Revista teatros

 Con Chevi Muraday las palabras se bailan y eso es lo que ha hecho Cayetana Guillén Cuervo. Bailar. Bailar las voces de las mujeres que no se adecuaban a las normas, adúlteras, poderosas, independientes. Bailar a los que sobran, a los diferentes, a los que no encajan, a los que tambalean el mundo. Actriz, periodista, presentadora y divulgadora cultural, comprometida y firme defensora del poder transformador de la palabra, el arte y la cultura, es, además, la primera mujer en presidir la Academia de las Artes Escénicas de España. Charlamos con ella sobre este poderoso canto a la libertad y al amor al otro.  Por V. R.  Foto JAVIER NAVAL

Pandataria, hoy Ventotene, está en el mar Tirreno, pero existe una en cada continente, en cada país, en cada ciudad, en cada barrio, ¿no? 

Pandataria es la isla de los desterrados, es cualquier lugar del mundo en el que te han despreciado, al que no te han permitido llegar, cualquier sitio del alma en el que te has sentido mal, en el que otros te han expulsado por sentirte diferente y, por lo tanto, peligroso.

Aunque la pieza viaja del Imperio Romano a la II Guerra Mundial, nos sigue hablando de nosotros, de los diferentes, de las mujeres de hoy... ¿Por eso sacude tanto?

La pieza sacude porque habla de todos nosotros, no solo de nosotras. Habla de todos los que han sido heridos por su diferencia o por decir su verdad o su certeza o por plantear sus dudas. Y obviamente las cosas han cambiado poco, porque transitamos desde el Imperio romano hasta la II Guerra Mundial y Ursula Hirschmann representa lo contemporáneo. Y realmente la función es un grito al amor, un grito a la libertad, un grito a la diversidad, es como si hiciéramos una cruzada a favor de la bondad y del amor, que son verdaderamente los únicos conceptos que nos pueden salvar.

Han dicho que “Pandataria” es un espectáculo mayúsculo de dramaturgia, teatro y danza, de los mejores de las últimas ediciones del Festival de Mérida y que usted está soberbia. Es una propuesta muy especial por todo lo que aúna: diversidad, espacio escénico, rap… ¿Qué es “Pandataria” y a qué nos enfrenta? 

Estoy muy emocionada por la opinión de los especialistas que hayan visto eso en el espectáculo y en mi trabajo. Hemos tardado tres años en levantar este proyecto, Chevi y yo queríamos hablar del amor, de la bondad, de la diversidad, del respeto a los demás, del respeto a la diferencia, de los derechos humanos y lo hemos conseguido. Era un espectáculo muy arriesgado que mezclaba distintas disciplinas artísticas y podía haber gustado poco, nada o mucho y se ha convertido en un suceso. Eso significa que hemos acertado con el discurso y eso es muy importante a la hora de que trascienda el hecho artístico encima del escenario y eso es lo que más me importa, que la función y el trabajo de todos nosotros trascienda y sacuda y haga reflexionar.

En “Pandataria” usted transita por varios personajes. Háblenos de ellos. 

Mis personajes son las mujeres del imperio Romano que fueron expulsadas a Pandataria por la ley Iulia de Adulteriis, por adúlteras, que era una excusa, absolutamente una excusa, porque eran mujeres competentes que molestaban a los césares porque empezaban a tener criterio y no sabían manejarse con el criterio de las mujeres. Tres generaciones de mujeres murieron con el sol y la sequía y la falta de alimento en esa tierra, pero también murieron los disidentes políticos de la II Guerra Mundial, a los que exilió Mussolini, ellos y sus mujeres, y una de ellas fue Ursula Hirschmann, una judía apátrida que escribió en papeles de fumar el Tratado de Ventotene, el primer manifiesto por una Europa libre y sin fronteras. Creo que Pandataria habla de lo que todos necesitamos escuchar y por eso es un suceso artístico.

También le ha tocado bailar... ¿Qué tal la experiencia?

Es una experiencia maravillosa bailar con Chevi Muraday, es un vuelo mágico que te sube a las alturas realemente. Estoy tan feliz… Y creo que Chevi ha conseguido cosas muy bonitas de mí, empezamos mucho antes que los demás a dar clases de danza contemporánea él y yo para que cuando llegaran los especialistas, los bailarines, yo estuviera a una altura considerable para poder integrarme. Igual que con Elio Toffana. Y es una belleza bailar con Chevi Muraday, es una belleza.

Vamos con los nombres propios. El primero, Chevi Muraday, bailarín, coreógrafo, docente y creador incansable y Premio Nacional de Danza. ¿Qué nos diría de él?

Chevi es una de las joyas artísticas de nuestro país, es uno de los directores de una disciplina, que es danza contemporánea, más importantes de Europa, Premio Nacional de Danza y lo que quiera ser, es una de esas personas que ha cambiado el mundo, que ha aportado a nuestras artes escénicas cosas que no existían. Estuvo viviendo en Nueva York, en Europa en los 80 y trajo fórmulas que nadie había experimentado y yo tengo la suerte de estar aprendiendo con él.

El segundo, Laila Ripoll. Imagino que es un lujo decir sus textos…

Laila Ripoll ha conseguido poesía y contundencia en sus textos y esa magia que mezcla la certeza con la poesía y un vuelo elevado de la palabra y con un discurso muy oportuno del que queríamos hablar Chevi y yo desde el principio. Realmente Laila ha entendido muy bien lo que queríamos contar y ha conseguido sacudirnos y sacudir al espectador. 

El resto de nombres propios se los dejo a usted, porque si el espectáculo es, entre otras muchas cosas, un canto a la diversidad, también lo es el reparto. Denos una pincelada de ellos.

Si queríamos hablar de la inclusión y de la diversidad teníamos que empezar por la propia experiencia, tenía que ser un reparto inclusivo, una bailarina trans, un bailarín negro, un chico árabe, un director y productor homosexual, un rapero y yo, que no seré yo la que me defina, pero soy pura diversidad. No se trataba de poner etiquetas a cada uno de nosotros, pero sí que el reparto fuera absolutametne diverso, inclusivo y hablara en primera persona de lo que queremos contar. Por eso, se completa en el documental “Mapa. Pandataria”, que se estrena el 1 de febrero en la plataforma CaixaForum Plux, que muestra quiénes son todos y cada uno de ese reparto inclusivo y cómo ha sido su vida hasta llegar a donde han llegado y cómo las artes escénicas han salvado sus vidas.

Usted defiende el poder transformador de la palabra, del arte, de la cultura. Este espectáculo transita por lugares muy oscuros, pero hay luz al final, ¿no? 

Sí, claro, el espectáculo es oscuro por un lado, por lo que cuenta, porque la vida es oscura y la realidad también, pero es muy luminoso a la vez porque las artes escénicas salvan las vidas. Esto por un lado y por otro lado lo que propone “Pandataria” es una balsa final, un barco final en el que nos tenemos que subir todos para salvarnos porque lo único que te va a salvar es otro ser humano, una mano tendida, un abrazo, unos ojos que te escuchan y te entienden, el amor, la comprensión, la tolerancia, la empatía y el respeto a los demás. 

La imagino ya pensando en esa segunda edición de los Premios Talía. ¿Nervios? ¿Cómo respiran las artes escénicas españolas?

Ya estamos trabajando duro en la segunda edición de los Premios Talía que se celebra el 22 de abril en el Teatro Español, ya están los grupos de trabajo reunidos de las distintas especialidades elucubrando sobre los nominados, ya sabes que son unos premios que otorga la Academia, votados por los académicos, por los grupos de trabajo y por la propia Junta directiva. La Academia tiene el concepto de un premio nacional, es decir, la Academia otorga, señala lo que es referencial para las artes escénicas en ese año. Estamos muy, muy ilusionados. Va a haber, además, una semana entera de Premios Talía en Madrid, con distintas actividades, para que puedan viajar desde los distintos puntos de España y disfrutar de nuestras artes escénicas, artes escénicas en la calle. 

Estos premios son uno de los proyectos que usted ha sacado adelante como presidenta, la primera, de la Academia de las Artes Escénicas de España. ¿Cómo de importante es que el filtro, la última mirada sea la de una mujer en esta institución? 

Respecto a que sea la primera presidenta mujer yo no percibo cuál es la diferencia, supongo que se percibirá desde fuera. Creo simplemente que realmente sí me veo capacitada para afrontar este cargo, lo estoy haciendo de una manera muy activa, me estoy dejando muchas horas, con toda la humildad y toda la ilusión, intentando integrar toda la diferencia caleidoscópica de las almas que conforman la Academia, que estamos en 900 académicos ya y estoy muy contenta de que la gente se siente dentro de una familia y perteneciendo a un grupo de almas que viven y laten por lo mismo, por defender el hecho artístico encima del escenario. 

¿Qué balance hace de este tiempo como presidenta y con qué Academia sueña? ¿Cuáles son los retos más inmediatos? 

Estoy muy emocionada con el trabajo que estamos haciendo. Una Junta directiva que trabaja duro para que las cosas salgan. Ahora mismo hago esta entrevista desde México, en uno de esos viajes de internacionalización de la Academia en el cual nos hemos reunido con todos los segmentos oficiales de las artes escénicas mexicanas, que son muy potentes. Este año el Premio Extraordinario a un espectáculo latinoamericano cae en la Ciudad de México, hemos venido a presentar la Academia, a lanzar puentes de ida y vuelta. No sabes cómo ha sido la acogida de maravillosa, ya hay un montón de proyectos comunes, un montón de mexicanos de las artes escénicas se van a hacer de la Academia para globalizar, para extender, para desfronterizar la Academia de las Artes Escénicas que lo que pretende es que su telaraña de gente, de creadores sea cada vez más fuerte para protegernos y dignificarnos entre nosotros y contarle al mundo lo importantes que son las artes escénicas en la sociedad.

Por otro lado, tenemos todo tipo de proyectos. Hay artes escénicas por el cambio social, un laboratorio en el que están trabajando los racializados, en el que van a contar sus propias historias y trabajar las historias desde ellos mismos y la diversidad dentro de la diversidad; tenemos artes escénicas en las residencias de ancianos, llevamos las artes escénicas a los mayores, estamos unidos a asociaciones que trabajan con niños que no tienen otra salvación que el grupo de pertenencia de las artes escénicas, artes escénicas que cambian entornos, que salvan vidas; estamos haciendo una escuela de verano que es absolutamente diferencial que dirige Eduardo Vasco, que ahora es director del Teatro Español, estamos con una escuela de verso en el Festival de Almagro, estamos preparando un congreso de reflexión sobre la importancia de las artes escénicas en la sociedad, que es absolutamente colaborativo con las instituciones, que será en el 25… Tenemos muchísimos proyectos.

La Academia también está asesorando en la ley de enseñanzas artísticas que acaba de aprobar el gobierno, somos muy conscientes de la importancia de las artes escénicas en la educación, realmente estamos con una actividad muy real y muy importante que está poniendo las artes escénicas en el front row de la sociedad. 

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