Publicado el 01 de Enero de 2022
Entrevista a Israel Elejalde por Lo fingido verdadero
Obra: Lo fingido verdadero - Teatro de la Comedia
El teatro es refugio. El teatro para mí es, más allá de una forma de ganarme la vida, una forma de ver la vida
“Actor, a veces dirijo, pero no me hacen caso”. Así se define en Twitter Israel Elejalde. Una frase modesta que habla de la humildad de su autor, pero a la que haría falta apostillar muchas cosas. Por ejemplo, el enorme prestigio del que goza; que su trayectoria, muy ligada en lo teatral a la del director, actor y dramaturgo Miguel del Arco –“La función por hacer”, “Misántropo”, “Hamlet”, “Veraneantes”...–, lo está también en cine y TV a la de otros como Almodóvar –“Madres paralelas”–, Alberto Rodríguez –“El hombre de las mil caras”– o Carlos Vermut –“Magical Girl”–; que fue Premio Ojo Crítico en 2004 y junto al resto de ‘kamikazes’ Premio Nacional de Teatro en 2017 y que firma siempre una forma de hacer que raya la excelencia. Por V. R.
Acaba 2021 convertido en ‘chico Almodóvar’. ¿Cómo le sienta el traje?
La verdad es que me lo pasé muy bien haciendo la película. No me gustan las etiquetas, pero esta me hace gracia.
“Madres paralelas”, “Ana Tramel. El juego”. Ha terminado el año entre el cine y la TV y lo comienza en el teatro.
El teatro para mí es, más allá de una forma de ganarme la vida, una forma de ver la vida.
Vuelve a la Comedia, donde fue “Hamlet”, con “Lo fingido verdadero”. Ambas obras y “El impromptu de Versalles” de Molière construyen una fascinante trilogía sobre el teatro dentro del teatro en el XVII. Solo le falta el Molière. ¿Se animaría?
No he leído el texto de Molière. Me gustan las obras que se miran a sí mismas. Esto que está tan de moda desde hace unas décadas ya se hacía hace siglos. Es curioso cómo lo que consideramos novedoso, a veces es solo una revisión de lo clásico.
¿Qué es “Lo fingido verdadero”?
Es una obra compleja con tres jornadas bien diferenciadas en temática y estilo. Una especie de compendio de lo que el arte dramático puede entregar.
¿A qué nos enfrenta esta pieza, qué temas sobrevuelan esta historia?
Habla de la necesidad de amor para poder ser feliz, del ejercicio del poder, de la necesidad de trascender más allá de lo individual y finalmente, y recogiendo todos estos temas, habla del maravilloso mecanismo que supone el teatro como forma de reflexión tanto de lo individual, como de lo colectivo. Es una oda al teatro.
Volvemos a la perogrullada de que en los clásicos está todo, pero ¿qué tiene que decirnos Lope de Vega hoy?
Los clásicos son clásicos porque siguen hablándonos a nosotros, porque el amor, el poder, los celos, las traiciones, la belleza han cambiado de traje, pero su esencia es la misma.
La pieza está basada en la vida de San Ginés, actor pagano que tras convertirse al cristianismo fue perseguido y elevado a la categoría de mártir. También podríamos ver vestigios de cómo desde el poder se persigue la cultura, ¿no?
La obra se abre a todas esas lecturas, de hecho, yo la veo más como una obra que hace proselitismo del teatro que de la religión. Establece una contraposición muy compleja e interesante entre la fe cristiana y la fe actoral, entre la necesidad de alcanzar la verdad religiosa que tienen los cristianos y la búsqueda de la verdad escénica que denodadamente buscan actores y dramaturgos. Acudir al teatro es una forma de creer y es posible que la única verdad aprehensible exista en la ficción.
¿Cómo es la propuesta de Lluís Homar?
Es una propuesta muy despojada, basada en el respeto al texto y a la palabra, bus-cando que la realidad y la ficción, como plantea la obra, tengan una línea difusa.
¿Qué le diría el Israel de hoy a aquel adolescente al que su profesor le dio una colleja mientras reía en plena función al ver a Antonio Banderas corriendo desnudo por el escenario?
Ni tan mal, amigo. Ten paciencia y confía.
¿El teatro es más resistencia o combate?
El teatro es refugio, así que supongo que un poco de ambos. ¿En qué más anda Israel Elejalde? Tengo varias cosas. Una serie con Miguel del Arco, que me hace especial ilusión y después, la temporada que viene, vendrá algo con sello Kamikaze en teatro.
VENTA DE ENTRADAS