Publicado el 30 de Enero de 2020
Entrevista a Carmelo Gómez y Ana Torrent por Todas las noches de un día
Obra: Todas las noches de un día
“La función habla de las diferentes formas de amar, de las heridas del pasado que arrastramos, de cómo convivir con ellas”
Más de 40000 espectadores en 40 ciudades y más de un centenar de funciones en casi dos años. Es el espectacular rédito obtenido por esta joya escénica de Alberto Conejero. Todo un canto a la sensibilidad y a los sentidos más puros a través de un singular combate entre la vida y los recuerdos, entre el amor y sus fantasmas. Dirigida por Luis Luque, charlamos con la espectacular pareja protagonista de este éxito nacional, el mismo que regresa a la capital para seguir llenando de belleza, verdad y poesía las tablas. Por ANA VILLA
• ¿Qué historia ofrece “Todas las noches de un día” y cuáles son sus temas fundamentales?
ANA TORRENT: Es la historia de una relación entre la señora de una casa y su jardinero, una relación vivida de forma muy diferente. A través de lo que ellos van recordando y viendo, nos damos cuenta de que una misma historia a veces no tiene nada que ver según cómo la cuenta uno u otro, según lo qué sintió uno u otro. Habla de las diferentes formas de amar, de las heridas del pasado que arrastramos, de cómo convivir con ellas. Hablamos del amor vivido y entendido de diferentes maneras, que no siempre son las que conocemos o esperamos.
CARMELO GÓMEZ: Es una historia de amor a todo: a las plantas, a las gentes, a lo otro. Samuel es un hombre bueno que cuida de un jardín y de la señora de la casa. Surge un afecto que solemos llamar enamoramiento, con su deseo y todo, pero es algo más q eso. ¿Temas? Este, el tema de cuidar, la vida como esplendor de plantas, formas y colores y la muerte como danza, sin gravedad, un crimen y unas pesquisas. Hay de todo entre los cristales. Música y pasión.
• ¿Cómo son sus personajes y cuáles son sus conflictos?
CARMELO: Samuel es un hombre rudo, primario si se quiere, aislado desde niño de la civilización y que continúa con esa querencia. Ama la naturaleza y hereda una mirada hacia las plantas que surge de sus ancestros. Cuidador y amador pero, a la vez, su enver-gadura le hace un gladiador rotundo cui-dando a Silvia, la señora de la casa. Fiel a sus principios y sus propias leyes como los personajes de la tragedia. Va hasta el final con su palabra.
ANA: Silvia es una mujer con un pasado muy doloroso de abuso, con un trauma que es muy difícil de superar, de olvidar y de volver a amar, confiar y querer. Es una persona que intenta refugiarse en esa casa donde vivía su tío, donde encuentra paz y donde puede vivir alejada de todos esos fantasmas. Como ella dice, “confiaba en que algún día estaríamos aquí, lejos de esas sombras”. Ella lo intenta, es muy luchadora, pero tiene todo ese dolor y ese desgarro dentro.
• Regresan a Madrid tras más de 100 funciones realizadas en 40 ciudades. ¿Cuál es el balance?
CARMELO: El camino en estos dos años ha tenido lugares de reposo, pero muchos rápidos, en ocasiones no navegables, o sea que he vivido dificultades casi a diario. Lo bueno del reto es que aumenta las ganas de volver a escena cada día para resolver el abismo del día anterior. Sin duda, el público es lo que más me ha impresionado, tan diferente en cada sitio. Pero confieso, sin dar nombres, que hemos pasado días malos.
ANA: Yo nunca había trabajado tanto tiempo con una función y, verdaderamente, descubres mucho de tu personaje, lo llegas a conocer mucho y, aún así, no dejas de sor-prenderte. He disfrutado todo el tiempo y el personaje es de los más potentes que he hecho nunca. Toda la experiencia y ese disfrute, ese juego, ha sido un placer, un viaje estupendo y maravilloso.
• ¿Alguna anécdota vivida en escena?
CARMELO: Una mujer nos increpó a grito pelado en Zaragoza que estaba prohibido fumar. Ella no sabía que, precisamente, su obsesión era la de mi personaje, pues Silvia es una fumadora empedernida. Quise decir-le “¡señora, no sabe cómo lo comprendo!” (risas). Esas cosas son dinamizadoras, aunque molesten un poco.
• Después de tanto tiempo y vivencias compartidas, ¿qué pueden decirnos de su compañero/a protagonista?
ANA: Es un placer trabajar con Carmelo en el escenario, hay mucha conexión. Con una mirada a veces nos decimos todo, cómo estamos, cómo nos sentimos, cómo está funcionando la función. En ese sentido, muy muy cómodos, al menos yo, y a nivel personal también. Es mucho tiempo, muchas comidas, muchas risas. También cansancios, las giras son duras. Es un gran compañero.
CARMELO: Ana es una gran compañera en escena, me ha sacado de muchos charcos y es una actriz perfecta.
• ¿Qué hace de este reestreno un plan recomendable para el público?
ANA: La fascinante historia de amor que se cuenta y el tipo de amor, esas miradas, esos momentos, esos silencios, cómo se va intentando llegar a esa cosa tan sencilla y tan difícil de definir que es una forma de mirar, o de amar, o de querer y cómo lo han vivido dos personas.