glamuroso Egipto de los años 30. Charlamos con Adriana Torrebejano –“El secreto de Puente Viejo”, “Tierra de Lobos”, “La madriguera”– y Pablo Puyol –“El intercambio”, “Venidos a menos”, “Arrayán”, “40”, “La Bella y la bestia”–. Los actores encabezan un amplio reparto que completan Fernando Vaquero, Ana Rujas, Ana Escribano, Miquel García Borda, Sergio Blanco, Lorena de Orte, Paula Moncada y Dídac Flores.  

Para los que no conozcan esta obra, ¿qué es “Muerte en el Nilo”?

PABLO: “Muerte en el Nilo”, como cualquiera de Agatha Christie, es una obra que contiene misterios, personajes de la alta sociedad inglesa de la época, los años 30-40, y mucha elegancia, sofisticación y también mucha miseria. Miseria en el sentido de que los personajes siempre tienen dentro mucha basura que esconden tras capas de vestimentas, de maquillajes, de imposturas y que, obviamente, se van desmoronando confor-me va avanzando la función. Y al final se acaba viendo la verdad de todos.

ADRIANA: Para mí, siendo fan de Agatha Christie, es una de las obras más pasionales que ha escrito en toda su trayectoria. Habla mucho de ese trío amoroso, de esos celos, de esa pasión cuando uno es dejado y no se puede desenganchar de algo tan pasional y tan visceral. Y eso lo refleja muy bien Víctor Conde en esta adaptación tan contemporánea. Podría ser una historia de hoy mismo.

Adriana, imagino que había leído la novela y visto la película...

ADRIANA: Evidentemente (risas). Sí, sí, soy muy fan. Había leído la novela y he visto la película que hicieron en el 60, la nueva, en el 2004 sacaron otra adaptación en plan más tv movie, y estoy deseando que salga el año que viene la de Kenneth Branagh.

 ¿Por qué creen que este es, de los 80 títulos que escribió, uno de los que más engancha de Agatha Christie?

ADRIANA: Todas sus novelas tienen un mismo patrón, pero especialmente esta tiene algo muy humano, muy visceral que te engancha, tiene mucho thriller. Para mí puede que sí sea una de las mejores, igual por el escenario, Egipto, es muy atractiva.

PABLO: Agatha Christie era una maestra del suspense. En este caso, me parece una obra genial porque pone a todos los personajes al límite y la situación es muy tensa en todos los aspectos... hace mucho calor, están todos encerrados en el barco, uno de los personajes está en contacto con todos y todos tienen algo contra esa persona... Al final pasa… lo que tiene que pasar (risas).

Dice Víctor Conde, el director, que es una revisión contemporánea de la obra. ¿Cuáles son sus ingredientes?

PABLO: La propuesta es muy moderna. El decorado no es el típico de una obra de Agatha Christie, que suelen ser más pomposos. Es una escenografía muy sencilla, pero a la par muy efectiva: una plataforma de madera que simula la proa del barco y un telón atrás donde se van proyectando imágenes. El resto, lo montamos nosotros con elementos que llevamos. Y luego, la música... Hay un pianista que toca en directo, Dídac Flores, que también es uno de los actores, y una cantante, Paula Moncada, que es otro de los personajes de la función. Entre los dos van haciendo la banda sonora y eso le da a la obra un carácter especial y hace que sea muchísimo más interesante.

ADRIANA: Los principales ingredientes son vísceras, es muy visceral. Es una propuesta que incomoda mucho al público, no puedes estar muy tranquilo en la butaca del teatro. Es lo que quiere provocar Víctor Conde, que la gente esté distendida, que entre con nosotros en un crucero súper amigable, súper elegante, con mucho lujo, de gente joven que se lo va a pasar bien, pe-ro que a medida que avance la obra empiece a ser un sitio nada apetecible para estar y de donde todo el mundo quiere escapar. A mí me encantaría no estar en la obra para poder verla (risas).

Háblennos de sus personajes.

PABLO: Mi personaje es el detective, que se encuentra inmerso en esta situación. Es el que tiene que solucionar todo el conflicto y le pilla en medio… No quiero desvelar nada. Hablar de una obra de Agatha Christie es más complicado que interpretarla (risas). Al final personalmente él se ve muy involucrado en el asesinato, le toca la parte sensible y la personal, y eso le convierte en un personaje un poco distinto del resto de detectives. Es una gran responsabilidad porque es un poco el que lleva el peso de la función, pero es una experiencia muy bonita y la estoy disfrutando.

ADRIANA: Para quien se haya leído la obra, lo va a identificar. Es Jacqueline de Severac. Estoy muy contenta de poder hacer este personaje, es un ‘retazo’ para mí porque era gran fan de este personaje (risas). Es una chica que podría ser la que pone toda la pasión dentro del barco y la que viene un poco a revolucionarlo, tiene ‘ganas de mambo’ siempre y viene un poco a molestar. Es el personaje que persigue a la pareja de enamorados, que son Kate y Simon Mostyn. Viene a enturbiar este crucero amigable.

Ya han hecho algunas funciones antes de la entrada en Madrid. ¿Cómo está respondiendo el público y qué esperan ahora?

PABLO: Se estrenó en Granada en septiembre y desde entonces hemos pasado por Valladolid, Palma de Mallorca, Zamora, Altea… Muchas ciudades para rodar bien la función y traerla en perfecto estado a Madrid. Cuando estrenemos vamos a tener la función bien engrasada y con todos los ingredientes a punto. De Madrid esperamos una acogida muy buena. Espero que la gente la sepa ver con el cariño que se merece y que la disfruten mucho. El montaje es muy especial y los actores hemos hecho un esfuerzo grande para darle una visión nueva y más moderna a un clásico como este.