Publicado el 01 de Diciembre de 2022
Entrevista a Beatriz Argüello e Irina Kouberskaya
Obra: La cordura loca de Lady Macbeth - Teatro Tribueñe
“Las víctimas quieren ser autores de su propia vida sin poder abandonar las trincheras del rencor”, IRINA
“Descubrimos los abusos perpetrados contra Lady Macbeth desde la infancia, las huellas imborrables de su venganza, la pérdida de su bebé…”, BEATRIZ
Tomando como base una conciencia torturada que huye por el hilo del delirio y del suicidio, tenemos la oportunidad de conocer la palabra de Lady Macbeth desde un punto de vista inédito. Un acercamiento a la auténtica historia de este mítico personaje de Shakespeare confeccionado y dirigido por Irina Kouberskaya –artífice de éxitos recientes como “El vuelo de Clavileño” o “Amiga”–. Beatriz Argüello –“Lo fingido verdadero”, “Cuéntame cómo pasó”– pone alma y voz a este vibrante monólogo que ya arranca ovaciones todos los sábados y domingos en Tribueñe. Por ANA VILLA
¿Qué plantea esta obra y qué historia desarrolla?
Beatriz Argüello: Es un monólogo donde Lady Macbeth viajará por los rincones de su memoria intentando dar un sentido a su vida, algo que finalmente no consigue. Con el texto de Shakespeare, Irina Kouberskaya ha creado una dramaturgia en la cual no solo oiremos las palabras de Lady Macbeth, sino también las de Macbeth, Duncan, Lady Macduff... o la pequeña Gruoch, nieta del Rey de Escocia Kenneth III, que reinó desde el año 907 hasta el 1005 y existió realmente. Así, la obra plantea una visión mucho más compleja del personaje, destruyendo el estereotipo que tenemos de ella y ahondando en lo más profundo de su alma.
¿Cómo es esta particular Lady Macbeth que usted interpreta?
Beatriz: Dentro de esa cordura loca de Lady Macbeth me encuentro con una mujer desgarrada por su cruel destino. Es víctima y verdugo. Descubrimos los abusos perpetrados contra ella desde la infancia, las huellas imborrables de su venganza, la pérdida de su bebé, la rueda del crimen en la que se ve presa... pero, también, la inocencia de la niñez, la alegría de la juventud y, cómo no, su amor hacia Macbeth.
Una gran frase de este texto:
Irina Kouberskaya: “Tierra borra mis pasos”.
¿Y un momento de máxima intensidad o belleza ?
Beatriz: Hay momentos de una crueldad brutal y sin embargo tremendamente hermosos y momentos de humor donde el delirio de lo que sucede hace brotar las risas. Quizá uno de los más potentes es cuando, una vez consumado el ansiado crimen, me doy cuenta de que no hay satisfacción, ni gozo ni placer; y que aquello que hicimos Macbeth y yo con un objetivo común nos desune para siempre. Es un momento de silencio desolador. El vacío absoluto.
Irina, dice usted que “la sociedad está cada vez más desnaturalizada, desarticulada, manipulada (‘el falso rostro tiene que ocultar lo que siente el falso corazón’)”, ¿a qué se refiere?
Irina: Cualquier destrucción aviva la duda y la deuda. Cualquier poder corrompe. Estando en un mundo donde todo se compra y todo se vende, se está borrando el vector evolutivo para el ser humano. Lo plano no puede ser profundo, lo moral es exclusivamente aquello que nos hace crecer espiritualmente. El desarrollo de la naturaleza más baja del ser humano trata de convencernos de algo que no somos. En un tiempo de pérdidas, catástrofes, cambios colosales, nacimiento de nuevos sonidos, nuevos sentidos de la vida, nuevas tempestades, hay que estar alerta para no entrar en esta cultura de psicosis. Las víctimas quieren ser autores de su propia vida sin poder abandonar las trincheras del rencor, quedándose en el miserable confort del odio.
En suma de todo, ¿por qué recomiendan esta pieza a los amantes del buen teatro?
Irina: Porque en nuestra puesta en escena la historia da un vuelco invitando al espectador a compadecer, comprender, rechazar y reflexionar. En definitiva, es una obra que sorprenderá.
Beatriz: ¡Es una propuesta revolucionaria! La creación de una historia personal y única que, siendo leales a las palabras de Shakespeare, es capaz de poner el foco en un personaje tan mítico como Lady Macbeth y ofrecerlo con toda su humani-dad. Sin filtro. Con valentía. El resultado es absolutamente contemporáneo.