Publicado el 01 de Septiembre de 2020
Entrevista a Irene Escolar por La gaviota
Obra: La gaviota
Rigola es un hombre inteligente, un artista único y que me ha dado muchas cosas bonitas a lo largo de mi carrera
“Días mejores”, “Rock’n’Roll” , “El público”, “Vania”, “El enemigo del pueblo”. Los caminos de Àlex Rigola e Irene Escolar no han dejado de cruzarse en los últimos años y, de paso, de regalarnos momentos mágicos en el escenario. Ahora es “La gaviota”, Chéjov y sus personajes, la que sobrevuela el alma y el cuerpo, un poco descolocado e inquieto ante esta nueva situación, nos confiesa, de esta actriz de raza. Y, aunque cuando hablamos, apenas había podido leer ni profundizar en la propuesta, dice sin dudar que si Rigola le dice “Ven”, ella lo deja todo.
Si Àlex Rigola le dice “Ven”, ¿lo deja todo?
(Risas). Claro, el vínculo que nos une a Àlex y a mí desde hace muchos años. Creo que es un hombre inteligente, un artista único y que a mí me ha dado muchas, muchas cosas bonitas a lo largo de mi carrera.
Este será nuestro segundo Chéjov juntos y del primero tengo tan buen recuerdo y fue una experiencia tan mágica que la verdad es que tengo muchas ganas de enfrentarme de nuevo a este universo que va a crear, a esta adaptación de “La gaviota” según su nueva fórmula de destilarlo todo, de limpiarlo todo, de hacer algo muy sencillo y muy alejado de todo artificio.
Si no me equivoco, de presente a pasado, “La gaviota”, “El enemigo del pueblo”, “Vania”, “El público”, “Rock’n’Roll” y, su primera vez como profesional, “Días mejores”, todos con Rigola y la mitad de estos trabajos en La Abadía. Imagino que va a ser como estar en casa, ¿no?
Claro, y además en La Abadía, que es un teatro que hace mucho que no piso, hace bastantes años, pero que también allí de las tres últimas funciones que he hecho allí dos han sido con Àlex y me apetece mucho volver.
Te reconozco que estoy un poco inquieta y que creo que es algo que me va apareciendo ante esta situación en la que estamos de qué manera vamos a poder hacer teatro, de qué manera simplemente. Me inquieta pensar en esta nueva manera de estar en un escenario, tener que ver a la gente con mascarilla, mucha menos gente de la que cabe en el teatro, pero cuando me vienen todos estos miedos y toda esta pena de pensar que la situación es así de rara, también pienso que si conseguimos hacer algo, que hay personas que han salido de su casa en la situación en la que estamos, que han comprado una entrada, que están dedicando su tiempo y su confianza a venir ahí, si conseguimos darles algo mágico, algo especial, algo que les haga volar o lo que sea, habrá merecido mucho mucho la pena.
Saura, Cuerda, Gas, Lima, Vera… Ha trabajado con los más grandes directores e imagino que de todos ha aprendido algo. ¿Qué le ha enseñado Rigola?
Rigola me enseñó siendo yo muy joven me abrió todo un mundo de posibilidades de abarcar el teatro y de entender el teatro también.
Cuando él era director de la Biennale de Teatro de Venecia y yo era muy jovencita allí pude ver durante casi cuatro o cinco veranos espectáculos de un montón de directores internacionales que hacían y se enfrentaban al teatro de una manera que aquí a mí no me había llegado o yo no había podido ver y con 18 años te expanden la mente, te expanden las posibilidades de esa manera es un regalo que te transforma artísticamente y creativamente y que te permite querer hacer otras cosas. Creo que eso es muy importante.
¿Qué tenía, a priori, este proyecto de Rigola para que Irene Escolar decidiese embarcarse en él? Aunque aún no hayan empezado a ensayar ni a profundizar en él, ¿qué tiene de especial, qué espera Irene Escolar tratándose del universo de Rigola?
Para mí colaborar con Àlex es estar en casa y es estupendo colaborar con alguien con quien tienes tanto bagaje y tanto recorrido porque digamos que hay algo ya conocido que es bueno, porque así puedes llega a lugares más inesperados, en ese conocimiento hay algo de mucha confianza y si sabes sacar la parte buena de eso…
A mí trabajar con Rigola es algo que siempre me apetece y obviamente “La gaviota” es una pieza que siempre te ronda cuando estás estudiando, cuando estás empezando. Es una gran pieza del teatro universal. Supongo que el reto de enfrentarse a ello y de enfrentarse en esta adaptación que va a hacer Rigola que la verdad es que no sé por dónde lo va a llevar, pero que estoy segura de que va a ser muy interesante.
Este acercamiento, esta versión libre de Rigola viene a dejar claro que autores de la talla de Chéjov nunca se quedarán obsoletos. ¿Qué tienen que decirnos Chéjov y sus personajes a los espectadores del siglo XXI?
Yo creo que se da una manera de ver a unos seres humanos ahí reflexionando y haciéndose muchas preguntas en relación con el paso del tiempo, en relación con el amor, con encontrar tu lugar, con el peso de una familia que cargas sobre tus hombros y que te marca mucho, con la incapacidad de encontrar tu lugar y esa búsqueda. Esto es lo que podrá encontrarse la gente, aparte de que…
Me cuesta un poco hablar de esta función como descontextualizándola del momento. Yo creo que para mí ahora lo más importante más allá de lo que vaya a ocurrir como hecho teatral es lo que se va a generar con los espectadores en este momento en el que estamos porque en “Vania” ya lo hacíamos así y entiendo, aunque no haya hablado con él de esto, que vamos a hacerlo igual en “La gaviota” es hablar a la gente directamente y hablarle de nosotros, contándonos a nosotros mismos y lo que somos. “Hola, soy Irene y me pasa esto”.
Sí que hay una especie de compartir mucha intimidad con personas desconocidas que creo que en este momento cobran mucha relevancia y mucha fuerza. Es un poco lo que decía al principio, qué pasa en este momento y de qué manera la gente está y siente y se deja llevar o no. El ejercicio va a ser diferente simplemente porque la gente no va a estar igual que hace dos años.
Aparte de por volver a La Abadía y por volver a trabajar con Rigola, este estreno es especial porque significa volver a abrir las puertas del teatro a los espectadores después de muchos meses. ¿Qué cree que sentirá ese 10 de septiembre?
Yo creo que sentiré mucho agradecimiento. Durante el confinamiento me planteaba si volvería a trabajar para un público y cuánto tiempo pasaría hasta que ocurriera esto. De pronto, que esté ocurriendo, que vaya a ocurrir, yo creo que más allá de los nervios o más allá de sentimientos que ocurrían antes creo que es más la cuestión de saborear la fortuna de estar ahí. Está todo un poco en el aire. Yo todavía pienso que no vamos a poder estrenar y mi cuerpo está como un poco descolocado.
En este tiempo de confinamiento, usted también ha participado en la iniciativa de La Abadía #TeatroConfinado con su recital “Leyendo Lorca”. ¿Qué tal la experiencia?
La experiencia fue muy buena porque yo pasé el confinamiento sola y eso me dio muchísima vida. Cada vez que lo hacía de pronto era como que todo el día se dedicaba solo a eso y tenía algo que hacer, algo en lo que estar ocupada. Me dio mucha vida y para mí fue muy emocionante también compartirlo con gente que estaba tan a favor y que luego te dejaban unos mensajes tan bonitos.
No es el medio, no es la manera, pero fue la manera de sobrevivir en ese momento. Yo no creo que el teatro sea a través de una pantalla, es imposible, no puede llegar, jamás será igual que el directo. Pero sí que fue una experiencia bonita, la recuerdo con mucho cariño y a mí me dio vida.
A primeros de julio HBO España anunció “Escenario 0”, una serie en la que Irene Escolar y Bárbara Lennie son intérpretes, creadoras y productoras ejecutivas. Háblenos un poquito de este proyecto (cómo surge y por qué embarcarse con Bárbara en tremenda aventura).
Surge también durante el confinamiento, las dos hablando, pensando qué iba a pasar, teníamos una función en Kamikaze con Carmen Machi, “Las ficciones” de Pablo Remón, y ya intuimos que en junio no íbamos a poder estar ensayando y obviamente no íbamos a poder hacer la función en julio, así que se caían un poco como los planes y no sabiendo muy bien cuál era el futuro próximo ni qué iba a ocurrir con el arte, con el teatro, con el cine, de qué manera… y de ahí surge la necesidad de pensar, de estar activas y de no quedarnos simplemente con la sensación de que teníamos que esperar a que las cosas se colocaran.
Estuvimos desarrollando el rodar “Hermanas”, que es una cosa que hacía mcuho tiempo que queríamos hacer y de ahí surgió la idea de y por qué no solo “Hermanas”, por qué no de todas las funciones que conocemos, que hemos visto, que nos han gustado, dramaturgias contemporáneas…
Total, que lo empezamos a elaborar, lo presentamos a HBO y supieron entender muy bien lo que queríamos hacer, nos dieron todo el apoyo y en un mes y medio hemos rodado seis piezas, que tienen en común que son textos contemporáneos y que se ha hecho un ejercicio para llevarlo a la pantalla no como teatro grabado, sino reinventándonos, reimaginando las funciones cómo sería hechas para la pantalla.
¿En qué otros proyectos podremos verla? ¿En qué más anda Irene Escolar?
Voy a terminar la película que estaba rodando, “Competencia oficial”, que la dirigen Gastón Duprat y Mariano Cohn, dos directores argentinos maravillosos. Esta película la protagonizan Penélope Cruz y Antonio Banderas y estábamos rodando días antes de que nos confinaran. La dejamos a medias. También estreno “Dime quién soy”, estrenamos en el Festival de San Sebastián, una serie para Movistar y que se podrá ver en diciembre.