Revista teatros

 Dicen que la vida sin amor no es vida, solo caos y locura. Y esto es lo que Jean Genet quiso trasladar con su impactante obra. Hoy, a lomos de una exitosa gira nacional, la espectacular versión de “Las criadas” de Paco Bezerra con dirección de Luis Luque regresa a las tablas madrileñas con las tremendas interpretaciones de su elenco: Alicia Borrachero –“Hospital central”, “Periodistas”–, Ana Torrent –“Tesis”, “Todas las noches de un día”– y Jorge Calvo –“La dama boba”, “Manos a la obra”–. Charlamos con ellos para dar la bienvenida a este nuevo y prometedor estreno en el Teatro Bellas Artes. Por ANA VILLA

¿Qué historia traslada “Las criadas”?

Alicia Borrachero: Cuenta la historia de dos criadas hermanas que trabajan en casa de una dama de la alta burguesía y la relación entre estas tres mujeres.

Ana Torrent: Estas hermanas viven con una gran falta de amor, de ser vistas y consideradas. Preferirían ser cualquier cosa en la vida antes que ser criadas, lo detestan.

Jorge Calvo: Más allá de la historia real en la que se basó Jean Genet, creo que es la historia de tres mujeres solas condenadas a entenderse y soportarse. Son un volcán de sentimientos.

¿Qué sentimientos ponen en la palestra?

Ana: Hay mucha angustia, mucha locura, ¡es una olla a presión a punto de explotar! Genet tiene un sentido del humor muy ácido y mete mucha fantasía, porque estas mujeres están siempre jugando a ser otras personas.

Alicia: Los sentimientos que pone en la palestra son los que se derivan de la carencia de afecto. Ellas dos, las hermanas, se convierten en unos verdaderos monstruos. Son mujeres que tienen mucho dolor y, al mismo tiempo, una necesidad enorme de salir de la cárcel en la que sienten que viven. Por ello, tienen fuerza para luchar hacia esa salvación, pero todo el rato se dan de bruces con su condición de criadas, de súbditas.

¿Qué sienten ellas por la Señora?

Alicia: Ellas, cada una a su manera, admiran y odian en la misma medida. Cuando empieza la obra, ambas están bastante quebradas, tanto mental como emocionalmente, pero según va progresando la función se ve cómo la salvación tiene que ver con entregarse a la locura.

En profundidad, ¿quiénes y cómo son sus personajes de la obra?

Alicia: Solange es una mujer que tiene dentro una gran violencia. Ella necesita escupir, insultar, agredir, matar. Tiene un dolor tan hondo que, en su caso, se traduce en una violencia extrema e incontrolable al final de la función. Al mismo tiempo, es una mujer con mucho miedo, por lo que muchas veces esa violencia que expresa no acaba de materializarla porque, dentro de sí, tiene todo lo contrario, que es cobardía y miedo. Es una mujer que necesita amar, pero no puede, porque ella misma se siente mugre, como dice. Tiene una relación con su hermana de absoluta dependencia y de amor-odio: se machacan entre ellas y se aman al mismo tiempo. Es un personaje desgraciado, infeliz y miserable pero con el impulso vital de seguir adelante y, para eso, necesita destruir y matar.

Ana: Claire (mi personaje) y Solange podrían ser la misma. De hecho, la función habla también de los espejos, a veces una empieza una frase y la termina la otra. Quizá la diferencia de Claire con su hermana es que está más enamorada de la señora, la admira mucho más que Solange. Y es la más valiente de las dos. Por lo demás, esa angustia que ambas sienten, esa falta de salida, ese dolor, esa locura, son las mismas.

Jorge: La Señora es un concepto difícil de definir. Un concepto que nace en la cabeza de Genet y pasa por las de Cimarro (que propuso que lo hiciera yo), Becerra, Luque y finalmente yo con el trabajo junto a mis compañeras y el resto del equipo técnico-artístico. Cada espectador recibe el concepto de una manera diferente.

Uno de los momentos más impactantes que su personaje vive en esta función se produce cuando…

Jorge: Aunque pueda parecer exagerado, vivo los 25 minutos de la escena que hago con el mismo impacto.

Alicia: Hacia el final de la obra, una vez que ella descubre que su hermana no ha sido capaz de hacer algo que tenía que hacer y se entrega a la locura. Es impactante para mí poder imaginar lo que debe ser entregarse a la locura. Y cuando el público la ve, yo creo que hay cierta catarsis en este sentido, una gran liberación.

Ana: ¡Es tan fuerte lo que escribe Genet…! Esta obra es una montaña rusa, no hay tregua. Quizá para mí el momento más potente se produce hacia el final, que entro como en shock. Estoy sola y veo a la señora, la adoro, la detesto… entro en una catarsis y se produce un cambio radical en el personaje.

Para ustedes, ¿qué han logrado aportar Paco Bezerra y Luis Luque a esta nueva versión de la obra de Genet?

Ana: Paco ha hecho un trabajo magnífico de aclarar ciertas cosas que a veces son confusas en la función y Luis ha conseguido algo fascinante al dejar el espacio en blanco, por lo que a la gente les llegan mucho más las palabras, las miradas, los silencios, la situación. Ha creado un espacio que refleja más el estado mental de las criadas.

Jorge: ¡Han logrado crear un concepto nuevo!

Alicia: Tanto en la versión como en la dirección hay una libertad absoluta para que aparezca la oscuridad como esa cara que tenemos todos, que no nos atrevemos a mirarla ni nosotros. Es una apuesta quirúrgica en la que lo que destacan son los personajes y el texto de Paco. A mí me produce un placer enorme poder decir esas palabras encima de un escenario, no solo interpretar el personaje, sino poder hablar así.

¿Cómo es esa manera de hablar de las hermanas?

Alicia: Tienen una forma de hablar muy peculiar que, de hecho, ya le achacaban a Genet en su época diciéndole “es que las criadas no hablan así” (risas). Claro, es que no es una obra realista, aunque todo lo que les ocurre es real y el público lo entiende perfectamente. Podría ser el sueño de alguien, una pesadilla. Se trata de atrevernos a ir al teatro para vernos como no nos atrevemos a imaginarnos o soñarnos.

¿Y qué destacarían del trabajo de sus dos compañeros escénicos?

Jorge: Ana y Alicia son dos actrices fabulosas que cada día viven la función de verdad y con absoluta pasión. Son dos grandes, ¡no dan tregua! Es un placer inmenso cada dia.

Alicia: ¡Destacaría muchas cosas! Pero especialmente una, que es el coraje para imaginar cómo son estos tres personajes y sus relaciones. Y el coraje para ejecutarlo, porque estamos muy expuestos.

Ana: ¡Disfruto tanto trabajando con ellos! Los tres hemos encontrado un punto muy generoso de contemplar y entender al otro, de disfrutar y jugar dentro de una función tan dura. A mí desde luego me fascina lo que hacen ellos dos y la energía que se crea entre los tres.

En suma de todo, ¿por qué resulta recomendable este nuevo estreno?

Alicia: Por lo que hemos comprobado desde su estreno y a lo largo de toda la gira, es una función que conecta muchísimo con el público y con el momento que estamos viviendo. Es una obra en la que hay una sensación de querer y no poder salir, de querer tener contacto físico y no poder. Por su puesto, está el tema de las clases sociales, hay muchos asuntos, es una gran obra, un clásico, y solo por eso merece la pena. Pero además, esta es una propuesta muy desnuda, muy humana y muy honesta, con humor negro. Lo que más nos ha trasladado el público es que, desde el principio, han estado muy involucrados con lo que ocurría y que han salido muy impactados.

¿En qué otros proyectos podremos verles actual o próximamente?

Ana: El año que viene sé que voy a hacer una serie y una película, ¡pero aún no puedo desvelar más detalles!

Jorge: Podéis verme en la producción francesa de Netflix “Calle de la Humanidad, 8” de Dany Boon y en “El cover” de Secun De La Rosa.

Alicia: Tengo ahora el estreno de “Ego”, un thriller dirigido por Alfonso Cortés Cabanillas, una serie de TV, “Now and then”, que es la primera serie de Apple para España, y una película que acabo de terminar de rodar, “The man from Rome“, basada en la novela de Pérez Reverte “La piel del tambor”.