Publicado el 01 de Diciembre de 2014
Asunción Balaguer
Obra: Ricardo III
Siempre me ha producido muchísimo placer recitar versos. Esas frases tan hermosas te pueden cambiar la vida
Dicen que detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer, pero en el caso de la soberbia interpretación de Juan Diego, encontramos cuatro grandes nombres propios de la escena con signo femenino. Porque hablar de Terele, Asunción, Ana y Lara es hablar de fuerza, carisma, elegancia y talento. Un póquer de ases a la altura de este clásico actualizado por la ingeniosa pluma de José Sanchis Sinisterra y dirigido por Carlos Martín que recoge su segundo y último mes de ovaciones en las tablas del teatro Español.
¿Qué le atrajo de este proyecto?
Que me llamara Juan Diego, ¡me hizo mucha ilusión! (risas). Primero, por trabajar con él, que no lo había hecho nunca, y es un gran actor y un gran compañero. Somos todos iguales, nos ayudamos y esto es muy hermoso en una compañía de teatro. Además, por la obra que es. No conocía al director y también me ha encantado trabajar con él, ha sido muy fácil, es un hombre muy trabajador y muy artista. ¡¡Y luego un Shakespeare, imagínate!! Y en el teatro Español, eso es gloria.
¿Entendemos que se lleva bien con el verso?
Llevo trabajando desde que era muy jovencita, desde los 17 años, y siempre me ha producido muchísimo placer recitar los versos de Calderón, las comedias de Lope de Vega… ¡Es necesario tener esa educación literaria! Con esas palabras tan bonitas, esas frases tan hermosas… Una frase te puede cambiar la vida. Una frase de un buen poeta o de un buen escritor te enseña más que cualquier libro de texto.
¿Cómo es Margarita, su personaje?
Es una mujer resentida, algo fuera de lo normal, de otra esfera. Ella maldice, sabe mucho, conoce todo lo que va a pasar y su aparición es maldiciendo a los que se lo merecen (risas) ¡y a veces también a los que no se lo merecen! A la madre de Ricardo, por ejemplo, le dice que de esa perrera de su vientre ha nacido un hijo malvado que mata y que no tiene conciencia.
¿Qué sensación deja esta función de Ricardo III?
Una muy dura de la vida, porque todos tenemos que estar muy pendientes de lo que está pasando. Yo noto que todos los actores están entre cajas esperando salir, pero no te puedes distraer, tienes que estar pendiente de tu texto y de lo que está ocurriendo. Tienes que estar en el drama constante. ¡Terminar es un respiro! (risas) porque es tanto lo que ocurre… y sobretodo las mujeres, que me gustan mucho en esta obra, porque son las que están de pie, en el suelo, las únicas que se enfrentan con él, que le dicen todo lo que piensan de él, a diferencia de los hombres, que lo único que buscan es el poder, de la forma que sea, aunque sea matando. En esta obra la mujer está muy bien colocada, en tierra, es natura. La mujer es vida. Son muy importantes en esta obra las cuatro mujeres.
Háblame de sus compañeras:
¡Las tres son estupendas!
Terele Pávez: con esa forma de decir tan especial suya, que tiene majestad en su andar, en su presencia… ¡que te la crees, vamos!
Ana Torrent tiene una escena maravillosa al final con Ricardo III.
Y Lara Grube es una delicia, primero es una preciosidad de niña con una sensibilidad acusadísima y una dulzura fantástica.
El teatro sigue ocupando un papel protagonista en su vida…
¡¡Desde niña me gustaba!! Y soy muy feliz porque termino mis años todavía pisando este escenario y este teatro tan especial, el Español, donde tenemos todas las atenciones… Es mi teatro fetiche y es un gusto verlo lleno.
Y aparte del teatro, ¿a qué le gusta dedicar el resto de su tiempo?
¡Pues mira! (risas) Me gusta dedicarlo a mis plantas, que tengo un jardín que me gusta mucho, y ver a mis nietos y a mi familia, que estén bien. Ya tengo poco tiempo, porque con el teatro necesito descansar, ¡¡pero estoy deseando salir a provincias!! (risas). No sé qué haremos, porque el decorado es fácil de transportar, ¡ojalá!
¿Otros proyectos?
Tengo algo para televisión en Barcelona para el mes de enero, una cosa cortita, y me encantará ir porque soy de allí, tengo a toda mi familia allí, y pasar unos días con mis catalanes me dará mucho placer.