Publicado el 01 de Septiembre de 2020
Entrevista a Denise Despeyroux por Ternura Negra
Obra: Ternura Negra
“Aquí hay fantasmas, posesiones, sustos... y humor, tan necesario, porque sin humor no hay nada verdaderamente serio”
Presentada como una ‘comedia histórica de terror romántico’, “Ternura negra” se adentra en la trágica y fascinante figura de María Estuardo –la última reina de Escocia– y lo hace con un castillo plagado de fantasmas y un autor dispuesto a lidiar con el más allá mientras ensaya –vía Skype– con la pareja de intérpretes. Charlamos con Denise Despeyroux, la autora, directora y gran protagonista presencial –junto a Joan Carles Suau– de este divertidísimo y sorprendente estreno. Por ANA VILLA
¿Qué es “Ternura negra”?
Es un texto que escribí en 2015 que indaga en la personalidad y la vida de María Estuardo, pero no lo hace a través de una obra digamos ‘de época’, sino que juega con dos momentos históricos distintos: el que vivió la reina y el momento actual, en que un autor, una actriz y un joven actor tratan de averiguar quién fue exactamente esa misteriosa mujer. En el camino se meten en unos cuantos líos relacionados con fantasmas...
Además de firmar y dirigir esta obra, usted es la protagonista –junto a Joan Carles Suau–. ¿Cómo son estos dos personajes?
Joan Carles encarna a Hugo, el niño índigo bailarín que hace un casting para interpretar nada menos que a la Reina Isabel, la gran rival de María Estuardo. Se dedica a ensayar en la buhardilla de Paloma la obra que está escribiendo Andreas, mientras este trata de dirigirlos a los dos a través de Skype. En cuanto a Paloma, trabaja en el teatro con Andreas desde hace más de 15 años y su relación peca de cierto abuso de confianza.
¿Por qué es imperdible este estreno?
Porque la suma de géneros resulta muy original. La anunciamos como “una comedia histórica de terror romántico” porque, efectivamente, tiene de todo eso. Hay una historia de amor que va creciendo y tomando forma mientras los actores juegan a descubrir quién fue realmente María Estuardo. Aquel espectador que no sepa casi nada sobre la reina de Escocia va a aprender muchas cosas, resulta un personaje muy atractivo. Para rematar, hay fantasmas, posesiones, sustos… y humor, tan necesario, ya que sin humor no hay nada verdaderamente serio.