Publicado el 31 de Mayo de 2019
Entrevista a Aitor Tejada, La función por hacer
Obra: La función por hacer
No olvidaré cuando el quinto día de ensayos Miguel y yo salimos temblando por la carga emocional del reparto
El Pavón Teatro Kamikaze recupera la que quizás sea la pieza más especial de esta compañía de locos que un día soñaron con conmovernos o, lo que es lo mismo, estremecernos, sacudirnos, hacernos temblar en la butaca mientras ellos hacen lo que mejor se les da: teatro puro. Recuperan su pieza más valiosa, porque fue la primera, porque la crítica no pudo aclamarla más, porque el público no pudo aplaudirla más, porque ganó siete Premios Max, porque significó el gran salto de Miguel del Arco como director y recreador de grandes textos del repertorio. Los ‘kamikazes’, los de entonces, que también son los de hoy, celebran los diez años de “La función por hacer”, una versión libre y colosal de “Seis personajes en busca de autor” de Pirandello. Charlamos con las dos personas que comenzaron a soñarla...
La primera es obvia, ¿qué significó para ustedes y para Kamikaze a nivel profesional “La función por hacer”?
Fue el comienzo de estos 10 años de andadura de Kamikaze Producciones que, tras el paso por el Hall del Teatro Lara, hizo posible Veraneantes, Juicio a una zorra, Misántropo, Hamlet… hasta llegar a El Pavón Teatro Kamikaze. Todo gracias a La función por hacer.
¿Y a nivel personal?
Un cambio de vida total. Tanto Miguel como yo éramos actores y guionistas de tv y pasamos a ser director y productor. Casi sin darnos cuenta habíamos creado una Compañía que durante 4 años fue una compañía estable con varios espectáculos en repertorio.
Ahora la recuperan para celebrar su décimo aniversario. ¿Qué recuerdos les vienen a la cabeza, qué recuerdos están compartiendo estos días también con los actores?
Muchos recuerdos… Muchos viajes, muchas vivencias, muchos niños nacidos en el equipo, más de 300 Funciones por Hacer… Una familia que, a pesar de los 10 años transcurridos, sigue unida en su pasión por el teatro y trabajando juntos.
¿Por qué fue tan aclamada por todos la pieza? No es fácil poner de acuerdo a la profesión, a la crítica y al público y la opinión es unánime: es una pequeña joya. ¿Qué tenía, qué tiene de especial?
Pues no lo sé, creo que había una adaptación muy potente de Seis personajes en busca de autor de Pirandello, con 3 actrices y 3 actores defendiéndola con mucha verdad. Y además tengo la sensación de que ese espíritu de “compañía” se respiraba en escena, algo no muy habitual en aquel momento en el teatro madrileño.
Para aquellos que no la vieron en su momento ni en las posteriores puestas en escena, ¿cómo definirían “La función por hacer” y a qué nos enfrenta?
Un espectáculo donde el espectador se pregunte si lo que está viendo es real o no; donde sus reacciones y emociones sean parte activa de la acción; donde las relaciones humanas se muestran en toda su crudeza; donde el paso del tiempo, la vida y la muerte nos enfrenta a lo que somos.
¿Cómo recuerdan el proceso de creación de esta obra? Háblennos del trabajo de aquellos días, de aquellos meses…
35 ensayos a lo largo de dos meses, ensayando a veces a horas intempestivas por otros compromisos del reparto, pero siempre con mucha motivación. No se me olvidará cuando el quinto día de ensayos Miguel y yo salimos temblando por la carga emocional del reparto, que superaba todas nuestras expectativas. Un placer haber vivido aquello…
Si tuvieran que rescatar una frase del texto de “La función por hacer”, ¿con cuál se quedarían?
Hay tantas… pero creo que quedarían descontextualizadas. Así que me inclino por una muy rotunda de la Madre: “No hay nada más cierto que la muerte”.
La última: ¿Qué deseo pedirán cuando soplen las velas de la tarta de este aniversario?
Si se cuenta seguro que no se cumple… Pero ahora somos felices de volver a revivir esta función y encontrarnos todos juntos de nuevo después de 10 años.