Publicado el 01 de Noviembre de 2018
Entrevista a Paco Mir. Director de Jazz Bodas de Fígaro
Obra: Jazz Bodas de Fígaro
“Aquí pueden disfrutar los amantes ortodoxos de la ópera, los jazzeros y aquellos que temen acercarse a cualquiera de estos dos mundos fascinantes”
Actor, director, guionista, diseñador, productor… Está claro que el idilio de este catalán con el mundo del espectáculo no conoce de límites ni fronteras. Aún así, el mítico integrante del trío humorístico Tricicle ha vuelto a dejarnos con la boca abierta. ¿El motivo? Convertir la famosa obra del mismísimo Wolfgang Amadeus Mozart en un sorprendente y renovado show donde los cantantes interpretan las letras de forma tradicional, pero la música corre a cargo de un trío de jazz. Charlamos con Paco de su última locura creativa, la misma que contará con 3 funciones únicas y exclusivas en los madrileños Teatros del Canal.
¿Cómo le surgió esta peculiar idea que usted ha decidido versionar y dirigir?
Las ideas surgen de golpe de la nada, lo difícil es llevarlas adelante. En este caso, la idea fue fusionar dos mundos, el jazz y la ópera, sin saber cual sería el resultado final. Con mi amigo jazzero Jaume Vilaseca hicimos una maqueta que sonaba muy bien y, armados de ilusión, nos presentamos en el Conservatorio del Liceo para proponerles un taller que nos revelaría si el invento funcionaría o no. ¡Y sí, funciona a la perfección!
¿Cuál es la trama argumental?
Para tener una idea clara, podríamos imaginar que una compañía de ópera se ha quedado sin orquesta a una hora de la fun-ción. Pero alguien les propone que un trío de jazz les puede acompañar sin ningún problema. Ellos cantarán como siempre lo han hecho, pero el acompañamiento será de jazz. Hay una trama paralela, la creación de un espectáculo desde la primera lectura de la obra a la ejecución de la última escena como si se tratase de un teatro de ópera, que incorpora muchísimos momentos cómicos.
¿Con qué elementos –humanos y técnicos– ha contado para llevar al directo esta idea?
Ocho actores y tres músicos se encargan de dar vida a todos los personajes del original, o a casi todos, porque el libreto está reducido: pasa de las tres horas largas del original a la hora y media pelada de nuestra versión. Este desdoblamiento de actores también es aprovechado para provocar situaciones cómicas.
Uno de los momentos más divertidos de la función se produce cuando…
Cuando el batería se vuelve loco y empieza a improvisar un solo de jazz que interrumpe la obra.
En definitiva, ¿por qué recomienda a todo el público madrileño no perderse este estreno?
Es una pro-ducción que pueden disfrutar los amantes ortodoxos de la ópera, los jazzeros y aquellos que temen acercarse a cualquiera de estos dos mundos fascinantes. Por encima de todo, es un espectáculo que crea espectadores.
¿Qué influencia tiene en su vida la música jazz y la ópera?
Ha estado en mi vida desde siempre, he sido asiduo espectador de ambos espectáculos, de ahí que tuviese un cortocircuito cerebral que produjo la idea de “Jazz Bodas de Fígaro”.
Se encuentra en la gira de “Hits”, el último show de su carrera como intérprete. ¿Es esta una despedida irrevocable?
Es una despedida a cámara lenta. Tan a cámara lenta que... ni se nota (risas).